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sábado, 21 de diciembre de 2013
Rojo o Naranja -por Santiago O`Donnell
Una última peleíta antes de llegar a las fiestas de fin de año: el tironeo por Ucrania. Resulta que el presidente de ese país, Viktor Yanukovich, estaba por firmar un acuerdo de cooperación con la Unión Europea (UE), antesala a la membresía plena, a fines del mes pasado en Lituania, una de las ex repúblicas soviéticas que ya se incorporó al bloque continental. Pero una semana antes de la firma del acuerdo Yanukovich emitió un comunicado anunciando que la firma se suspendía y que Ucrania había iniciado conversaciones para unirse a la Unión Aduanera que forman Rusia, Bielorusia y Kazakstán.
El anuncio causó un gran revuelo en Kiev y alrededores, donde decenas de miles de manifestantes pro-europeos salieron a la calle a protestar. La policía reprimió y cientos de ellos fueron encarcelados. La presión aumentó y Yanukovich amnistió a los manifestantes. Pero lejos de dar marcha atrás, la semana pasada viajó al Kremlin y firmó un acuerdo de ayuda financiera por 15,000 millones de dólares y consiguió una rebaja de cerca del 20 por ciento en el precio del gas ruso.
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viernes, 13 de diciembre de 2013
Reconciliación - Por Santiago O`Donnell
A propósito de la muerte de Nelson Mandela, de los tres días de funerales con casi cien jefes de Estado y de Gobierno presentes, con el histórico apretón de manos entre Obama y Raúl Castro incluído, desde la perspectiva de la Argentina de hoy, y todo lo que hemos vivido en materia de violaciones a los derechos humanos, me animo a un comentario políticamente incorrecto como homenaje al gran líder fallecido.
Mandela estuvo preso 27 años entre 1962 y 1989. Después compartió el premio Nobel de la Paz con el presidente blanco que lo liberó, después fue presidente y después se terminó de convertir en el ícono universal de la reconciliación con una memorable aparición en un mundial de rugby. Hace cinco años, durante otro mundial del mismo deporte, escribí una columna recordando la visita de un equipo argentino a Sudáfrica en 1982, y lo que significó esa visita en pleno apartheid, con Mandela preso.
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“Cuando llegaron los argentinos, los negros no podían votar salvo en las elecciones dentro de los ghettos a los que habían sido confinados. No podían usar escuelas de blancos ni hospitales de blancos ni micros de blancos, ni siquiera las paradas donde paraban los micros de los blancos. No podían emplear a blancos ni tener negocios en zonas de blancos, ni siquiera pisar donde pisaban los blancos sin un permiso especial. No podían ir a las universidades de los blancos ni integrar equipos deportivos con blancos.
“Los ghettos de los negros en muchos casos no tenían agua ni electricidad. Los hospitales de los negros atendían veinte veces más pacientes que los de los blancos, con menos insumos y menos médicos. El sueldo mínimo de los blancos duplicaba el de los negros. Semejante sistema, implantado entre 1940 y 1960, requería altas dosis de represión. En 1960 la policía sudafricana abrió fuego contra un grupo de manifestantes que se había congregado en el pueblo de Sharpeville para protestar por el sistema de pases. Sesenta y nueve personas murieron y 186 resultaron heridas (foto). Todas las víctimas eran negras y la mayoría había sido baleada por la espalda. Al día siguiente el gobierno sudafricano decretó un estado de sitio, lanzó una razzia que terminó con la detención de 18.000 personas y prohibió a las dos grandes coaliciones opositoras de los negros: el ANC dominado por los Xhosa bajo la conducción de Nelson Mandela, y el PAC de los zulúes conducido por Gastha Buthelezi, ambos grupos de orientación marxista, que pasaron a la clandestinidad.
“Mientras tanto, Sudáfrica financiaba la guerrilla en Mozambique y Namibia y combatía rebeldes en Angola y cada tanto lanzaba ataques militares en esos países y también en Lesotho, con la excusa de perseguir rebeldes sudafricanos refugiados del otro lado de la frontera. O sea, estaba en guerra con todos su vecinos. Además, avanzaba con un programa para desarrollar una bomba nuclear con el apoyo del gobierno israelí.
