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viernes, 30 de octubre de 2009
domingo, 25 de octubre de 2009
Otro país - Por Santiago O’Donnell
Uruguay está acá al lado pero es otro país. Ahora se vienen las elecciones y se nota la diferencia. El favorito, José Pepe Mujica, proviene de una fuerza política relativamente nueva pero de ninguna manera improvisada. El Frente Amplio fue creado en 1971, precede a la dictadura. Fue creciendo a partir de experiencias exitosas de gestión en la intendencia de Montevideo. Al mismo tiempo fue ganando aceptación en la opinión pública por apoyar políticas de Estado en momentos difíciles, como el apoyo parlamentario al plan de rescate financiero que el gobierno colorado de Batlle acordó con Washington para salir de la crisis del 2001.
Hace cuatro años, el Frente Amplio alcanzó la presidencia con su intendente exitoso, Tabaré Vázquez, que termina un gobierno también exitoso, con importantes aciertos sociales y educativos, una línea económica liberal bastante ortodoxa, y una política exterior de alineamiento con Estados Unidos.+/- Ver mas...
Se trata de una coalición de partidos que abarca gran parte del arco del centro hacia la izquierda, desde la socialdemocracia hasta el comunismo, pasando por ex tupamaros y las distintas vertientes del socialismo. El candidato, Pepe Mujica, es un ex líder tupamaro.
A Vázquez ni se le ocurre presentarse para una reelección, aunque las encuestas digan que es el único candidato capaz de garantizar otro triunfo del Frente Amplio. Ni siquiera ha podido nombrar a su sucesor. El quería a otro candidato. El quería a Danilo Astori, su ministro de Economía.
Pero Astori se presentó a la interna y perdió. Esa interna estuvo precedida por los congresos partidarios y el congreso del Frente. En esos congresos se debatieron ideas, se hicieron críticas desde adentro y se pulió una plataforma partidaria a la que debían adherir los precandidatos. Entre los documentos se destacó el del veterano ex canciller Reynaldo Gargano, que planteó revitalizar la militancia de base con nuevas formas de hacer política, documento que tuvo amplia difusión en la prensa.
Mujica tuvo algunos desencuentros con Vázquez y con Astori por diferencias tanto ideológicas como de temperamento. Pero nunca estuvieron ni cerca del agravio personal, ni de la amenaza de ruptura. Sólo desacuerdos, planteados con respeto, siempre destacando que las diferencias se dan en un marco de amplias coincidencias, y siempre respetando los tiempos. Terminada la interna, Mujica y Astori se dieron un abrazo y armaron la fórmula. Después vino el abrazo entre Tabaré y Mujica el lunes antes de las elecciones (foto), ritual de pasaje que marcó la asunción de Mujica a la conducción del Frente y el final del ciclo liderado por Vázquez. Dos días más tarde, Mujica llamó al diálogo a la oposición para concertar una serie de acuerdos en educación, medio ambiente, energía y seguridad para el día después de las elecciones.
El principal opositor de Mujica es el ex presidente blanco Luis Alberto Lacalle, un hombre que se muestra afable, casi encantador en el programa de Mirtha. Mirtha le dice Cuqui y recuerda los amigos en común de Punta del Este, pero él es un tipo moderno, y cuenta que viene de estudiar los programas sociales del gobierno socialista chileno. Porque él no será ningún socialista, qué va, es liberal y privatista, como demostró en su presidencia anterior, pero se da cuenta de que algo pasó en el mundo con la caída de Wall Street y no se puede seguir con el versito de los mercados. Inversiones sí, apertura, pero también Estado: un blanco moderno.
Da gusto escucharlo llenar de elogios a su amigo, el presidente, el doctor Vázquez, y las iniciativas educativas del gobierno frenteamplista, como la de adjudicar una computadora a cada niño en edad escolar. No tanto cuando elogia el veto del doctor Vázquez a la ley del aborto que el propio oficialismo había impulsado. Pero da gusto ver a un político opositor elogiando a un presidente. Paola Juárez y Ari Paluch, invitados a la mesa de Mirtha, se lo hacen saber a Cuqui.
Tan suelto, tan desenvuelto está Cuqui en lo de Mirtha que termina mostrando, casi sin querer, su costado más desagradable. Fue cuando recordó el pasado tupamaro de Mujica y dijo que los tupamaros habían empezado con la violencia en Uruguay. Dijo que los tupamaros se habían dejado llenar la cabeza con las ideas de la Revolución Cubana, que la violencia guerrillera había provocado el golpe, que después asumieron los militares e hicieron lo que quisieron, y que dejaron las cosas igual o peor que antes. Con lo cual justificó el golpe del ’73, limitando el daño a un tema de gestión.
Tampoco fue muy feliz su referencia a un discurso de campaña donde dijo que había que cortar el gasto público con una motosierra. En lo de Mirtha no se retractó, sino que aclaró que ese recorte no saldría del gasto social. Pero dejó la frase flotando y contó como al pasar que ahora se saca fotos con motosierras, como si fuera un chiste, como si no supiera. Cuando se corta con motosierra mueren los pajaritos.
El tercer candidato se llama Pedro Bordaberry y es el hijo de Juan María Bordaberry, el presidente que se dio un autogolpe en 1973 para dar inicio a la dictadura uruguaya, hoy preso por su responsabilidad en crímenes de lesa humanidad cometidos durante esa dictadura.
El Partido Colorado viene atrás en las encuestas y Bordaberry hijo hace campaña bajo el slogan “Pedro” olvidándose del apellido, porque los colorados no quieren ser el partido de la dictadura. Menos ahora, que la Corte Suprema acaba de fallar en contra de la llamada Ley de Caducidad, una ley de impunidad para los crímenes de la dictadura.
A propósito, Vázquez recibió muchas críticas por no avanzar con la derogación de esa ley, pero él dijo que tenía que respetar su promesa de campaña de no derogarla. Eran otros tiempos y Vázquez y el propio Frente estaban convencidos de que nunca llegarían a la presidencia si no prometían respetar esa ley, que había sido ratificada en un plebiscito. Liberado de su compromiso con sus electores, hoy el Frente encabeza la campaña contra la ley en la calle y en el Congreso, con la opinión pública, ahora sí, más convencida de dar el paso para terminar con la impunidad.
Arde la Avenida 18 Julio, estalla la arteria principal de la capital uruguaya, rebosante de mesas y carteles de los distintos partidos políticos. En cada esquina se arma un debate, una discusión. El ágora funciona a pleno. La certeza de que los candidatos deben respetar las plataformas y los mandatos de sus partidos estimula el intercambio, la recolección de firmas, las campañas de información. Lo cuenta Facundo Martínez, que viene de cubrir la eliminatoria.
En cambio otras formas de hacer política brillan por su ausencia en la vecina Uruguay. La ayuda clientelar, por ejemplo. Este cronista pudo presenciar el reparto de alimentos en los barrios periféricos de Montevideo durante la crisis del 2001. Ni un político mostró su cara, mucho menos representantes de la Iglesia. Sólo agentes de la burocracia estatal sin banderas ni discursos de ocasión, cumpliendo con su trabajo.
También brilla por su ausencia en la campaña electoral un temita que venía dominando la agenda mediática en ambas orillas del Río de la Plata. El tema de las pasteras. Es quizás el más importante de los últimos años para Uruguay, por su significado para el modelo de desa-rrollo económico y su incidencia en la relación bilateral con la Argentina, su principal socio comercial.
Pero no es tema de campaña porque los tres candidatos están de acuerdo: las políticas de Estado no se discuten antes de una elección. La unidad de criterios alcanzada entre los candidatos se debe en gran parte a los asambleístas de Gualeguaychú, que mantienen cortado el puente internacional mientras el Tribunal de La Haya decide si las pasteras contaminan o no. Para la inmensa mayoría de los uruguayos, se trata de una presión inaceptable. Por eso los candidatos vienen a la Argentina para convencer a los inmigrantes uruguayos de que se tomen el día y vuelvan a su país para votar, pero ni locos aceptan reuniones o se dejan fotografiar con políticos argentinos.
Hoy se vienen las elecciones y el Frente Amplio tiene la oportunidad de consolidar en las urnas el avance de su proyecto político de centroizquierda, a la vez que renueva su liderazgo en medio de una campaña donde el debate de ideas primó sobre el escándalo y la chicana. Una campaña donde todos los sectores preservaron la figura del presidente. Una transición donde el presidente apostó a la continuidad del sistema por encima de todo y al proyecto del Frente Amplio por encima de su proyecto personal. Un país donde las conquistas sociales alcanzadas por el gobierno frentista están garantizadas por los propios candidatos de la oposición, porque ya pertenecen a todo el pueblo uruguayo.
Otro país, otra historia, otra gente. Acá nomás, cruzando el charco.
A Vázquez ni se le ocurre presentarse para una reelección, aunque las encuestas digan que es el único candidato capaz de garantizar otro triunfo del Frente Amplio. Ni siquiera ha podido nombrar a su sucesor. El quería a otro candidato. El quería a Danilo Astori, su ministro de Economía.
Pero Astori se presentó a la interna y perdió. Esa interna estuvo precedida por los congresos partidarios y el congreso del Frente. En esos congresos se debatieron ideas, se hicieron críticas desde adentro y se pulió una plataforma partidaria a la que debían adherir los precandidatos. Entre los documentos se destacó el del veterano ex canciller Reynaldo Gargano, que planteó revitalizar la militancia de base con nuevas formas de hacer política, documento que tuvo amplia difusión en la prensa.
Mujica tuvo algunos desencuentros con Vázquez y con Astori por diferencias tanto ideológicas como de temperamento. Pero nunca estuvieron ni cerca del agravio personal, ni de la amenaza de ruptura. Sólo desacuerdos, planteados con respeto, siempre destacando que las diferencias se dan en un marco de amplias coincidencias, y siempre respetando los tiempos. Terminada la interna, Mujica y Astori se dieron un abrazo y armaron la fórmula. Después vino el abrazo entre Tabaré y Mujica el lunes antes de las elecciones (foto), ritual de pasaje que marcó la asunción de Mujica a la conducción del Frente y el final del ciclo liderado por Vázquez. Dos días más tarde, Mujica llamó al diálogo a la oposición para concertar una serie de acuerdos en educación, medio ambiente, energía y seguridad para el día después de las elecciones.
El principal opositor de Mujica es el ex presidente blanco Luis Alberto Lacalle, un hombre que se muestra afable, casi encantador en el programa de Mirtha. Mirtha le dice Cuqui y recuerda los amigos en común de Punta del Este, pero él es un tipo moderno, y cuenta que viene de estudiar los programas sociales del gobierno socialista chileno. Porque él no será ningún socialista, qué va, es liberal y privatista, como demostró en su presidencia anterior, pero se da cuenta de que algo pasó en el mundo con la caída de Wall Street y no se puede seguir con el versito de los mercados. Inversiones sí, apertura, pero también Estado: un blanco moderno.
Da gusto escucharlo llenar de elogios a su amigo, el presidente, el doctor Vázquez, y las iniciativas educativas del gobierno frenteamplista, como la de adjudicar una computadora a cada niño en edad escolar. No tanto cuando elogia el veto del doctor Vázquez a la ley del aborto que el propio oficialismo había impulsado. Pero da gusto ver a un político opositor elogiando a un presidente. Paola Juárez y Ari Paluch, invitados a la mesa de Mirtha, se lo hacen saber a Cuqui.
Tan suelto, tan desenvuelto está Cuqui en lo de Mirtha que termina mostrando, casi sin querer, su costado más desagradable. Fue cuando recordó el pasado tupamaro de Mujica y dijo que los tupamaros habían empezado con la violencia en Uruguay. Dijo que los tupamaros se habían dejado llenar la cabeza con las ideas de la Revolución Cubana, que la violencia guerrillera había provocado el golpe, que después asumieron los militares e hicieron lo que quisieron, y que dejaron las cosas igual o peor que antes. Con lo cual justificó el golpe del ’73, limitando el daño a un tema de gestión.