“A partir de la masacre de Sharpeville, la campaña internacional para acabar con el apartheid cobró fuerza. Para cuando viajaron los jugadores argentinos, además del boicot deportivo avalado por la Asamblea de las Naciones Unidas, los boicots académico, económico y de armamentos se hacían sentir con fuerza. El gobierno sudafricano ofrecía jugosos cachets para que intelectuales se acercaran a dar conferencias, para que artistas celebraran conciertos y para que deportistas, con su presencia, legitimaran el régimen a los ojos de su gente. Para eso habían construido el mega resort de Sun City, donde Gary Player organizaba un torneo de golf con los premios más elevados del mundo, y que inspiró la canción del rockero norteamericano Stevie van Zant No vamos a tocar en Sun City, que se convirtió en el himno del boicot.
“Los pumas disfrazados, en tanto amateurs, no cobraron un peso por los servicios prestados al gobierno asesino. Y qué servicios prestaron. No fueron a presentar papers académicos ni jugar al golf delante de unos pocos. Fueron a practicar el gran deporte sudafricano, pasión de multitudes, contra un equipo que representaba el orgullo nacionalista de la minoría dominante. Tan es así que el mayor símbolo de la reconciliación sudafricana se dio en una cancha de rugby durante el mundial de 1995 que se jugó en ese país, cuando Nelson Mandela alzó la copa vistiendo la camiseta del capitán Springbok, el rubio François Pienaar (foto portada).”
O sea, el tipo, que venía de la guerrilla marxista y que se había comido 27 pirulos en la cárcel, sale libre y antes que buscar justicia, busca reconciliación. El springbock no sólo era el símbolo del equipo nacional de rugby, del deporte de los blancos, era el símbolo del ejército sudafricano, el de los carniceros de Sharpeville. Y la camiseta de los Springbocks era verde con vivos naranja, igual que el uniforme era que usaba el ejército sudafricano para imponer el apartheid. Y Mandela se puso esa camiseta. Se la puso para alzar la copa y para cantar el nuevo himno sudafricano y para agitar la nueva bandera sudafricana.
Así Mandela transformó al springbock, el venado africano. A partir de su gesto, dejó de ser el símbolo del apartheid y pasó a ser el de todos los africanos: blanco, mulato, xhosa o zulú. Y el rugby dejó de ser el deporte de los blancos y el fútbol dejó de ser el deporte de los negros y ambos deportes se integraron y los sudafricanos volvieron a encontrarse y a reconciliarse en el mundial de fútbol del 2010, el de las vuvuzelas.
En Sudáfrica no hubo justicia por los crímenes del apartheid. Mejor dicho hubo justicia parcial. Porque la justicia tiene dos componentes: el de la verdad y el del castigo. La Comisión de la Verdad impulsada por Mandela sacrificó el castigo a cambio de la verdad. Así, miles de represores confesaron sus crímenes ante los tribunales pero ninguno fue castigado. Algunos dicen que Mandela optó por esa vía por debilidad política, porque no podía hacer más. Puede ser, pero igual hay que tener un estómago tremendo para tragarse semejante sapo.
Pero así, moviéndose en lo simbólico y en lo legal, y haciendo grandes sacrificios, Mandela logró la reconciliación, o mejor dicho que los habitantes de un país enfrentados durante más de un siglo por una historia de explotación y desigualdad, se unieran en la construcción de una nueva identidad nacional que, al menos en las formas, incluye e iguala a los sectores enfrentados.
En la Argentina es delicado hablar de reconciliación porque enseguida te acusan de avalar la teoría de los dos demonios y por lo tanto hacerle el juego a los defensores de los crímenes de la dictadura. Pero bueno, es muy difícil ver tanto homenaje y escuchar tanto discurso elogiando a Mandela por haber logrado la reconciliación a partir del perdón y la verdad histórica y no preguntarse por qué no hay lugar para algo así en la Argentina.
No digo que tenga que ser igual que en Sudáfrica. Después de mucho tiempo y muchos esfuerzos cientos de represores de la dictadura argentina están presos y bien presos están. Ese es un logro, una conquista de la justicia y del pueblo de Argentina, un hito mundial en la defensa de los derechos humanos, un caso de avanzada para afirmar la imprescriptibilidad de los delitos de lesa humanidad, el mayor avance de la doctrina de Justicia Universal desde Nuremberg.
Pero aún así, el contraste entre la imagen de Mandela alzando la copa con la camiseta Springbock, y la imagen de Néstor ordenándole a un general que descuelgue el cuadro de Videla es demasiado fuerte como para pasar desapercibido. Dos actitudes prácticamente opuestas frente a un mismo enemigo. Mandela simbolizó la reconciliación. Podremos elogiarlo o criticarlo por eso, pero hay que ser hipócrita para aplaudir la reconciliación en Sudáfrica y demonizarla en Argentina.
Entonces, para ser coherentes, o Mandela fue un Tío Tom que se vendió a los blancos por unas migajas de poder y los Montoneros fueron apenas unos muchachos idealistas, o Mandela es el gran líder mundial de la reconciliación y la guerrilla argentina contribuyó a la violencia de los años setenta durante gobiernos democráticos, con provocaciones que los militares aprovecharon para justificar su brutal respuesta durante la dictadura. Por decirlo de alguna manera.
Todavía no prendió en la opinión pública, pero el debate ya está instalado en el círculo de intelectuales que rodea el movimiento por los derechos humanos, acá y en el mundo. Por un lado, Verdad y Reconciliación. Por el otro, Ni un Paso Atrás y Vamos por Todo.
sábado, 7 de diciembre de 2013
Persiana americana - Por Santiago O`Donnell
Charly Alberti es un artista. Un músico famoso, baterista del legendario trío de pop-rock argentino, Soda Stéreo. Como tal, Alberti está inmerso en la batalla cultural por el reconocimiento de la propiedad intelectual, nacional y extranjera, de su obra y la de otros artistas como él.
Pelea por sus derechos y los de todos los autores intelectuales en un país con software libre, con CDs y DVD truchos, con archivos musicales, series de tevé y películas que se bajan gratis por internet. Un país de remedios genéricos que siguen fórmulas de laboratorios extranjeros y no siempre pagan las regalías correspondientes, un país de ferias populares que venden ropa copiada a las grandes marcas internacionales, que llega de contrabandoy a precio de ganga desde la Triple Frontera.
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En esa guerra Alberti vendría a ser un agente encubierto de la embajada de Estados Unidos. Un referente de intereses estadounidenses, pero envuelto en la bandera argentina, para que no se note que la movida viene de afuera. Una especie de Persiana americana. O tal vez nunca se dio cuenta que estaba siendo operado por la embajada. En ese caso usaron su cabeza como un revólver.
Según una serie cables de la embajada estadunidense filtrados por Wikileaks, la defensa de la propiedad intelectual estadounidense es una de las prioridades de la embajadas de ese país. En particular, es un tema que asumió como propio Earl Anthony Wayne durante su estadía como embajador en Argentina entre
enero del 2007 y abril de 2009. Es muy probable que Wayne haya mantenido su cruzada a favor de esta causa en su actual puesto como embajador en México, pero los cables de la filtración terminan pocos meses después de su partida de Buenos Aires. Lo cierto es que ni antes ni después mostró la embajada en Buenos Aires tanto interés en el tema como durante el mandato de Wayne.
Para los estadounidenses, la propiedad intelectual abarca patentes y marcas, por un lado, y derechos de autor, por el otro. En las negociaciones de comercio internacional, típicamente Estados Unidos y los países desarrollados exigen que sus patentes, marcas y derechos de autor sean respetados en los países en
desarrollo. A cambio, los países en desarrollo exigen que los países desarrollados abran sus mercados a los productos agrícolas producidos más allá de sus fronteras, y que no subsidien a sus propios granjeros.
En los noventa, durante la llamada Ronda de Uruguay de la Organización Mundial de Comercio,, en el
marco de un acuerdo mundial de tarifas e inversiones, Estados Unidos logró imponer un tratado de propiedad intelectual, el TRIPS. Para adecuarse al TRIPS, Argentina aprobó una ley de patentes a principios del gobierno de Néstor Kirchner, con el apoyo de todas las bancadas menos el socialismo y la Izquierda Unida. Según los cables de la embajada, el gobierno argentino argumenta que con esa ley da por cumplidas sus obligaciones con Estados Unidos.
Sin embargo, para Washington, Argentina no hace todo lo que debería hacer. Desde 1996 a la fecha Argentina integra una lista de países que no alcanzan el grado de cooperación suficiente, según la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos. En el 2013 Chile y Venezuela, además de Argentina eran los países
sudamericanos en la lista, llamada “Special 301 Priority Watch list”. Los demás países sudamericanos salvo Uruguay integran una segunda lista: “Special 301 Watch list” a secas, sin “Priority”. Uruguay salió de las listas en 2007, año en que Brasil pasó de la primera a la segunda lista. Lo demás sigue sin muchas variantes desde el debut de las listas en los 90.