Tampoco fue muy feliz su referencia a un discurso de campaña donde dijo que había que cortar el gasto público con una motosierra. En lo de Mirtha no se retractó, sino que aclaró que ese recorte no saldría del gasto social. Pero dejó la frase flotando y contó como al pasar que ahora se saca fotos con motosierras, como si fuera un chiste, como si no supiera. Cuando se corta con motosierra mueren los pajaritos.
El tercer candidato se llama Pedro Bordaberry y es el hijo de Juan María Bordaberry, el presidente que se dio un autogolpe en 1973 para dar inicio a la dictadura uruguaya, hoy preso por su responsabilidad en crímenes de lesa humanidad cometidos durante esa dictadura.
El Partido Colorado viene atrás en las encuestas y Bordaberry hijo hace campaña bajo el slogan “Pedro” olvidándose del apellido, porque los colorados no quieren ser el partido de la dictadura. Menos ahora, que la Corte Suprema acaba de fallar en contra de la llamada Ley de Caducidad, una ley de impunidad para los crímenes de la dictadura.
A propósito, Vázquez recibió muchas críticas por no avanzar con la derogación de esa ley, pero él dijo que tenía que respetar su promesa de campaña de no derogarla. Eran otros tiempos y Vázquez y el propio Frente estaban convencidos de que nunca llegarían a la presidencia si no prometían respetar esa ley, que había sido ratificada en un plebiscito. Liberado de su compromiso con sus electores, hoy el Frente encabeza la campaña contra la ley en la calle y en el Congreso, con la opinión pública, ahora sí, más convencida de dar el paso para terminar con la impunidad.
Arde la Avenida 18 Julio, estalla la arteria principal de la capital uruguaya, rebosante de mesas y carteles de los distintos partidos políticos. En cada esquina se arma un debate, una discusión. El ágora funciona a pleno. La certeza de que los candidatos deben respetar las plataformas y los mandatos de sus partidos estimula el intercambio, la recolección de firmas, las campañas de información. Lo cuenta Facundo Martínez, que viene de cubrir la eliminatoria.
En cambio otras formas de hacer política brillan por su ausencia en la vecina Uruguay. La ayuda clientelar, por ejemplo. Este cronista pudo presenciar el reparto de alimentos en los barrios periféricos de Montevideo durante la crisis del 2001. Ni un político mostró su cara, mucho menos representantes de la Iglesia. Sólo agentes de la burocracia estatal sin banderas ni discursos de ocasión, cumpliendo con su trabajo.
También brilla por su ausencia en la campaña electoral un temita que venía dominando la agenda mediática en ambas orillas del Río de la Plata. El tema de las pasteras. Es quizás el más importante de los últimos años para Uruguay, por su significado para el modelo de desa-rrollo económico y su incidencia en la relación bilateral con la Argentina, su principal socio comercial.
Pero no es tema de campaña porque los tres candidatos están de acuerdo: las políticas de Estado no se discuten antes de una elección. La unidad de criterios alcanzada entre los candidatos se debe en gran parte a los asambleístas de Gualeguaychú, que mantienen cortado el puente internacional mientras el Tribunal de La Haya decide si las pasteras contaminan o no. Para la inmensa mayoría de los uruguayos, se trata de una presión inaceptable. Por eso los candidatos vienen a la Argentina para convencer a los inmigrantes uruguayos de que se tomen el día y vuelvan a su país para votar, pero ni locos aceptan reuniones o se dejan fotografiar con políticos argentinos.
Hoy se vienen las elecciones y el Frente Amplio tiene la oportunidad de consolidar en las urnas el avance de su proyecto político de centroizquierda, a la vez que renueva su liderazgo en medio de una campaña donde el debate de ideas primó sobre el escándalo y la chicana. Una campaña donde todos los sectores preservaron la figura del presidente. Una transición donde el presidente apostó a la continuidad del sistema por encima de todo y al proyecto del Frente Amplio por encima de su proyecto personal. Un país donde las conquistas sociales alcanzadas por el gobierno frentista están garantizadas por los propios candidatos de la oposición, porque ya pertenecen a todo el pueblo uruguayo.
Otro país, otra historia, otra gente. Acá nomás, cruzando el charco.
Publicado en Página/12 el 28 de octubre de 2009
Imagen:DPA
viernes, 23 de octubre de 2009
Objetivo oculto?
Algunos correos que nos llegaron en relacion a "La duda" (ver última entrada)+/- Ver mas...
Sin mas comentarios: Excelente...gracias!!!
pedro ruiz
Hola Santiago:
Leí su nota de ayer titulada “LA duda”. Que bueno poder estar enterado de algo q está tan mal comunicado por cnn. No tengo muchas otras fuentes que me informen acerca de los conflictos bélicos.
Quisiera saber tu mirada hacia la instalación de las bases militares en Colombia.
Cual es el objetivo oculto? O puede ser cierto que es para la lucha contra el narcotráfico? Me parece ingenuo creer en eso, por eso le pregunto.
Saludos y siga escribiendo con conocimiento, es lo que necesitamos, gente informada que nos informe.
José Ignacio Baliña-
Nuevo Encuentro- San Miguel
RTA:hola jose ignacio:
gracias x lo que decis. las bases están, son mas que las que habia antes aunque no ha habido aumento de tropas. tienen aviones que pueden ir mas alla de las fronteras colombianas. los yanquis dicen que los necesitan para interceptar a los barcos y aviones narcos porque quieren pasar de una fase de "erradicación" a una de "interdicción". esto se da en un contexto de perdida de poder de ee.uu. en la region. sudamerica hace bien en protestar pero por ahora no puede hacer mucho mas.
ss.s.
Santiago, discultpá q te moleste con una nueva pregunta. Esos barcos y
aviones que quieren interceptar son de los narcos? Si tenés un segundito te
voy a agradecer la respuesta.
gracs
josé
RTA:Si esa es la explicacion de ee.uu.
pedro ruiz
Hola Santiago:
Leí su nota de ayer titulada “LA duda”. Que bueno poder estar enterado de algo q está tan mal comunicado por cnn. No tengo muchas otras fuentes que me informen acerca de los conflictos bélicos.
Quisiera saber tu mirada hacia la instalación de las bases militares en Colombia.
Cual es el objetivo oculto? O puede ser cierto que es para la lucha contra el narcotráfico? Me parece ingenuo creer en eso, por eso le pregunto.
Saludos y siga escribiendo con conocimiento, es lo que necesitamos, gente informada que nos informe.
José Ignacio Baliña-
Nuevo Encuentro- San Miguel
RTA:hola jose ignacio:
gracias x lo que decis. las bases están, son mas que las que habia antes aunque no ha habido aumento de tropas. tienen aviones que pueden ir mas alla de las fronteras colombianas. los yanquis dicen que los necesitan para interceptar a los barcos y aviones narcos porque quieren pasar de una fase de "erradicación" a una de "interdicción". esto se da en un contexto de perdida de poder de ee.uu. en la region. sudamerica hace bien en protestar pero por ahora no puede hacer mucho mas.
ss.s.
Santiago, discultpá q te moleste con una nueva pregunta. Esos barcos y
aviones que quieren interceptar son de los narcos? Si tenés un segundito te
voy a agradecer la respuesta.
gracs
josé
RTA:Si esa es la explicacion de ee.uu.
domingo, 18 de octubre de 2009
La duda - Por Santiago O’Donnell
Toda la semana esperó, y seguirá esperando y dejará que crezca la duda: ¿qué hacer en Afganistán? El comandante en jefe de la fuerza invasora y flamante Premio Nobel de la Paz tiene un plan, por supuesto. Se trata, nada menos, que del conflicto que definirá su presidencia. Por ahora espera.
Para la revista Time, la decisión será tomada en noviembre, fines de noviembre. La “temporada de batalla”, como la llaman, dura hasta el invierno, o sea, nuestro verano. Para fines de noviembre se espera el voto de la reforma de salud. Pero puede ser mañana.+/- Ver mas...
El problema es que, haga lo que haga, Obama no puede hacer mucho. Hay realidades de las que no puede escapar. Los demócratas que pedían a gritos el retiro de tropas de Irak apoyan esta guerra, desde el primer momento. Los aliados que no quieren mandar más tropas tampoco apoyan un retiro inmediato ni nada que se le parezca. Esta semana Gran Bretaña, que ya tiene 10 mil soldados allá, anunció que manda más tropas. La España socialista pidió permiso al Congreso para mandar un contingente, por el acercamiento Obama-Zapatero, tras el freezer diplomático durante el gobierno de Bush. Los jefes militares de la OTAN de Holanda y Dinamarca apoyan el plan de mandar más tropas. Hasta Sarkozy defendió con pasión la presencia de las tropas francesas en la zona de guerra antes de agregar, para la otra tribuna, “ni un soldado más”.
Ocho años después de despojar al gobierno talibán del poder en Afganistán, al frente de una coalición de países bajo bandera de la OTAN, es evidente que la insurgencia muestra un crecimiento militar y político, y que la crisis se ha extendido y confluido con el conflicto interno de Pakistán y aun el de Pakistán con la India.
Si las acciones terroristas tienen por objetivo enviar un mensaje, entonces el atentado con coche bomba contra la Embajada de India en Kabul, con un saldo de varios muertos y heridos, el segundo en dos años, dejó al descubierto el juego de complicidades entre los servicios secretos paquistaníes, sectores del gobierno afgano y fuerzas talibán que en otros conflictos aparecen enfrentados.
Mientras tanto en Pakistán la situación es más compleja, y no sólo por su arsenal nuclear. El creciente sentimiento antiestadounidense es muy superior al que se registra en la propia Afganistán, según encuestas de las cadenas de tv estadounidenses.
La semana pasada la guerrilla talibán asaltó un cuartel en Rawalpindi y coordinó una serie de asaltos y ataques con coches bomba en la estratégica Peshawar, cuna del clan Bhutto, en una de las semanas de mayor audacia demostrada por la guerrilla talibán, cuyos aliados ganan representatividad en el sistema político paquistaní. Cuando hasta hace pocos años eran una fuerza marginal, ahora controlan provincias enteras. El presidente paquistaní, Asif Zardari, es el viudo de la ex primera ministra Benazir Bhutto. Benazir era la hija de un presidente asesinado por un general pronorteamericano golpista y la candidata de Washington para reemplazar a otro general pronorteamericano golpista, cuando ella fue baleada en plena campaña electoral. Este señor Zardari, apodado por el pueblo paquistaní “Mister Diez por Ciento,” por su actuación como asesor de su esposa cuando ella era primera ministra, ganó las últimas elecciones y acaba de lanzar una fuerte ofensiva militar contra los bastiones talibán en la provincia de Warziristán. Es la segunda gran ofensiva de la temporada, después de la llevada a cabo a principio de año en el valle de Swat.
Dado que las fuerzas talibán entran y salen de la frontera entre Pakistán y Afganistán, cualquier repliegue de las tropas de la OTAN dificultaría la ofensiva de las huestes de “Mister Diez por Ciento”. Y Obama no puede permitir que eso suceda. En Pakistán, al menos tiene un presidente legítimo.
En cambio Afganistán es distinto. Afganistán tiene un Estado dibujado hace ocho años por una fuerza invasora, que pactó con los aliados internos de las potencias regionales para imponer un sistema político y una Constitución. Y un plan estratégico de desarrollo. Lo que los académicos estadounidenses llaman, modestamente, “nation building” o “construcción de nación”.
Ese era el plan para Afganistán. “Construir” un país cuya independencia precede a la de Estados Unidos. Un país que tradicionalmente se manejó a través de un sistema de alianzas tribales con un gobierno central débil y que supo de décadas de coexistencia pacífica entre las ocupaciones inglesa, soviética y estadounidense.
Pero como suele suceder en los dedazos, el hombre elegido no parece ser el correcto. Hamid Karzai, líder pashtún, la primera minoría étnica, no sólo viene de ganar una escandalosamente fraudulenta reelección, sino que su hermano, Ahmed Viali Karzai, gobernador de Kandahar, es uno de los políticos más sospechados de corrupción y de nexos con el tráfico de opio, del que Afganistán produce el 80 por ciento de la producción mundial.
Según los reportajes que llegan desde el interior de Afganistán, el Estado en gran parte de ese país es percibido casi como parasitario, ya que no provee servicio alguno, mientras las fuerzas talibán proveen justicia, seguridad, educación.
El dinero para “construir Afganistán”, que mandó la comunidad internacional, bajo el auspicio de la ONU, supuestamente sirve para levantar carreteras y escuelas y juzgados, y convencer a los afganos de las bondades de la democracia y el mercado. Pero el último informe de Time muestra que gran parte de ese dinero termina financiando a la guerrilla, ya que los contratistas les pagan a los talibán para no ser atacados. Sumados a los recursos provenientes del narcotráfico, el talibán tiene pertrechos para rato.
El problema es que ya dos tercios de los estadounidenses se oponen a la guerra. Será cuestión de tiempo hasta que convenzan a sus representantes en el Congreso. El “ala liberal” del Partido Demócrata ya viene golpeada por las concesiones en la reforma de salud y su descontento se traduce en una caída de cerca de veinte puntos en la popularidad de Obama, mientras que su nivel de aprobación entre los republicanos casi no ha variado.
El ala pacifista mostró su músculo esta semana al hacerse públicas las declaraciones del vicepresidente Joe Biden, quien supuestamente habría integrado la fórmula demócrata por su experiencia en política exterior, diciendo que “siempre había tenido dudas sobre la presencia de nuestras tropas en Afganistán.” La oleada pacifista cobró impulso con el anuncio del Premio Nobel, todo un mensaje de la Unión Europea.
Las razones son bastante evidentes: el desgaste de ocho años de una guerra que empezó después del 9/11 con el reiterado objetivo de vencer al régimen que daba protección a la red terrorista Al Qaida, para así llegar a la guarida del líder de esa red, autor ideológico del atentado y enemigo numero uno, Osama bin Laden.
Pero resulta que pasan los años y Bin Laden no aparece por ningún lado. Apenas se lo oye en algún audio autentificado por algún supuesto experto en contraterrorismo de la CIA. Bin Laden, tan poderoso, tan tecnológico, no aparece y para los expertos en contrainteligencia antiterrorista es casi un juego de niños mantener vivo un mito, si el mito sirve para cristalizar la idea del terrorismo que se quiere combatir. Se llama propaganda antiterrorista. Porque cada vez que aparece un audio del supuesto Bin Laden, los primeros beneficiados son los presupuestos de inteligencia militar.
O quién sabe, por ahí los expertos de la CIA dicen la verdad, por ahí Bin Laden no aparece justamente para meter miedo, porque es eso, un terrorista, y se especializa en no hacer lo que se espera de él.
Sin embargo, la opinión pública estadounidense no cuestiona abiertamente el mito de Bin Laden porque cree en sus instituciones, en los “briefings” secretos de la CIA a los líderes del Congreso.
Más allá del costado emocional, lo que la opinión pública cuestiona es la premisa central de la misión: que es necesario derrotar al régimen talibán afgano para proteger a Estados Unidos de atentados terroristas.
Pero ahora el objetivo ha cambiado. Ahora la prioridad es consolidar el régimen paquistaní y custodiar su arsenal nuclear. Por eso ahora la prensa estadounidense habla de “la guerra AfPak”. Por eso Obama no se puede ir de Afganistán, como se está yendo de Irak.
Obama ya sabe lo que va a hacer y la gente que está cerca de él también. Primero va a esperar, abrir el debate, abrochar si puede el tema de la salud, su principal iniciativa doméstica.
Después, según el columnista Joe Klein, Obama va a aceptar el pedido de su jefe militar en Afganistán y le va a mandar las cerca de cuarenta mil tropas que pide, aunque va a decir que son para entrenar al ejército afgano, lo cual, por supuesto, no va a ser verdad.
Porque el general McChrystal es su pollo. Obama lo puso para que reemplace al general McKiernan no bien asumió. Y McChrystal tiene maneras más discretas de hacerle llegar un consejo a su presidente que una publicitada audiencia pública ante un comité legislativo. Si lo hizo así fue con un guiño de Obama.
Pero Obama quiere un plan ganador, un plan a prueba de balas talibán. Y ese plan no existe. Por eso duda, al menos en público, aunque en el fondo ya sabe lo que va a hacer, porque mucho margen no tiene.
Mientras el apoyo a la guerra completa el proceso de erosión en Estados Unidos y Europa, mientras ese apoyo desciende la espiral de resultados nulos y objetivos cambiantes y mientras crece la pila de cadáveres, Obama sigue adelante.
Con el fantasma del 9/11, ese que lo puso ahí en el primer lugar. Con los votos que acompañaron su propuesta de retirarse de Irak, pero, eso sí, para ganar la guerra de Afganistán. Por eso la paz del Nobel tendrá que esperar. Por eso la duda.
Ocho años después de despojar al gobierno talibán del poder en Afganistán, al frente de una coalición de países bajo bandera de la OTAN, es evidente que la insurgencia muestra un crecimiento militar y político, y que la crisis se ha extendido y confluido con el conflicto interno de Pakistán y aun el de Pakistán con la India.
Si las acciones terroristas tienen por objetivo enviar un mensaje, entonces el atentado con coche bomba contra la Embajada de India en Kabul, con un saldo de varios muertos y heridos, el segundo en dos años, dejó al descubierto el juego de complicidades entre los servicios secretos paquistaníes, sectores del gobierno afgano y fuerzas talibán que en otros conflictos aparecen enfrentados.
Mientras tanto en Pakistán la situación es más compleja, y no sólo por su arsenal nuclear. El creciente sentimiento antiestadounidense es muy superior al que se registra en la propia Afganistán, según encuestas de las cadenas de tv estadounidenses.
La semana pasada la guerrilla talibán asaltó un cuartel en Rawalpindi y coordinó una serie de asaltos y ataques con coches bomba en la estratégica Peshawar, cuna del clan Bhutto, en una de las semanas de mayor audacia demostrada por la guerrilla talibán, cuyos aliados ganan representatividad en el sistema político paquistaní. Cuando hasta hace pocos años eran una fuerza marginal, ahora controlan provincias enteras. El presidente paquistaní, Asif Zardari, es el viudo de la ex primera ministra Benazir Bhutto. Benazir era la hija de un presidente asesinado por un general pronorteamericano golpista y la candidata de Washington para reemplazar a otro general pronorteamericano golpista, cuando ella fue baleada en plena campaña electoral. Este señor Zardari, apodado por el pueblo paquistaní “Mister Diez por Ciento,” por su actuación como asesor de su esposa cuando ella era primera ministra, ganó las últimas elecciones y acaba de lanzar una fuerte ofensiva militar contra los bastiones talibán en la provincia de Warziristán. Es la segunda gran ofensiva de la temporada, después de la llevada a cabo a principio de año en el valle de Swat.
Dado que las fuerzas talibán entran y salen de la frontera entre Pakistán y Afganistán, cualquier repliegue de las tropas de la OTAN dificultaría la ofensiva de las huestes de “Mister Diez por Ciento”. Y Obama no puede permitir que eso suceda. En Pakistán, al menos tiene un presidente legítimo.
En cambio Afganistán es distinto. Afganistán tiene un Estado dibujado hace ocho años por una fuerza invasora, que pactó con los aliados internos de las potencias regionales para imponer un sistema político y una Constitución. Y un plan estratégico de desarrollo. Lo que los académicos estadounidenses llaman, modestamente, “nation building” o “construcción de nación”.
Ese era el plan para Afganistán. “Construir” un país cuya independencia precede a la de Estados Unidos. Un país que tradicionalmente se manejó a través de un sistema de alianzas tribales con un gobierno central débil y que supo de décadas de coexistencia pacífica entre las ocupaciones inglesa, soviética y estadounidense.
Pero como suele suceder en los dedazos, el hombre elegido no parece ser el correcto. Hamid Karzai, líder pashtún, la primera minoría étnica, no sólo viene de ganar una escandalosamente fraudulenta reelección, sino que su hermano, Ahmed Viali Karzai, gobernador de Kandahar, es uno de los políticos más sospechados de corrupción y de nexos con el tráfico de opio, del que Afganistán produce el 80 por ciento de la producción mundial.
Según los reportajes que llegan desde el interior de Afganistán, el Estado en gran parte de ese país es percibido casi como parasitario, ya que no provee servicio alguno, mientras las fuerzas talibán proveen justicia, seguridad, educación.
El dinero para “construir Afganistán”, que mandó la comunidad internacional, bajo el auspicio de la ONU, supuestamente sirve para levantar carreteras y escuelas y juzgados, y convencer a los afganos de las bondades de la democracia y el mercado. Pero el último informe de Time muestra que gran parte de ese dinero termina financiando a la guerrilla, ya que los contratistas les pagan a los talibán para no ser atacados. Sumados a los recursos provenientes del narcotráfico, el talibán tiene pertrechos para rato.
El problema es que ya dos tercios de los estadounidenses se oponen a la guerra. Será cuestión de tiempo hasta que convenzan a sus representantes en el Congreso. El “ala liberal” del Partido Demócrata ya viene golpeada por las concesiones en la reforma de salud y su descontento se traduce en una caída de cerca de veinte puntos en la popularidad de Obama, mientras que su nivel de aprobación entre los republicanos casi no ha variado.
El ala pacifista mostró su músculo esta semana al hacerse públicas las declaraciones del vicepresidente Joe Biden, quien supuestamente habría integrado la fórmula demócrata por su experiencia en política exterior, diciendo que “siempre había tenido dudas sobre la presencia de nuestras tropas en Afganistán.” La oleada pacifista cobró impulso con el anuncio del Premio Nobel, todo un mensaje de la Unión Europea.
Las razones son bastante evidentes: el desgaste de ocho años de una guerra que empezó después del 9/11 con el reiterado objetivo de vencer al régimen que daba protección a la red terrorista Al Qaida, para así llegar a la guarida del líder de esa red, autor ideológico del atentado y enemigo numero uno, Osama bin Laden.
Pero resulta que pasan los años y Bin Laden no aparece por ningún lado. Apenas se lo oye en algún audio autentificado por algún supuesto experto en contraterrorismo de la CIA. Bin Laden, tan poderoso, tan tecnológico, no aparece y para los expertos en contrainteligencia antiterrorista es casi un juego de niños mantener vivo un mito, si el mito sirve para cristalizar la idea del terrorismo que se quiere combatir. Se llama propaganda antiterrorista. Porque cada vez que aparece un audio del supuesto Bin Laden, los primeros beneficiados son los presupuestos de inteligencia militar.
O quién sabe, por ahí los expertos de la CIA dicen la verdad, por ahí Bin Laden no aparece justamente para meter miedo, porque es eso, un terrorista, y se especializa en no hacer lo que se espera de él.
Sin embargo, la opinión pública estadounidense no cuestiona abiertamente el mito de Bin Laden porque cree en sus instituciones, en los “briefings” secretos de la CIA a los líderes del Congreso.
Más allá del costado emocional, lo que la opinión pública cuestiona es la premisa central de la misión: que es necesario derrotar al régimen talibán afgano para proteger a Estados Unidos de atentados terroristas.
Pero ahora el objetivo ha cambiado. Ahora la prioridad es consolidar el régimen paquistaní y custodiar su arsenal nuclear. Por eso ahora la prensa estadounidense habla de “la guerra AfPak”. Por eso Obama no se puede ir de Afganistán, como se está yendo de Irak.
Obama ya sabe lo que va a hacer y la gente que está cerca de él también. Primero va a esperar, abrir el debate, abrochar si puede el tema de la salud, su principal iniciativa doméstica.