El estar en las listas tampoco parece ser demasiado grave. Habilita al Departamento de Comercio estadounidense a presentar denuncias ante la Organización Mundial de Comercio y a remover, si así lo desea, preferencias arancelarias que voluntariamente le concede a países en desarrollo. En el caso argentino la preferencias arancelarias recién fueron retiradas en 2012 y no fue por un tema de propiedad intelectual (ver capítulo “De la Sota”). Sin embargo, por ley del Congreso estadounidense, cada año, cada embajador de ese país debe elevar un informe al Departamento de Estado sobre el estado de la propiedad intelectual en el país anfitrión, más la recomendación correspondiente con respecto a la pertenencia de dicho país en una de las listas de mala conducta. La filtración incluye los informes de 2006, 2007, 2008 y 2009, los tres últimos firmados por Wayne. Todos ellos recomiendan la permanencia de Argentina en la lista prioritaria.
Los informes argentinos incluyen quejas de los laboratorios Bristol-Myers Squibb, Eli Lilly, y Merk, Sharpe & Donne por diversas trampas legales y regulatorias que permiten a laboratorios locales ignorar sus patentes y comercializar libremente medicamentos copiados. También acusan al estado argentino de abastecerse con hasta un 90 por ciento de software no registrado. Año tras año la embajada informa que a pesar de millones de películas y discos truchos decomisados por autoridades argentinas, el incentivo para dejar de piratear es mínimo porque es prácticamente imposible que un infractor reciba una pena de cárcel. Lo mismo para quienes bajan contenidos gratis desde la comuputadora.
Como excepción, el informe del 2009 destacó con tono esperanzado que por primera vez en Argentina ese año un hombre había recibido una condena de diez meses de cumplimiento efectivo por vender DVDs truchos. En el mismo informe la embajada se quejaba de que “piratas de películas condenados típicamente reciben condenas de trabajo voluntario (probation) o condenas en suspenso.”
En medio de esta gran batalla comercial, legal, y por qué no, cultural, el embajador Wayne decidió avanzar en varios frentes. Primero, alentó la redacción secreta en la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina de un proyecto de ley de marcas registradas con amplias facultades jurisdiccionales y duras sanciones para los infractores. Segundo, reclutó legisladores afines para que presenten dicho proyecto de ley en el Congreso Nacional, pero a título propio y no nombre de la embajada o la cámara de comercio estadounidenses . Tercero, creó un grupo de fiscales, jueces y funcionarios del gobierno argentino dispuestos a trabajar codo a codo con la embajada para mejorar a protección de la propiedad intelectual en Argentina. Cuarto, trabajó con la cámara de comercio, escuelas, universidades, medios de comunicación y referentes culturales para instalar la idea de que defender la propiedad intelectual con penas de cárcel, tanto en La Salada como en internet, es lo mejor que le pude pasar a la Argentina.
Los informes de Wayne no nombran a los congresistas que presentaron los proyectos de ley en el congreso, ni a los jueces, fiscales y funcionarios que participaron de las reuniones con los expertos en
propiedad intelectual de la embajada y que luego viajaron a Estados Unidos para recibir entrenamiento con financiamiento de la INL, la agencia antinarcóticos internacional del Departamento de Estados. En cambio destaca con nombre y apellido el protagonismo de Charly Alberti en el seminario para los funcionarios
argentinos. El nombre de Alberti vuelve a aparecer en un cable del 2008 que destaca su disponibilidad para seguir adelante con la campaña estadounidense a favor de la propiedad intelectual.
Con la partida de Wayne decrece el interés de la embajada. Mientras que él informaba cada dos o tres meses sobre la campaña, tras su partida no hay más cabes sobre el tema. En cambio, Alberti reaparece en el 2009 reconvertido en líder medioambientalista invitado por la embajada para promover certificaciones y tecnologías estadounidenses para la construcción de viviendas ecológicas.
La serie empieza con el informe de propiedad intelectual de 2005, firmado por Wayne el 17 de febrero del 2006. El informe menciona el fracaso legislativo de un “prometedor” proyecto de ley para perseguir y castigar con cárcel a la piratería de marcas.