Después, según el columnista Joe Klein, Obama va a aceptar el pedido de su jefe militar en Afganistán y le va a mandar las cerca de cuarenta mil tropas que pide, aunque va a decir que son para entrenar al ejército afgano, lo cual, por supuesto, no va a ser verdad.
Porque el general McChrystal es su pollo. Obama lo puso para que reemplace al general McKiernan no bien asumió. Y McChrystal tiene maneras más discretas de hacerle llegar un consejo a su presidente que una publicitada audiencia pública ante un comité legislativo. Si lo hizo así fue con un guiño de Obama.
Pero Obama quiere un plan ganador, un plan a prueba de balas talibán. Y ese plan no existe. Por eso duda, al menos en público, aunque en el fondo ya sabe lo que va a hacer, porque mucho margen no tiene.
Mientras el apoyo a la guerra completa el proceso de erosión en Estados Unidos y Europa, mientras ese apoyo desciende la espiral de resultados nulos y objetivos cambiantes y mientras crece la pila de cadáveres, Obama sigue adelante.
Con el fantasma del 9/11, ese que lo puso ahí en el primer lugar. Con los votos que acompañaron su propuesta de retirarse de Irak, pero, eso sí, para ganar la guerra de Afganistán. Por eso la paz del Nobel tendrá que esperar. Por eso la duda.
Publicado en Página/12 el 18 de octubre de 2009
lunes, 12 de octubre de 2009
La nota fue un éxito de acá a Sidney (ver última entrada)
Que te puedo decir.......
Mas claro, echale agua.
Bien che. Hay gente que piensa y escribe, mas alla de la gran cantidad de basura informatica que nos rodea.
Gracias
Jorge
Sidney, Australia+/- Ver mas...
Mas claro, echale agua.
Bien che. Hay gente que piensa y escribe, mas alla de la gran cantidad de basura informatica que nos rodea.
Gracias
Jorge
Sidney, Australia+/- Ver mas...
RTA:que te puedo decir...mil gracias. no sabes como levanta un mensaje como el
tuyo. un abrazo desde tu argentina. s.
Sr O' Donnell:¡Qué nota tan impecable!
Atentos saludos de Hilda Kennedy.
RTA:mil gracias! s.
Loco, Felicitaciones!, excelente articulo.
Saludos
SG
RTA:alucinante, gracias. ss. s.
Señor O´donnell le ruego acepte mi reconocimiento por sus brillantes análisis. Felicidades. Atte. mario lopez c.
RTA:muchisimas gracias mario me alegraste la mañana. abz s.
Me pareció exelente la nota de opinión sobre el nobel de Obama. También los premios (y no sólo los castigos) tienen su costado político. Un gran saludo,
Silvia Solas
RTA:mil gracias! ss. s.
Como de costumbre, muy bueno, felicitaciones. Periodistas así realmente informan, pero todo, el episodio y el contexto.
Un abrazo, José Massoni
RTA:mil gracias maestro, fuerte abrazo s.
Brillante artículo!
Gracias.
Un abrazo desde Toronto,
Sebastián
tuyo. un abrazo desde tu argentina. s.
Sr O' Donnell:¡Qué nota tan impecable!
Atentos saludos de Hilda Kennedy.
RTA:mil gracias! s.
Loco, Felicitaciones!, excelente articulo.
Saludos
SG
RTA:alucinante, gracias. ss. s.
Señor O´donnell le ruego acepte mi reconocimiento por sus brillantes análisis. Felicidades. Atte. mario lopez c.
RTA:muchisimas gracias mario me alegraste la mañana. abz s.
Me pareció exelente la nota de opinión sobre el nobel de Obama. También los premios (y no sólo los castigos) tienen su costado político. Un gran saludo,
Silvia Solas
RTA:mil gracias! ss. s.
Como de costumbre, muy bueno, felicitaciones. Periodistas así realmente informan, pero todo, el episodio y el contexto.
Un abrazo, José Massoni
RTA:mil gracias maestro, fuerte abrazo s.
Brillante artículo!
Gracias.
Un abrazo desde Toronto,
Sebastián
No sería el Nobel - Por Santiago O’Donnell
Uuuuuuu... Ahhhhhhhh... Hmmmmmmmmmmmm... ¿¿Ehhhh??... ¡No! !Epa! Wow!
Sorpresa, perplejidad, asombro, bronca, indignación, boca en boca, repercusión, rebote internacional, ruido, palabras.
Así funciona el Premio Nobel de la Paz. Siempre fue un instrumento de política exterior tanto o más que un reconocimiento. A veces pone el foco en un conflicto que a su juicio no recibe la atención que merece y premian a una activista como la birmana Aug Suu Kyi o el argentino Adolfo Pérez Esquivel, que luchan contra un régimen opresivo a través de la resistencia pacífica. A veces premia a una organización que hace las cosas bien como Amnesty o Unicef.+/- Ver mas...
Y a veces premia a los grandes líderes del mundo. Premiar a estos tipos es casi una necesidad. Si no los premian no tienen prensa. Nadie habla del premio y nadie se entera de los birmanos y los argentinos.
Entonces si quiere poner el foco en la agenda ecológica le da el premio a Al Gore, ex vicepresidente de un país que durante su mandato intervino –bah, mandó soldados a matar gente, cualquiera sea la razón– en Somalia y los balcanes.
A veces el comité apuesta a premiar el fin de una negociación diplomática para poner su capital simbólico al servicio de la consolidación y legitimación del acuerdo alcanzado, como sucedió con los sucesivos premios Nobel por los distintos tratados de Medio Oriente, tanto los que se mantienen como los que eventualmente fracasaron, o el compartido entre Mandela y De Klerk por el fin del apartheid, o el que recibió Arias cuando terminó la guerra en Centroamérica.
A veces apuesta a poner el foco en negociaciones en marcha, como cuando premió a la agencia atómica de Naciones Unidas y a su experto estrella Mohamed Al Baradei por mediar en el conflicto nuclear iraní, aunque Al Baradei ya no media y el conflicto sigue igual o peor.
Y a veces apuesta a incidir en un conflicto en marcha, como cuando le dio el premio al obispo Desmond Tutu en pleno apartheid o cuando se lo dio a Pérez Esquivel durante la dictadura argentina. En estos casos no se eligió a la figura más conocida o representativa de la resistencia no violenta, o sea, no se lo dieron a la figura más gravitante en la eventual caída del régimen opresor, como podrían ser el Mandela encarcelado o las Madres de Plaza de Mayo. Eligieron privilegiar a un líder más pacífico, y por lo tanto más pasivo, y se lo dan, entre otras cosas, porque ha renunciado a ejercer una resistencia activa.
Entonces cuando premian en el tercer mundo premian la resistencia pacífica pasiva, aunque esa forma no logre conmover a los opresores. La junta birmana que lleva décadas en el poder, aunque el país cambie de nombre cada dos por tres. En cambio cuando premian a los líderes de las potencias, premian a lo que obtienen los resultados deseados, aunque sea a punta de fusil.
Otro criterio que respeta el comité noruego es el de alternancia entre norte y sur, izquierda y derecha. Tienen que mezclar para no perder audiencia y, por lo tanto, gravitación. Entonces mezclan tibetanos con sudafricanos, birmanos con guatemaltecos, coreanos del sur con irlandeses del norte y vuelta a empezar. Si quisieran ayudar a voltear a Mugabe elegirían a un activista en Zimbabwe que nunca se trenzó con nadie, si quisieran darles un mazazo a los golpistas de Honduras el premio iría a algún zelayista que nunca tiró una piedra.
A veces reparten el premio entre opresores y oprimidos, vencedores y vencidos. Mandela se hizo famoso por combatir el apartheid al frente de una organización política, el Congreso Nacional Africano, que incluyó la lucha armada entre sus metodologías políticas. De Klerk se dio a conocer como representante del régimen vencido, no porque la guerrilla tomó el poder, sino por el peso de una multimillonaria campaña de desinversión y un implacable bloqueo comercial que vaciaron sus arcas, y un boicot diplomático, político, cultural y deportivo que le anuló sus vías de legitimación. A Mandela se lo dieron por no castigar a sus verdugos. A De Klerk por entregarle la banda presidencial a un negro.
A los miembros del comité no parecen gustarles las causas silenciosas. Por eso si un tema no tiene suficiente prensa, como el tema de las bombas-racimo, por ejemplo, o la búsqueda incansable de los bebés expropiados en la dictadura argentina, entonces el premio no llega, por más méritos que hagan los referentes en el tema. En cambio si Paul McCartney y su mujer lisiada se embanderan con las minas antipersonales, el premio no tarda en llegar. Por eso un tipo como Bono siempre es un buen candidato.
Entonces premian a los Obama, a los Kissinger, a los Gorbachov, a los Begin y a los Gore, si no, no serían los Nobel. Serían otra cosa y estaríamos escribiendo de las elecciones en Uruguay.
Claro que hasta ahora los premios a los grandes líderes siempre se los dieron a veteranos de trayectoria, con algunas batallas encima, con pasado, con archivo, como se dice: Yitzak Rabin, Jimmy Carter, Roosevelt, Arafat.
Esta vez le tocaba a uno de esos tipos. ¿A quién se lo iban a dar? ¿A Sarkozy? ¿A Hu Jintao? ¿A Putin? ¿A Fidel Castro? ¿A Berlusconi? Cualquiera de ellos hubiera generado un escándalo tan grande como el que se armó con el premio a Obama. Entonces eligen al que más les gusta y qué importa si todavía no peina canas.
Si llegó a la presidencia de Estados Unidos, primer negro para más datos, algo habrá hecho, perdón por la expresión. Una sola decisión que haya tomado este líder mundial, qué sé yo, el desmantelamiento del escudo antimisiles en Europa o el nombramiento de Sonia Sotomayor, seguramente tuvo más impacto que toda una vida de resistencia en Rangoon.
Entonces “no hizo nada” es relativo. Por lo pronto llegó a la Casa Blanca con una nieta de esclavos y no poca gente cree que sólo por eso lo van a matar.
Claro que no le dieron el premio por derribar barreras raciales. Los miembros del comité, en sintonía con los líderes de las potencias europeas, decidieron que este año hay otras prioridades en la agenda.
Europa quiere arreglar con Irán, salirse de Afganistán, terminarla en Irak, calmar a Rusia y arreglar lo de Guantánamo. Entonces le dan el premio para que haga eso, diciendo que ya lo empezó a hacer.
Es cierto que algo empezó a hacer Obama al respecto: sacó soldados de Irak, sacó presos de Guantánamo, arregló un desarme nuclear con Rusia. Y su postura dialoguista debería representar un avance para la paz mundial con respecto a su antecesor, George W. Bush. Pero en Medio Oriente armó un par de reuniones sin conseguir nada y en Afganistán apenas empezó a dudar.
El tipo está en guerra y le dan el premio de la paz. Se lo dan en nombre de Nobel, un fabricante de armas, y se lo da un organismo semioficial de un país fabricante de armas. Y a los activistas del tercer mundo no le perdonan ni tirar una piedra.
Los anteriores ganadores del premio entienden el mecanismo y por eso, salvo alguna excepción, salieron en coro a felicitar a Obama y decir que el reconocimiento fue merecido, contra la opinión del otro 99,99 por ciento del mundo. Y por supuesto que aprovecharon la ocasión para discursear en favor de sus causas políticas, haciendo eje en las políticas de Obama, que por supuesto influyen sobre cada una de esas causas.
El Nobel de la Paz funciona así. Como instrumento de política exterior de una poderosa institución del norte europeo, más allá de los méritos de los ganadores y las contradicciones del comité. Por eso Obama se pone nervioso y dice que no lo merece, pero confirma que lo va a recibir igual y se banca el abucheo. No se la hicieron fácil pero no se va a quedar afuera. No sería Obama, no sería el Nobel.
Entonces si quiere poner el foco en la agenda ecológica le da el premio a Al Gore, ex vicepresidente de un país que durante su mandato intervino –bah, mandó soldados a matar gente, cualquiera sea la razón– en Somalia y los balcanes.