Enmiendas a la legislación existente: Un proyecto de ley prometedor para modernizar la ley de marcas registradas (Ley 22,362), que en la Argentina lleva más de un cuarto de siglo, murió en un comité del Congreso. Ese proyecto de ley, introducido en agosto 2004, contenía varias medidas que hubieran fortalecido el régimen contra la piratería de marcas. Especificamente, el proyecto de ley hubiera involucrado a la agencia impositiva argentina (AFIP) en investigaciones de piratería de marcas; hubiera expandido la Unidad de Investigaciones Financiaeras de argentina (UIF) para incluir la piratería de marcas entre los crímenes que debe investigar; y hubiera aumentado las penas para los convictos por pirater´çia de marcas (eliminando el servicio comunitario como una sentencia posible.) Un abogado que ayudó a redactar el proyecto le dijo a la Embajada que la legislación será reintroducida en el 2006. El mismo abogado culpa por el fracaso de la legislación al letargo de las cámaras de comercio argentinas, que según él no apoyaron activamente el esfuerzo.
En el informe del 2006 ya no hay más letargo. Según el cable que lo transmite, fechado 21 de febrero de 2007, la cámara estadounidense escribe su propio proyecto de ley, inspirándose en el que no había prosperado el año anterior. El autor muestra su familiaridad con la cámara empresaria estadounidense
nombrándola por su apodo,” la AmCham”.
Mientras tanto, el comité de la AmCham creó un nuevo poryecto de ley de marcas registradas, usando el del 2004 como base, la cual aún no ha sido introducido en el Congreso. (Nota: un líder de la AmCham indicó que probablemente no sea introducido a menos que pueda ganar el apoyo de las cámaras locales. Fin de nota) .
Un mes después la embajada y la AmCham se juntaban para celebrar el Día de la Propiedad Intelectual, cuenta otro cable, fechado 3 de mayo del 2007.
El Día Mundial de la Propiedad Intelectual, desginado por laOrganización de Propiedad Intelectual, fue celebrado el 26 de abril. Ese día el Embajador participó de una serie de eventos diseñados para enfatizar los aspectos positivos para Argentina que trae mejorar la protección de propiedad intelectual. El más público
de esto eventos fue el lanzamiento, con el embajador de anfitrión, de un concurso organizado por la Cámara de Comercio de Estados Unidos (AmCham). El concurso le pide a los participantes-estudiantes universitarios y jóvenes profesionales-que escriban un ensayo que describa cómo la propiedad intelectual
beneficia a la Argentina. Los ganadores recibirán cusos de posgrado gratis en una universidad local.
El aniversario también sirvió para lanzar una petit campaña de prensa, añade el cable.
La cobertura incluyó varios artículos en diarios e informes de televisión. El diario de negocios “El Cronista Comercial le dedicó un llamado de tapa y una editorial de ¾ de página adentro firmada por el embajador Wayne, enfatizando la protección a la propiedad intelectual como la manera más creativa de nutrir
la creatividad. La Oficina de Prensa trabajó con un editorialista local para coordinar una segunda editorial esa misma mañana en el diario líder “La Nacion”, que expresó que en los países en que la piratería es más alta, el resultado es una oferta reducida de esfuerzos creativos, con el consecuente empobrecimiento cultural .
Sin embargo, el Día Mundial de la Propiedad Intelectual no fue un paseo en el parque para las huestes del embajador. Según cuenta el cable, ese día, un conflicto con un laboratorio estadounidense desnudó la trama de intereses en juego en el negocio de la propiedad intelectual. Porque además de ser un derecho, la propiedad es un negocio.
El Día Mundial de la Propiedad Intelectual llegó en el medio de una controversia pública sobre el derecho a la propiedad intelectual. La empresa farmacéutica estadounidense Bristol-Myers Squibb (BMS) obtuvo una patente en enero del 2007 para un nuevo producto anti- SIDA, producido en sociedad con Pfizer, otra
empresa estadounidense. BMS obtuvo rápidamente una medida cautelar en contra de una empresa local que había ofrecido vender copias al programa de SIDA del gobierno argentino.Una cámara que representa a la empresa local sacó un avisdo de una página en la mayoría de los diarios, denunciando la situación, y nombrando al juez que la tomó. Al día siguiente el Ministro de Salud Ginés González se unió a la disputa diciendo que las patente4s medicinales “generan monopolios y ponen en riesgo el acceso a los medicamentos.” También escribió un editorial el 20 de abril en el que tildó a los pacientes de SIDA de “rehenes” de las empresas multinacionales.
Otro cable, fechado 11 de mayo de 2007, dice que la embajada no va a decir que está detrás del proyecto de ley redactado por la Am Cham porque podría ser contraproducente.
Plan de Acción: Dadas las sensitividades del gobierno argentino, hacer lobby directo para mejorar la legislación de propiedad intelectual sería contraproducente. En cambio, la estrategia de la embajada es trabajar con cámaras de negocios y rtepresentaciones diplomáticas y miembros del Congreso de
Argentina que piensen como nosotros. Le estamos apuntando a una modificación de la ley de marcas registradas redactada por miembros de comité de propiedad intelectual de la Cámara de Estados Unidos (AmCham).
Dos meses después, el 30 de agosto del 2007, otro cable firmado por Wayne anuncia que la embajada había llevado adelante un taller multidisciplinario sobre el derecho a la propiedad intelectual.i El embajador informó que el grupo había usado el taller para redactar un borrador puso un manual de “mejores
prácticas” para defender ese derecho.
La embajada fue anfitriona de un taller para facilitar la escritura por parte de funcionarios argentinos y representantes del sector privado de un manual de mejores prácticas y lograr un acuerdo generalizado entre los participantes para formar un grupo de trabajo de propiedad intelectual. El taller fue diseñado y
dirigido por el director del programa de OPDAT del Departamento de Justicia y su equipo de entrenadores. El borrador de manual creado durante el taller fue específico sobre Argentina y reflejó la amplia experiencia yt conocimientos de los participantes. ..
La conferencia, junto con la subsecuente publicación del manual, es clave para cumplir con el plan estratégico de la embajada para los derechos de propiedad intelectual (ver cables). Los participantes argentinos en el programa incluyeron un juez federal criminal, fiscales (federal, de la provincia y de la ciudad de Buenos Aires), investigadores de Gendarmería y Prefectura Naval, autoridades impositivas y aduaneras, abogados privados que trabajan temas de propiedad intelectual, y representantes de organizaciones privadas interesadas en mejorar la protección de la propiedad intelectual. Por el alto nivel de crímenes vinculados a la piratería en la Triple Frontera (donde Argentina, Brasil y Paraguay comparten fronteras), la embajada hizo arreglos para que tanto un funcionario aduanero como un un funcionario de una fiscalía de la región puedan participar en el taller.
A semejantes luminarias de la burocracia estatal y del sector empresarial , la embajada sumo un par de nombres del mundo artístico creativo: el rockero Charly AlbertI y el productor de cine Carlos Mentasti.
Para ayudar a los participantes a darse cuenta de la dimensión del costo de las violaciones al derecho a la propiedad intelectual, el taller se complementó con presentaciones de dos de las industrias creaticvas más prominentes de Argentina, el cine y la música. Uno de los oradores fue Charly Alberti, baterista del
afamado grupo de rock argentino, Soda Stero, quien señaló que “una sociedad que no protege propiedad intelectual es una sociedad que no Alienta el pensamiento, y por lo tanto no puede evolucionar. Carlos Mentasti, co-propietario del estudio de filmación Sono Argentina y productor de películas, habló del
número significativo de personas que emplea la industria de las películas. El orador de cierre fue el embajador, qien discutió con los participantesw su trabajo en el manual y sus perspectiva sobre la protección a los derechos de propiedad intelectual en Argentina. La sección económica también ofreció una recepción para que los participantes puedan conocer a las agencias de seguridad de la embajada (FBI y DEA), y la Sección Política. Unqa oportunidad importante, ya que muchos de los participantes tienen responsabilidades que se extienden más allá del tema de propiedad intelectual …el entusiasmo que generó el taller fue alentador.
Según el cable, uno de los puntos salientes del taller fue cuando el instructor comparó a los moderno ladrones de propiedad intelectual con el mafioso Al Capone.
APLICANDO LAS LECCIONES APRENDIDAS EN EL CASO AL CAPONE- Como se destacó durante el taller conducido por el equipo OPDAT, Al Capone fue a prisión por ofensas impositivas, ilustrando la conveniencia del enfoque multidisciplinario, uno que incluye investigadores impositivos, es el mejor enfoque cuando se investigan crímenes complejos.
La campaña continuó. El 11 de septiembre del 2007 la AmCham fue sede de una conferencia académica internacional sobre propiedad intelectual que la embajada calificó como “exitosa” en un cable del 20 de ese mes, y que contó con la participación de representantes de Nike, Ford y Microsoft, entre otras marcas. El despacho diplomático destaca la importancia de un editorial del embajador oportunamente colocado en el diario Clarín.