A veces el comité apuesta a premiar el fin de una negociación diplomática para poner su capital simbólico al servicio de la consolidación y legitimación del acuerdo alcanzado, como sucedió con los sucesivos premios Nobel por los distintos tratados de Medio Oriente, tanto los que se mantienen como los que eventualmente fracasaron, o el compartido entre Mandela y De Klerk por el fin del apartheid, o el que recibió Arias cuando terminó la guerra en Centroamérica.
A veces apuesta a poner el foco en negociaciones en marcha, como cuando premió a la agencia atómica de Naciones Unidas y a su experto estrella Mohamed Al Baradei por mediar en el conflicto nuclear iraní, aunque Al Baradei ya no media y el conflicto sigue igual o peor.
Y a veces apuesta a incidir en un conflicto en marcha, como cuando le dio el premio al obispo Desmond Tutu en pleno apartheid o cuando se lo dio a Pérez Esquivel durante la dictadura argentina. En estos casos no se eligió a la figura más conocida o representativa de la resistencia no violenta, o sea, no se lo dieron a la figura más gravitante en la eventual caída del régimen opresor, como podrían ser el Mandela encarcelado o las Madres de Plaza de Mayo. Eligieron privilegiar a un líder más pacífico, y por lo tanto más pasivo, y se lo dan, entre otras cosas, porque ha renunciado a ejercer una resistencia activa.
Entonces cuando premian en el tercer mundo premian la resistencia pacífica pasiva, aunque esa forma no logre conmover a los opresores. La junta birmana que lleva décadas en el poder, aunque el país cambie de nombre cada dos por tres. En cambio cuando premian a los líderes de las potencias, premian a lo que obtienen los resultados deseados, aunque sea a punta de fusil.
Otro criterio que respeta el comité noruego es el de alternancia entre norte y sur, izquierda y derecha. Tienen que mezclar para no perder audiencia y, por lo tanto, gravitación. Entonces mezclan tibetanos con sudafricanos, birmanos con guatemaltecos, coreanos del sur con irlandeses del norte y vuelta a empezar. Si quisieran ayudar a voltear a Mugabe elegirían a un activista en Zimbabwe que nunca se trenzó con nadie, si quisieran darles un mazazo a los golpistas de Honduras el premio iría a algún zelayista que nunca tiró una piedra.
A veces reparten el premio entre opresores y oprimidos, vencedores y vencidos. Mandela se hizo famoso por combatir el apartheid al frente de una organización política, el Congreso Nacional Africano, que incluyó la lucha armada entre sus metodologías políticas. De Klerk se dio a conocer como representante del régimen vencido, no porque la guerrilla tomó el poder, sino por el peso de una multimillonaria campaña de desinversión y un implacable bloqueo comercial que vaciaron sus arcas, y un boicot diplomático, político, cultural y deportivo que le anuló sus vías de legitimación. A Mandela se lo dieron por no castigar a sus verdugos. A De Klerk por entregarle la banda presidencial a un negro.
A los miembros del comité no parecen gustarles las causas silenciosas. Por eso si un tema no tiene suficiente prensa, como el tema de las bombas-racimo, por ejemplo, o la búsqueda incansable de los bebés expropiados en la dictadura argentina, entonces el premio no llega, por más méritos que hagan los referentes en el tema. En cambio si Paul McCartney y su mujer lisiada se embanderan con las minas antipersonales, el premio no tarda en llegar. Por eso un tipo como Bono siempre es un buen candidato.
Entonces premian a los Obama, a los Kissinger, a los Gorbachov, a los Begin y a los Gore, si no, no serían los Nobel. Serían otra cosa y estaríamos escribiendo de las elecciones en Uruguay.
Claro que hasta ahora los premios a los grandes líderes siempre se los dieron a veteranos de trayectoria, con algunas batallas encima, con pasado, con archivo, como se dice: Yitzak Rabin, Jimmy Carter, Roosevelt, Arafat.
Esta vez le tocaba a uno de esos tipos. ¿A quién se lo iban a dar? ¿A Sarkozy? ¿A Hu Jintao? ¿A Putin? ¿A Fidel Castro? ¿A Berlusconi? Cualquiera de ellos hubiera generado un escándalo tan grande como el que se armó con el premio a Obama. Entonces eligen al que más les gusta y qué importa si todavía no peina canas.
Si llegó a la presidencia de Estados Unidos, primer negro para más datos, algo habrá hecho, perdón por la expresión. Una sola decisión que haya tomado este líder mundial, qué sé yo, el desmantelamiento del escudo antimisiles en Europa o el nombramiento de Sonia Sotomayor, seguramente tuvo más impacto que toda una vida de resistencia en Rangoon.
Entonces “no hizo nada” es relativo. Por lo pronto llegó a la Casa Blanca con una nieta de esclavos y no poca gente cree que sólo por eso lo van a matar.
Claro que no le dieron el premio por derribar barreras raciales. Los miembros del comité, en sintonía con los líderes de las potencias europeas, decidieron que este año hay otras prioridades en la agenda.
Europa quiere arreglar con Irán, salirse de Afganistán, terminarla en Irak, calmar a Rusia y arreglar lo de Guantánamo. Entonces le dan el premio para que haga eso, diciendo que ya lo empezó a hacer.
Es cierto que algo empezó a hacer Obama al respecto: sacó soldados de Irak, sacó presos de Guantánamo, arregló un desarme nuclear con Rusia. Y su postura dialoguista debería representar un avance para la paz mundial con respecto a su antecesor, George W. Bush. Pero en Medio Oriente armó un par de reuniones sin conseguir nada y en Afganistán apenas empezó a dudar.
El tipo está en guerra y le dan el premio de la paz. Se lo dan en nombre de Nobel, un fabricante de armas, y se lo da un organismo semioficial de un país fabricante de armas. Y a los activistas del tercer mundo no le perdonan ni tirar una piedra.
Los anteriores ganadores del premio entienden el mecanismo y por eso, salvo alguna excepción, salieron en coro a felicitar a Obama y decir que el reconocimiento fue merecido, contra la opinión del otro 99,99 por ciento del mundo. Y por supuesto que aprovecharon la ocasión para discursear en favor de sus causas políticas, haciendo eje en las políticas de Obama, que por supuesto influyen sobre cada una de esas causas.
El Nobel de la Paz funciona así. Como instrumento de política exterior de una poderosa institución del norte europeo, más allá de los méritos de los ganadores y las contradicciones del comité. Por eso Obama se pone nervioso y dice que no lo merece, pero confirma que lo va a recibir igual y se banca el abucheo. No se la hicieron fácil pero no se va a quedar afuera. No sería Obama, no sería el Nobel.
Publicado en Página/12 el 11 de octubre de 2009
lunes, 5 de octubre de 2009
Seguimos en Honduras - Por Santiago O’Donnell
Seguimos en Honduras. Metidos en la embajada brasileña junto al presidente legítimo Manuel Zelaya. Con Doris García Paredes, ministra de la Mujer del gobierno zelayista, al teléfono, haciéndonos sentir que estamos ahí. Cercados. Con militares en la vereda, con militares ocupando todas las casas que nos rodean. Pero sintiendo la hospitalidad de Brasil, el apoyo de Estados Unidos, el apoyo del mundo, sintiendo la resistencia en las calles de Honduras, esa resistencia que crece día a día a pesar de y por causa de la represión. Con esperanza, pero también con miedo. Miedo a lo que pueda pasar porque al señor dictador no se le mueve un pelo y no parece entender lo que está haciendo. Todo eso nos transmite García Paredes, una de las siete mujeres y cincuenta y tres hombres que viven en la embajada desde el lunes de la semana pasada. Veinte minutos que dura la comunicación. Hasta que se corta.+/- Ver mas...
“Estamos a la expectativa, como siempre que hay avances en el diálogo en el marco de las relaciones internacionales, aunque a algunos sectores nacionales que quisieran estar no se les ha permitido participar”, dice la ministra, horas después de recibir la visita de una delegación de legisladores brasileños, mientras aguarda la llegada de una comisión de la OEA. “Esperamos que pronto se resuelva esta crisis, que el régimen de facto recapacite.”
Dice que la vida en la embajada es llevadera. Que está llena de actividades, que se festejaron varios cumpleaños con mucha alegría, incluyendo el de Zelaya, que celebran misas en el patio y que están llenos de actividades políticas que empiezan temprano a la mañana con las reuniones de los distintos equipos de crisis, y que sigue con las actividades del presidente, las de la primera dama Xiomara Castro, la atención a la prensa internacional, que siempre hay algo para hacer.
“También hay momentos tristes. Los ataques de los gases se sienten en muchos cuerpos todavía hoy. Sufrimos una invasión electrónica. Tenemos las comunicaciones interceptadas, muchas veces interrumpidas. Tenemos un cerco militar. Las casas de los frentes y los laterales fueron desocupadas y los militares tienen el control. Cada día es incierto, cada noche también. A partir de las seis de la tarde nos apuntan con un faro y nos encandilan toda la noche. Hay una tensión latente. Nos amenazan con mensajes que nos llegan por celular.”
Dice que está optimista porque el presidente Zelaya se muestra dispuesto al diálogo, recibe a la gente que lo viene a visitar, busca acuerdos, habla con el obispo, habla con todos.
Pero ése nunca fue el problema, contestamos. Desde que lo sacaron de su casa en pijamas, Zelaya siempre se mostró predispuesto al diálogo. El que no cede es el dictador.
“El siempre ha dicho que no va a renunciar, lo ha dicho reiteradas veces, Pero tiene que reconocer el entorno internacional. Si nos llevamos por lo que dicen los medios que apoyan a la dictadura y que nos llaman para darnos noticias, la verdad es que ellos van a continuar en su posición, cerrados, a pesar de lo que dice la comunidad internacional y de la resistencia que lleva 97 días en la calle, manifestándose de forma pacífica. Nos dicen que se están colocando bombas en el exterior de la embajada, en puntos estratégicos, preparándose para un día desalojar la embajada. Pero no les damos entero crédito a las versiones, ya que la Convención de Viena dice que las embajadas deben ser respetadas por las autoridades.”
¿Pero se siente segura?
“No, segura no, porque la fuerza militar es muy dura. Nos tiraron bombas lacrimógenas. Atacaron a los manifestantes que estaban frente a la embajada. Pero el pueblo ha despertado y ha reaccionado firme contra este golpe.”
¿Y en la embajada de Brasil se siente más segura que en otras embajadas?
“Claro, es la sexta potencia en el mundo y para nosotros es fundamental. Yo siento empatía por el pueblo brasileño. En mi caso estoy muy contenta de conocerlos y de compartir las actividades cotidianas, desde el aseo a la mañana hasta las conversaciones tarde en la noche. La visita de los congresistas brasileños ha sido muy provechosa, muy importante, han reiterado el apoyo de Brasil al sistema democrático en America latina. Nos contaron que han tenido encuentros con otros sectores del régimen de facto y que les expresaron su compromiso con la defensa plena del sistema democrático, después vinieron acá y nos dijeron que querían conocer las condiciones en que vivíamos en la embajada. Fueron muy cordiales. Tener esa relación estrecha nos animó mucho, para el pueblo hondureño que lucha es muy importante Brasil.”
¿Y Estados Unidos los apoya?
“Claro. Entiendo que hay un vínculo directo del señor presidente (Zelaya) con ese país y con todo el concierto de naciones. Están muy comunicados. Estados Unidos tiene una influencia muy grande y ha estado apoyando en un nivel muy importante.”
Dejamos la embajada por un momento. La semana pasada un diplomático que participa en las negociaciones había advertido: “Ahora se le va a hablar a Micheletti de otra manera”. El caso hondureño había llegado al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y la amenaza del uso de fuerza estaba implícita en el texto leído por la embajadora estadounidense ante la ONU, Susan Rice. Estados Unidos no se va a meter ni loco, menos una administración demócrata, menos Obama, menos con un frente abierto en Afganistán.
Pero Brasil asoma como potencia. Brasil mundialista, Brasil olímpico, Brasil dueño de grandes reservas petroleras, Brasil pilar del BRIC. Brasil quiere hace mucho un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Brasil acaba de hacer una megacompra de armamento francés que incluye tanques y cazas de última generación y varios submarinos, entre ellos uno de propulsión nuclear. Lula tuvo que salir a decir el mes pasado que no estaba entrando en una carrera armamentista. Micheletti dijo la semana pasada que si invadía el país “una fuerza latinoamericana” le ordenaría a su ejército que no disparara ni un tiro contra sus “hermanos”. Casi una invitación para intervenir. Folha de Sao Paulo informó que ya hay planes trazados. El canciller Celso Amorim tuvo que salir el martes a desmentir que Brasil fuera a invadir. Pero esto es como en el fútbol: cuando un presidente sale a ratificar a su entrenador, quiere decir que el entrenador está en la cuerda floja.
Si Micheletti aborta o estira indefinidamente la negociación mientras fuerza las elecciones, quedará demostrado que las amenazas no sirvieron de nada. Ni hablar si asalta la embajada para detener a Zelaya. Ahí sí se pudre todo. No suena razonable, pero Micheletti ya dijo que está jugado, que está como Galtieri con las Malvinas.
Entonces Lula podría justificar su gasto militar. Más allá de las vagas amenazas que se ciernen sobre Amazonia y la bases militares que su aliado Estados Unidos ha instalado en la vecina Colombia. Y Brasil se convertiría en el gendarme de la democracia en América latina. Y la Carta Democrática de la OEA por fin tendría dientes. Y la región pasaría a tener una potencia dominante, algo muy parecido a lo que en el siglo pasado se llamaba “imperio”.
Pero falta. Podría no ocurrir en Honduras, pero sí en la próxima crisis. La realidad es que Brasil sólo intervendría bajo mandato del Consejo de Seguridad y no está ni cerca de conseguir los votos necesarios. Pero bueno, la situación es fluida y no se puede descartar nada.
Volvemos a la embajada. La ministra es consciente del peligro. No quiere sangre. No quiere más muertos.
“Hay un marco de referencia que es el acuerdo de San José. Ahora hay que firmarlo y acordar los medios de ejecución y las garantías. El presidente está aquí, vino con un plan pacífico y de apertura plena al diálogo. Si no hubiera regresado al país, otra hubiera sido la referencia y otras las condiciones. Pero él ha llamado al diálogo. Ha mostrado su filosofía en contra de la violencia y se ha mostrado totalmente a favor de una política de Estado de mantener una actitud pacífica. Las determinaciones las dará el tiempo. En agosto fue un tiempo, en septiembre fue otro y ahora que estamos casi a las puertas de las elecciones el tiempo es otro. Este es un tiempo positivo. El pueblo hondureño ha demostrado que está vivo y que está unido. Mientras el presidente esté aquí en actitud pacífica y el acuerdo esté sobre la mesa, seguiremos insistiendo con el diálogo. Cuando no esté, o si pasamos las elecciones y todo sigue igual, entonces otro será el análisis. Reconocemos que la comunidad internacional ha reaccionado y sigue reaccionando, y que el hilo conductor diplomático-jurídico no se puede interrumpir, se tiene que respetar, y Zelaya siempre ha sido respetuoso del orden internacional.”
Queda picando lo del pueblo hondureño, que la ministra menciona a cada rato. ¿Por qué dice que el pueblo ha reaccionado?
“Porque ahora está organizado en cada uno de los municipios de los dieciocho departamentos que tiene el país. La resistencia se ha reorganizado y tiene una estructura organizativa a nivel nacional. En julio y agosto no se tenía ese nivel de coordinación. Recién en el mes pasado empezamos a tenerla. Ha habido una maduración de la situación a medida que el pueblo tomó conocimiento de lo que estaba pasando.”
Entonces seguimos en Honduras, metidos en la embajada de Brasil, con el presidente legítimo, cercados, esperanzados, con un pueblo que reacciona, respetando los tiempos del orden internacional.
Dice que la vida en la embajada es llevadera. Que está llena de actividades, que se festejaron varios cumpleaños con mucha alegría, incluyendo el de Zelaya, que celebran misas en el patio y que están llenos de actividades políticas que empiezan temprano a la mañana con las reuniones de los distintos equipos de crisis, y que sigue con las actividades del presidente, las de la primera dama Xiomara Castro, la atención a la prensa internacional, que siempre hay algo para hacer.
“También hay momentos tristes. Los ataques de los gases se sienten en muchos cuerpos todavía hoy. Sufrimos una invasión electrónica. Tenemos las comunicaciones interceptadas, muchas veces interrumpidas. Tenemos un cerco militar. Las casas de los frentes y los laterales fueron desocupadas y los militares tienen el control. Cada día es incierto, cada noche también. A partir de las seis de la tarde nos apuntan con un faro y nos encandilan toda la noche. Hay una tensión latente. Nos amenazan con mensajes que nos llegan por celular.”
Dice que está optimista porque el presidente Zelaya se muestra dispuesto al diálogo, recibe a la gente que lo viene a visitar, busca acuerdos, habla con el obispo, habla con todos.
Pero ése nunca fue el problema, contestamos. Desde que lo sacaron de su casa en pijamas, Zelaya siempre se mostró predispuesto al diálogo. El que no cede es el dictador.
“El siempre ha dicho que no va a renunciar, lo ha dicho reiteradas veces, Pero tiene que reconocer el entorno internacional. Si nos llevamos por lo que dicen los medios que apoyan a la dictadura y que nos llaman para darnos noticias, la verdad es que ellos van a continuar en su posición, cerrados, a pesar de lo que dice la comunidad internacional y de la resistencia que lleva 97 días en la calle, manifestándose de forma pacífica. Nos dicen que se están colocando bombas en el exterior de la embajada, en puntos estratégicos, preparándose para un día desalojar la embajada. Pero no les damos entero crédito a las versiones, ya que la Convención de Viena dice que las embajadas deben ser respetadas por las autoridades.”
¿Pero se siente segura?
“No, segura no, porque la fuerza militar es muy dura. Nos tiraron bombas lacrimógenas. Atacaron a los manifestantes que estaban frente a la embajada. Pero el pueblo ha despertado y ha reaccionado firme contra este golpe.”
¿Y en la embajada de Brasil se siente más segura que en otras embajadas?
“Claro, es la sexta potencia en el mundo y para nosotros es fundamental. Yo siento empatía por el pueblo brasileño. En mi caso estoy muy contenta de conocerlos y de compartir las actividades cotidianas, desde el aseo a la mañana hasta las conversaciones tarde en la noche. La visita de los congresistas brasileños ha sido muy provechosa, muy importante, han reiterado el apoyo de Brasil al sistema democrático en America latina. Nos contaron que han tenido encuentros con otros sectores del régimen de facto y que les expresaron su compromiso con la defensa plena del sistema democrático, después vinieron acá y nos dijeron que querían conocer las condiciones en que vivíamos en la embajada. Fueron muy cordiales. Tener esa relación estrecha nos animó mucho, para el pueblo hondureño que lucha es muy importante Brasil.”
¿Y Estados Unidos los apoya?
“Claro. Entiendo que hay un vínculo directo del señor presidente (Zelaya) con ese país y con todo el concierto de naciones. Están muy comunicados. Estados Unidos tiene una influencia muy grande y ha estado apoyando en un nivel muy importante.”
Dejamos la embajada por un momento. La semana pasada un diplomático que participa en las negociaciones había advertido: “Ahora se le va a hablar a Micheletti de otra manera”. El caso hondureño había llegado al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y la amenaza del uso de fuerza estaba implícita en el texto leído por la embajadora estadounidense ante la ONU, Susan Rice. Estados Unidos no se va a meter ni loco, menos una administración demócrata, menos Obama, menos con un frente abierto en Afganistán.
Pero Brasil asoma como potencia. Brasil mundialista, Brasil olímpico, Brasil dueño de grandes reservas petroleras, Brasil pilar del BRIC. Brasil quiere hace mucho un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Brasil acaba de hacer una megacompra de armamento francés que incluye tanques y cazas de última generación y varios submarinos, entre ellos uno de propulsión nuclear. Lula tuvo que salir a decir el mes pasado que no estaba entrando en una carrera armamentista. Micheletti dijo la semana pasada que si invadía el país “una fuerza latinoamericana” le ordenaría a su ejército que no disparara ni un tiro contra sus “hermanos”. Casi una invitación para intervenir. Folha de Sao Paulo informó que ya hay planes trazados. El canciller Celso Amorim tuvo que salir el martes a desmentir que Brasil fuera a invadir. Pero esto es como en el fútbol: cuando un presidente sale a ratificar a su entrenador, quiere decir que el entrenador está en la cuerda floja.
Si Micheletti aborta o estira indefinidamente la negociación mientras fuerza las elecciones, quedará demostrado que las amenazas no sirvieron de nada. Ni hablar si asalta la embajada para detener a Zelaya. Ahí sí se pudre todo. No suena razonable, pero Micheletti ya dijo que está jugado, que está como Galtieri con las Malvinas.
Entonces Lula podría justificar su gasto militar. Más allá de las vagas amenazas que se ciernen sobre Amazonia y la bases militares que su aliado Estados Unidos ha instalado en la vecina Colombia. Y Brasil se convertiría en el gendarme de la democracia en América latina. Y la Carta Democrática de la OEA por fin tendría dientes. Y la región pasaría a tener una potencia dominante, algo muy parecido a lo que en el siglo pasado se llamaba “imperio”.
Pero falta. Podría no ocurrir en Honduras, pero sí en la próxima crisis. La realidad es que Brasil sólo intervendría bajo mandato del Consejo de Seguridad y no está ni cerca de conseguir los votos necesarios. Pero bueno, la situación es fluida y no se puede descartar nada.
Volvemos a la embajada. La ministra es consciente del peligro. No quiere sangre. No quiere más muertos.
“Hay un marco de referencia que es el acuerdo de San José. Ahora hay que firmarlo y acordar los medios de ejecución y las garantías. El presidente está aquí, vino con un plan pacífico y de apertura plena al diálogo. Si no hubiera regresado al país, otra hubiera sido la referencia y otras las condiciones. Pero él ha llamado al diálogo. Ha mostrado su filosofía en contra de la violencia y se ha mostrado totalmente a favor de una política de Estado de mantener una actitud pacífica. Las determinaciones las dará el tiempo. En agosto fue un tiempo, en septiembre fue otro y ahora que estamos casi a las puertas de las elecciones el tiempo es otro. Este es un tiempo positivo. El pueblo hondureño ha demostrado que está vivo y que está unido. Mientras el presidente esté aquí en actitud pacífica y el acuerdo esté sobre la mesa, seguiremos insistiendo con el diálogo. Cuando no esté, o si pasamos las elecciones y todo sigue igual, entonces otro será el análisis. Reconocemos que la comunidad internacional ha reaccionado y sigue reaccionando, y que el hilo conductor diplomático-jurídico no se puede interrumpir, se tiene que respetar, y Zelaya siempre ha sido respetuoso del orden internacional.”
Queda picando lo del pueblo hondureño, que la ministra menciona a cada rato. ¿Por qué dice que el pueblo ha reaccionado?
“Porque ahora está organizado en cada uno de los municipios de los dieciocho departamentos que tiene el país. La resistencia se ha reorganizado y tiene una estructura organizativa a nivel nacional. En julio y agosto no se tenía ese nivel de coordinación. Recién en el mes pasado empezamos a tenerla. Ha habido una maduración de la situación a medida que el pueblo tomó conocimiento de lo que estaba pasando.”
Entonces seguimos en Honduras, metidos en la embajada de Brasil, con el presidente legítimo, cercados, esperanzados, con un pueblo que reacciona, respetando los tiempos del orden internacional.
Publicado en Página/12 el 04 de octubre de 2009
Imagen: AFP
HONDURAS...¿por qué no te callas?