Un editorial firmado por el Embajador fue prominentemente desplegado el día anterior en el diario Clarín, el diario de mayor circulación de Argentina (400,000), y la AmCham distribuyó una copia a cada uno de los presentes en la conferencia. Participantes elogiaron la editorial por enfocarse en los aspectos positivos de proteger la creatividad argentina.
El 26 de febrero de 2008 Wayne volvía a recomendar que Argentina quede en la lista negra de los que no respetan la propiedad intelectual. El informe dejas constancia de que el proyecto de ley de la AmCham había sufrido nuevos fracasos en el Congreso.
Mientras tanto, el comité de propiedad intelectual de AmCham creó una ley de marcas registradas usando como modelo el proyecto del 2004. Este proyecto de ley de AmCham fue presentado en el congreso por un parlamewntario que piensa como nosotros. Pero el proyecto no se movió en el parlamento durante el 2007.
Menos de u mes más tarde Wayne volvió a la carga. Esta vez, con un amplio informe a un año de haber formado el grupo para combatir la piratería intelectual. Tanto el proyecto de ley de la AmCham como Charly Alberti, como los diarios “aliados”, La Nación y Clarín, tuvieron su lugar en el cable que transmitía el informe, fechado 17 de marzo del 2008.
La modificación de la ley de marca registrada de la AmCham fue presentada formalmente por un senador, pero no ha avanzado más allá…
Los dos principales diarios de Argentina, La Nación y Clarin, demostraron ser aliados dispuestos, en este esfuerzo, dando lugar a editoriales del embajador, cubriendo eventos de propiedad intelectual apoyados por la embajada, y otros temas vinculados a la propiedad intelectual.--Trabajando con figuras públicas de Argentina: Charly Alberti del megagrupo de rock local Soda Stereo , que habló en el seminario del Departamento de Justicia a favor de la protección de los derechos de autor en la musica, ha expresado interés en participar en futuros esfuerzos a favor de la propiedad.
Tras la partida de Wayne, en abril del 2009, los cables casi no volvieron a ocuparse del tema, salvo para registrar la visita de un funcionario estadounidense a una conferencia sobre piratería organizada por la AFIP en junio del 2009. Aunque la filtración de Wikileaks siguió hasta principios del 2010 nunca más se habló
del grupo de trabajo de funcionarios y empresarios.
El manual de mejores prácticas, que sería financiado por la embajada y que debía ser distribuído en el 2008, nunca vio la luz, al menos como documento de la embajada o de la AmCham. Sin embargo, en noviembre de 2012 el Ministero de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva lanzó la “Guía de Buenas Prácticas en "Gestión de la Transferencia de Tecnología y la Propiedad Intelectual". Si bien el ministerio se
adjudica la autoría de la guía, aclara fue elaborada “en base a consideraciones y resultados obtenidos a partir de un proyecto de colaboración con las siguientes instituciones: Innovos Group S.A. (Argentina), Neos Ltda. (Chile) y The International Technology Transfer Institute – ITTI, Universityof Hampshire
School of Law (Estados Unidos de América).” La Guía también cita abundante bibligrafía de universidades estadounidenses.
Mientras el grupo de manual desaparecía de los cables de la embajada a principios del 2009 Charly Alberti seguía presente, ahora en un cable firmado por la sucesora de Wayne, Vilma Socorro Martínez, fechado el 7 de octubre del 2009.
El cable, titulado “Liderando el camino hacia la edificación verde en la Argentina, habla de las dificultades para vender una certificación estadounidense de “edificio verde” llamada LEED. El cable destaca que los edificios de bajo consumo energético, llamados edificios verdes, además de favorecer al medio ambiente, también ayudan a las empresas de Estados Unidos, porque son las que tienen los materiales y la experiencia que hace falta para fabrica edificios verdes que cumplan con la norma LEED.
La adopción de LEED en este importante mercado ayudaría a orientar a los constructores locales hacia compañías estadounidenses como fuentes de tecnología y materiales para el uso eficiente de la energía, energía eficiente, además de contribuir a la reducción de emisiones globales.
La cosa es que el Consejo Argentino de Edificios Verdes había organizado un evento para promocionar la norma LEED y allí estuvo Charly Alberti, invitado por la embajada. Parecía otro. En el cable firmado por Martínez ya no era una estrella de rock sino de pop latino. Y ya no era un experto en propiedad intelectual,
sino un líder ecológico. Pero seguía siendo él, Charly Alberti.