Algunas opiniones que nos llegan desde toda la Argentia y también desde el exterior sobre "Hundidos en Honduras" (última entrada)+/- Ver mas...
HONDURAS...¿por qué no te callas?
Si hay un nudo que el presidente de facto de Honduras ha logrado desatar, es que palabras como "comunidad internacional", "oea", "consejo de seguridad", "onu", entre otras, no sean más que eso: palabras. Palabras vacías de contenido y sin capacidad para resolver problemáticas...o al menos algunas.
Desde el aciago 28 de junio, en que un presidente constitucional es arrancado de su cargo, su casa y expulsado de su país, la ronda de declaraciones, pseudo-bloqueos y visitas de organismos de derechos humanos, no han logrado más que extender el sufrimiento del pueblo Hondureño. Y lo que es peor: mostrar en sus actitudes que en cualquier país de estas latitudes, empresarios poderosos, iglesia, fuerzas armadas, pueden pergeñar un golpe de estado y no pasa nada.
Al escribir esta notita, 27 de setiembre, cualquiera puede darse cuenta que vamos hacia los cuatro meses: 120 días...2.880 horas en que todo está igual. Los golpistas en el país golpeado; los detenidos, detenidos, torturados y quizá muertos. Ahora con el aditamento de que el presidente constitucional está virtualmente "exiliado" en la embajada de Brasil y sujeto a lo que venga. Quién o quiénes lo van a impedir?
¿Habrá otro pacto de Costa Rica remozado? ¿Otra declamación imperial? Otra...otra...?
Pero, mientras tanto, todo está igual. Cadenas de solidaridad que se asemejan a causas consumadas. ¿Se habrá consumado lo de Honduras y no nos han avisado?
La fuerza de las bestias no requiere otro tratamiento que una contra-fuerza, en lo posible, mayor.
Ya no hay espacios para acuerdos ni negociaciones (acá no hay nada que negociar!).
Insisto: lo de Honduras hoy puede ocurrir en cualquier país latino o centroamericano. ¿Alguien no hablaba de "globo de ensayo"?
¿Es acaso que los presidentes de las regiones mencionadas se hayan contagiado del fenómeno argentino en la que se dice que Dios es argentino, como Maradona, y nada nos puede pasar?
EDDIE BUSTOS
DNI: 10042987
Docente de la Universidad
Nacional de San Luis
EXCELENTE O ARTIGO DA PÁGINA/12.
PARABÉNS!!!
Omar Rösler
Estimado señor O`donnell , sirvase aceptar y recibir un muy cordial saludo y mi reconocimiento a su valioso trabajo de analisis-periodistico. Atte. mario lopez correa.
"La movida de Zelaya es más bien fruto de un acuerdo entre Brasilia y Washington".
Leí unas tres veces su análisis hondureño, que me parece excelente por su profundidad. No llego a comprender del todo una de sus reflexiones, la que encabeza este mail. El presunto acuerdo Zelaya-Itamaratí puede llegar a ser comprensible, habida cuenta de las pretenciones geopolíticas de Brasil, aunque tengo mis dudas. Pero no llego a entender la supuesta complicidad de (parte de) los EEUU. Para la línea Obama-Hillary y Cía Honduras es una papa caliente que conviene desechar cuanto antes mejor. El regreso de Zelaya hace aumentar la temperatura sin beneficio aparente. Respecto de una eventualísima intervención militar, habría que ver en primer lugar su posibilidad fáctica. Quizás Fidel se adelante y apueste a corto y largo plazo. Corto, se queda Micheletti y se hacen las elecciones. Largo, el pueblo hondureño hace su experiencia y aprende de ella, cosa que resultaría positiva más adelante.
Atentamente, Carlos E. Shmerkin.
Si hay un nudo que el presidente de facto de Honduras ha logrado desatar, es que palabras como "comunidad internacional", "oea", "consejo de seguridad", "onu", entre otras, no sean más que eso: palabras. Palabras vacías de contenido y sin capacidad para resolver problemáticas...o al menos algunas.
Desde el aciago 28 de junio, en que un presidente constitucional es arrancado de su cargo, su casa y expulsado de su país, la ronda de declaraciones, pseudo-bloqueos y visitas de organismos de derechos humanos, no han logrado más que extender el sufrimiento del pueblo Hondureño. Y lo que es peor: mostrar en sus actitudes que en cualquier país de estas latitudes, empresarios poderosos, iglesia, fuerzas armadas, pueden pergeñar un golpe de estado y no pasa nada.
Al escribir esta notita, 27 de setiembre, cualquiera puede darse cuenta que vamos hacia los cuatro meses: 120 días...2.880 horas en que todo está igual. Los golpistas en el país golpeado; los detenidos, detenidos, torturados y quizá muertos. Ahora con el aditamento de que el presidente constitucional está virtualmente "exiliado" en la embajada de Brasil y sujeto a lo que venga. Quién o quiénes lo van a impedir?
¿Habrá otro pacto de Costa Rica remozado? ¿Otra declamación imperial? Otra...otra...?
Pero, mientras tanto, todo está igual. Cadenas de solidaridad que se asemejan a causas consumadas. ¿Se habrá consumado lo de Honduras y no nos han avisado?
La fuerza de las bestias no requiere otro tratamiento que una contra-fuerza, en lo posible, mayor.
Ya no hay espacios para acuerdos ni negociaciones (acá no hay nada que negociar!).
Insisto: lo de Honduras hoy puede ocurrir en cualquier país latino o centroamericano. ¿Alguien no hablaba de "globo de ensayo"?
¿Es acaso que los presidentes de las regiones mencionadas se hayan contagiado del fenómeno argentino en la que se dice que Dios es argentino, como Maradona, y nada nos puede pasar?
EDDIE BUSTOS
DNI: 10042987
Docente de la Universidad
Nacional de San Luis
EXCELENTE O ARTIGO DA PÁGINA/12.
PARABÉNS!!!
Omar Rösler
Estimado señor O`donnell , sirvase aceptar y recibir un muy cordial saludo y mi reconocimiento a su valioso trabajo de analisis-periodistico. Atte. mario lopez correa.
"La movida de Zelaya es más bien fruto de un acuerdo entre Brasilia y Washington".
Leí unas tres veces su análisis hondureño, que me parece excelente por su profundidad. No llego a comprender del todo una de sus reflexiones, la que encabeza este mail. El presunto acuerdo Zelaya-Itamaratí puede llegar a ser comprensible, habida cuenta de las pretenciones geopolíticas de Brasil, aunque tengo mis dudas. Pero no llego a entender la supuesta complicidad de (parte de) los EEUU. Para la línea Obama-Hillary y Cía Honduras es una papa caliente que conviene desechar cuanto antes mejor. El regreso de Zelaya hace aumentar la temperatura sin beneficio aparente. Respecto de una eventualísima intervención militar, habría que ver en primer lugar su posibilidad fáctica. Quizás Fidel se adelante y apueste a corto y largo plazo. Corto, se queda Micheletti y se hacen las elecciones. Largo, el pueblo hondureño hace su experiencia y aprende de ella, cosa que resultaría positiva más adelante.
Atentamente, Carlos E. Shmerkin.
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Le escribo para felicitarlo por su nota titulada "otro país" en el diario pagina 12 y, al mismo tiempo, realizarle algunos comentarios sobre la misma.
-En la nota usted afirma: "a Vázquez ni se le ocurre presentarse para una reelección". Creo que esa afirmación no es del todo correcta ya que a principios de este año se formo un movimiento político liderado por allegados al presidente que promovio una junta de firmas para reformar la constitución introduciendo en ella la reelección presidencial (que actualmente no existe) y asi poder candidatear a Vazquez nuevamente. Este movimiento contó con locales en muchas ciudades del país y logró recolectar decenas de miles de firmas. La actitud publica del presidente fue vacilante durante varios meses y algunos gestos y declaraciones fueron interpretados mayoritariamente en su momento como una señal de apoyo. Con el tiempo el movimiento fue decantando especialmente a raiz de que no tuvo mucho apoyo en la interna del Frente Amplio y que constitucionalmente la alternativa era seriamente custionable.
-En otro pasaje de la nota usted afirma que en Uruguay existió: "una campaña donde el debate de ideas primó sobre el escándalo y la chicana". En realidad en Uruguay la campaña ha sido reconocida por todos los analistas y por la amplia mayoria de la opinion pública como chata y de muy bajo nivel. Para ejemplificar esto cabria recordar que algunas de las mayores discusiones se dieron en torno a las declaraciones de Jose Mujica donde acusó de "perro faldero" al candidato a la vicepresidencia por el partido nacional o las declaraciones de Lacalle donde acusó de "atorrantes" a los beneficiones del plan de emergencia (un plan social que aplicó el gobierno de Vázquez).
No quiero quitarle más tiempo por lo cual me reservo algunos otros comntarios menores sobre el articulo. Desde ya muchas gracias por la atención,
Pablo Cabrera
Montevideo - Uruguay
RTA:hola pablo,
gracias por el comentario. solo te quería comentar, que para mí lo que hizo tabaré es coquetear un poco con lo de la reeleccion para no perder poder y posicionar mejor a su candidato astori en la interna de FA, pero no fue a fondo ni mucho menos. Lo del debate es realitivo, por supuesto, seguramente hubo campañas más interesantes, pero comparado con lo que vivimos de este lado del charco, me parece que la diferencia es notoria.
ss.s
Señor O´Donnell : sirvase usted nuevamente aceptar y recibir mi cordial saludo y mi reconociminento a su magnifica reseña de opinion sobre las elecciones de hoy en el Uruguay de Hoy. Felicitaciones al pueblo uruguayo , por su rectificacion historica.
Atte. mario lopez correa.
O’ Donnell, mi nombre es Tomás Barceló Cuesta, escritor y periodista cubano radicado en Córdoba, Argentina, desde el 2001. De entre todos los medios periodísticos –al menos los más “importantes”- el que más leo es Página 12, por ser el más cercano a mí, ideológicamente hablando. Y, por supuesto, lo leo a usted por ser uno de los periodistas que desde sus páginas y asumiendo una perspectiva histórica, suele abordar ciertos temas.
Acabo de leer su artículo Otro país, referido a Uruguay y sus elecciones de hoy domingo. A propósito, pues, le envío el link sobre una crónica que publiqué en mi blog personal http://www.ternurayrabia.blogspot.comhttp://www.ternurayrabia.blogspot.com sobre el “vecinito” país hace ya aproximadamente un par de meses o algo así. Si lo desea, tómese el trabajo, sino, nada se pierde.
Le envío un saludo sincero
Tomás Barceló Cuesta
Los uruguayos quieren desaparecer
RTA:gracias tomas, lo lei, muy interesante,
saludos, s.
Con todo el respeto y admiracion que su nombre provoca en mi persona debo decirle que su nota de hoy en pagina 12 me desiluciono sobremanera. Soy argentina casada con un uruguayo desde hace 35 años, conozco algo la idiosincracia de ese querido pais. Cuando lei la frase :/Hace cuatro años, el Frente Amplio alcanzó la presidencia con su intendente exitoso, Tabaré Vázquez, que termina un gobierno también exitoso, con importantes aciertos sociales y educativos, *una línea económica liberal bastante ortodoxa, y una política exterior de alineamiento con Estados Unidos, */me sorprendio su concepto de exitoso.
Que el Frente Amplio haya seguido con una linea liberal ortodoxa y alineado a EE.UU es como minimo bochornoso, Aun mas si le sumamos como el gobierno del doctor Vazquez dejo al Uruguay practicamente al margen de todos los acontecimiento importantes que han ocurrido en America Latina en este siglo. Su alineamiento con EE.UU lo dejo afuera de las importantes acciones llevadas a cabo por nuestros gobiernos para afianzar el mercosur y la union Latinoamericana. Creo en los principios e ideales. Pertenezco a una generacion que cree en ellos y lucha por ellos.
Sin defender el corte de Gualeguaychu ,que es una verguenza nacional, la postura del Dr. Vazquez no lo es menos. Se opone a su propia postura anterior contra Botnia y miente descaradamente al narrar los hechos aprovechando que los mismos se desencadenaron durante la peor crisis de nuestro pais que hizo de Botnia un tema inexistente.
En cuanto a "Cuqui" se le olvido mencionar que ha sido el gobierno mas corrupto del Uruguay de los ultimos tiempos. No es un dato menor, no lo digo yo, esta equiparado a nuestro menemato, a Fugimori, a Colhor de melo (no se como se escribe) etc.Esas omisiones facilitan el reciclado de esos nefastos personajes.
Bueno, perdon Dr. O"Donnell por atreverme a discrepar con Ud., pero el dejo de ejemplo con que finaliza su nota me produce inmensa tristeza ante los embates despiadados que recibe nuestra debil democracia en los ultimos tiempos.
Atentamente. Arqta. Maria Alicia Palazzo.
RTA:hola maria alicia,
esta bien lo que decis, pero el éxito no se mide según la ideología. yo lo mido en niveles de aprobacion y tabaré se va con cerca del 70%
saludos, s.
Como uruguayo, me llena de orgullo leer su nota. Es para mi una satisfacción esa visión que usted se ha llevado de nuestro país.
Por supuesto que también hay sombras, pero los días de elecciones son siempre una fiesta..le recomiendo la nota publicada en el semanario "Brecha" el jueves 22 de Octubre, escrita por el historiador Gerardo Caetano.
Por último, una pequeña discrepancia: la economía no tuvo una conducción liberal, eso es injusto, el gobierno ha tenido que actuar con responsabilidad y se avanza gradualmente.
Se hizo una reforma total del sistema tributario (tratando de disminuir el peso de los impuestos regresivos), que es perfectible, pero que benefició a los más pobres; la conformación del presupuesto nacional aprobado en 2005 (en Uruguay es quinquenal), trató de priorizar áreas tales como la educación, la salud, y la inversión en políticas sociales (esas que el "Cuqui" desea recortar). Pero ello, sin descuidar las cuentas públicas; mínimo déficit fiscal, manteniendo la inflación por debajo del 10% y una conducta responsable respecto de las obligaciones del Estado con los acreedores internacionales.
Asimismo Uruguay retomó la senda del avance en la legislación laboral, y se rediseño el sistema de salud, además de modificaciones trascendente del sistema de seguridad social, que permitió a mucha gente acceder a prestaciones jubilatorias.
Saludos.
German Mora
RTA:Hola german muchas gracias por el mensaje. todo lo que decis es cierto, pero no se contradice con un lineamiento macroeconómico aperturista, un sistema
financiero armado para funcionar como paraíso fiscal y un importante tratado comercial con estados unidos: cómo se llama eso?
abz, s.
Somos diferentes ni peores ni mejores.
Respetuosamente
Juan Schiavoni
ESTIMADO ODONNELL , QUIERO EXPRESARLE MI COINCIDENCIA CON EL TITULO DE SU NOTA EN EL DIARIO PAGINA 12 DE ESTE DOMINGO PERO QUIERO HACERLO DESDE ALGUNAS DE NUESTRAS CARACTERÍSTICAS ,COMO PAÍS Y COMO PUEBLO,:
ARGENTINA NO TIENE EL 40% DE SU MASA LABORAL EXILIADA EN OTROS PAÍSES, URUGUAY SI EN ARGENTINA ( 350 MIL ) , TAMPOCO NUESTRO PUEBLO JAMAS VOTO UNA ADMISTIA PARA LOS ACESINOS DE LA DICTADURA MILITAR , NO SOMOS PARAÍSO FISCAL NI VIVIMOS DEL DINERO MAL HABIDO EN OTROS PAÍSES POR EL CONTRARIO AQUÍ VIENEN A ESPECULAR Y A SAQUEAR , SOMOS EL PRINCIPAL SOCIO COMERCIAL DE URUGUAY Y NO AL REVÉS, NUESTRO GOBIERNO TIENE UNA POSICIÓN DIGNA Y EMANSIPADORA JUNTO A OTROS GOBIERNOS DE LATINOAMERICA , EL URUGUAYO ES UN ALIADO ESTRATÉGICO DEL LOS EEUU ( COMO DE INGLATERRA DURANTE MALVINAS ) NUESTRA OPOSICION POLÍTICA CONTANDO TAMBIÉN AL 90 % DE LOS MEDIOS ATACA Y DESPRECIA TODA MEDIDA A FAVOR DEL PUEBLO SE OPONEN IRRACIONALMENTE Y CON CALUMNIAS Y MENTIRAS A CUALQUIER PERSONA QUE INTEGRE O SE MANIFIESTE DE ACUERDO CON EL GOBIERNO , SE PRESTAN A TODO TIPO DE CAMPAÑAS EN EL PAÍS O EN EL EXTRANJERO CONTRA EL GOBIERNO AUNQUE SE DAÑE INJUSTAMENTE LA IMAGEN DEL PAÍS , HAY QUE DESTACAR QUE EN ARGENTINA PUDO VOTAR DIRECTAMENTE EL PUEBLO A MAS DE UN CANDIDATO POR PARTIDO NACIONAL SIN QUE EXISTIRÁ NINGÚN CASO DE FRAUDE ELECTORAL , EN ARGENTINA NO SE CONOCE NINGÚN PACTO DE SILENCIO PARA ENCUBRIR CASOS DE DAÑO ECOLÓGICO NI CONTAMINACIÓN AMBIENTAL , PENSAR QUE EN URUGUAY EL MEDIO AMBIENTE ES POLÍTICA DE ESTADO ES UNA "SONCERA " COMO DIRÍA EL CRO. JAURECHE , EN ARGENTINA NINGÚN PRESIDENTE NI CANDIDATO A PRESIDENTE COMO EL PUEBLO EN GRAL OFENDIERON O INSULTARON AL PUEBLO NI A LOS POLÍTICOS DEMOCRÁTICOS URUGUAYOS ,LOS ARGENTINOS PUSIMOS EL PECHO PARA QUE URUGUAY FUERA LIBRE DEL ENTONSES IMPERIO DE BRASIL , ESTAS SON ALGUNAS DE LAS CONSIDERACIONES QUE ME SURGEN DE LAS LECTURAS DE SU NOTA Y LE SOY TOTALMENTE SINCERO , NO DUDO DE SU HONESTIDAD INTELECTUAL SI NO NO LE ENVIARIA ESTE CORREO, Y POR ULTIMO ESTIMADO SANTIAGO A UNA PARTE GRANDE DE LOS ARGENTINOS NOS CUESTA LIBERARNOS DE TANTOS AÑOS DE ACCIÓN SICOLÓGICA DIRIGIDA A HACERNOS IR EN CONTRA DE NOSOTROS MISMOS QUIZÁS ESTA SEA LA CAUSA DE NUESTROS MALES UN FRATERNAL ABRAZO DE COMPATRIOTA
CARLOS H. OVIEDO
RTA:estimado carlos, muchas gracias por escribir y enriquecerme con tu perspectiva.
saludos, s
La nota es extensa e intensa, pero como todas las cosas, le falta historia historia. Historia del pasado bien pasado, digamos del siglo 19.
Pero, Uruguay no es otro pais, en si. Fue un estado mas de la Federacion, Tuvo todas las raices federales que hicieron a la Argentina, luego, una Republica Federal, Representativa y Constitucional, y no un grupo de republiquetas como amenazaba ser. La diferencia fue la influencia inglesa en Uruguay -a los ingleses el gran Restaurador le ajusto las cuentas en ese entonces-, Sin embargo no se puede ignorar que la historia pone a Uruguay al tira y afloje entre Portugal, Espana, Brasil y la Argentina(no aun republica!)Federal. Tampoco se puede negar que Uruguay esta Hermanada con la Argentina contra aquellos imperios mas el Britanico y el Frances. Concecuentemente, e ironicamente, el primer presidente uruguayo fue un argentino:el General Rondeau(o Rondo'), que facilito el proceso presidencial, tras la redaccion de una constitucion, a favor de Fructuoso Rivera(1830-1834).
De ahi en mas, todo lo que pueda pasar con el alucinante nacionalismo urugyayo, es no menos que justificado tras largas epocas de dependencia imperial que llevo a Uruguay a perder un a buena porsion territorial a la expansion de Brasil.
Uruguay ha vivido su vida desde la independencia bajo las influencias de los imperios del siglo 19, en el siglo 20 y lo que va del 21, se ve a las claras el instinctivo repudio a las influencias latinoamericanas, especialmente la de Brasil y la Argentina(lo mismo pasa con Chile!), que les permitio a todos los presidentes del siglo 20 a 'ladearse' con EU e Inglaterra. Ultimamente -segun su nota tambien- Vazquez prefirio los EU para 'salir' de su enredo economico, aunque dependio, una vez mas, de la Argentina y Brasil en politica internacional y regional(MERCOSUR, como ejemplo, del que se beneficia a despecho de las protestas, razonables, de desigualdad).
La visita de Mujica a la presidenta Kirchner demuestra que esa, su primera visita regional como candidato, estuvo llena de promesas, dimes y diretes y otras yerbas con Cristina, y por algun motivo, puesto que la Argentina sigue siendo la hermana republica a la cual le debe su nacionalidad en gran medida, sino en total.
Despues de todo, la politica regional tiene que funcionar mas con criterio integracionista -algo que Tabare' no pudo negar ni refutar-, y en esa direccion sera la politica que Mujica va a tener que llevar si quiere sobrevivir fuera de la influencia de Washington. Este pais, los EU, no son la garantia de bienestar que esperan los lideres regionales. Obama no llego a nada con Cuba -se va entre gallos y media noches-, se mantiene callado con respecto a Venezuela y no creo que desista de su plan militarista en Colombia y con la IV Flota Naval y tampoco ofrece una solucion radical al problema Honduras, donde si hubiera sido Zelaya un 'deci-que-si' de la Casa Blanca, ya hubiera sacado a Micheletti del poder. Puede ser tambien que ya esten planeando que hacer con Chavez y los radicales Morales, Ortega y Correa.
Pero siempre estaria la fiel Uruguay -con un ex Tupamaru de presidente o no- para hacer de cabecera de puente en planes 'para las Americas' provenientes del Departamento de Estado. Si esto no se concreto durante Vazquez, fue por la gran influencia de Kirchner y Lula -y Chavez!- en contra del plan Bush para 'las Americas' Esto debe ser tenido en cuenta cuando se trata el caso Uruguay. No, no es otro pais, es otro Estado Federal dentro del planteo de la politica integral Platense.
Gracias por la atencion.
LOU PRUNEDA
California-USA.
RTA:hola lou,
muchas gracias por escribir.
es cierto que a mi articulo le falta historia, pero en mi defensa dire que lo mismo pasa con cualquier articulo dada las limitaciones del género. uno elige lo que quiere decir y mucha historia queda afuera. no estoy tan de acuerdo con tu idea de uruguay como cabeza de playa del imperio. yo creo que ese rol lo cumple colombia en un plano, y brasil en otro mas amplio. no creo que uruguay tenga la importancia geopolitica para washington que vos le das. creo que obama no habla de venezuela ni de las radicales de la region porque tiene otras prioridades, no le molestan. en honduras creo que más alla de algunos errores, es la primera vez que un presidente de EE.UU. juega para el lado correcto ante un golpe militar de derecha. creo que la iv flota es un papel, no hay ninguna evidencia de nuevos barcos o nuevos marineros en la region, mucho menos una flota que patrulle el continente. lo de las bases si me parece preocupante, pero no distinto a lo que usa tiene en otras partes del mundo. creo que usa perdio mucho poder durante el gobierno de bush y que ese vacio lo aprovecho Brasil, por eso no me parece que la influencia historica de ee.uu. haya sido decisiva para explicar el contraste que señalo en mi nota, pero aprecio, tomo nota y respeto tu opinion..
saludos,s