Como auspiciante de alto nivel del evento, la Embajada promovió las empresas y la certificación estadounidense de edificios verdes, a través de invitaciones a contactos clave en la Cámara de Energía Renovable y la Cámara de Comercio de Estados Unidos, así como la estrella del pop Latino y activista por el cambio climático Charly Alberti, coordinando la amplia cobertura que tuvo el evento en medios gráficos y televisivos, y hablando de las iniciativas del presidente Obama sobre cambio climático y energía renovable.
A continuación el autor del cable se pone reflexivo. Si bien no pone en duda el “valor” de las “ideas” de Estados Unidos, al menos reconoce la posibilidad de que no todos los argentinos quieran adoptarlas.
La certificación de edificios verdes aporta un ejemplo interesante del delicado balance que deben mantener los argentinos entre reconocer el valor de la tecnología y las ideas de Estados Unidos y sus sospechas de ser cooptados por reglas estadounidenses.
sábado, 30 de noviembre de 2013
Irán rápido - Por Santiago O`Donnell
A veces lo que parecía imposible termina resultando bastante sencillo. Me refiero al acuerdo alcanzado el domingo pasado entre las cinco potencias con poder de veto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas más Alemania, por un lado, e Irán, por el otro, para monitorear el programa nuclear del país islámico a cambio de levantar sanciones económicas que rondarían los siete mil millones de dólares.
Parecía imposible porque las negociaciones llevaban años y siempre Irán se negaba a aceptar cualquier control sobre sus plantas nucleares y parecía empecinada en construir una bomba para equiparar a su vecino y enemigo Israel. Del otro lado del mostrador Estados Unidos también se había mostrado inflexible ante la oferta iraní de enriquecer uranio en Rusia y que sea ese país quien se asegure de que Irán no fabrique armas nucleares.
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Sin embargo las sanciones surtieron efecto. La falta de divisas y el incipiente mercado negro del dólar generaron un gran descontento en la calle e hicieron que el régimen teocrático iraní reaccione, no de forma espasmódica ni violenta, sino con una transición ordenada a través de elecciones programadas, hacia un gobierno moderado encabezado por el ex negociador nuclear Hasan Rohani. Desde su primer día en el cargo el nuevo presidente buscó distender las tensiones con Occidente con el objetivo de conseguir el levantamiento de las sanciones y así cumplir con el mandato de cambio de sus electores.
La última ronda de negociaciones nucleares tomó impulso a fines de septiembre, gracias a la visita del presidente iraní a la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York, durante la cual Rohani se encargó de sembrar señales de acercamiento en cada discurso y aparición pública. "Irán no representa una amenaza para la región o el mundo," prometió en la Asamblea "Déjenme decirlo fuerte y claro: la paz está a nuestro alcance."
Palabras precisas en el lugar y el momento indicado, que se encontraron con un Estados Unidos agotado y confundido después de una década de guerras y enfrentamientos tan difíciles de explicar a nivel de opinión pública, como de ganar en el terreno militar. Y un presidente, Barack Obama, que había llegado al gobierno con la promesa de terminar con las guerras de su antecesor, pero que no había hecho otra cosa que prolongarlas y extenderlas a nuevos escenarios de violencia islámica.
Desde el inicio de la llamada guerra al terrorismo, tras la caída de las Torres Gemelas en el 2001, Estados Unidos había elevado a Irán a la categoría de principal promotor del terrorismo a nivel mundial, el centro mismo del "eje del mal" al decir del antecesor de Obama, George Bush, y por lo tanto principal enemigo de Estados Unidos y la democracia misma. Pero tanto en los ataques del 11-9 como en los distintos atentados contra objetivos de Estados Unidos en todo el mundo, llámese buques de guerra o sedes de embajadas, los autores respondían a la corriente islamista sunita vinculada con la red Al Qaeda, enemigos del régimen chiíta que gobierna Irán.
Esto llevó a Estados Unidos a la horrible contradicción de aliarse tácitamente con Al Qaeda para derrocar al dictador libio Khaddafy, y también a unir fuerzas con Al Qaeda para intentar derrocar al dictador sirio Assad, un firme aliado de Teherán. Estas alianzas difìícles de explicar, por no decir absurdas a la luz de los objetivos de derrotar al terrorismo culpable del 9-11, se sumaron a otra guerra costosa y dolorosa para Estados Unidos, la guerra de Irak, que se quiso explicar como una retaliacíon al terrorismo islámico y la amenaza del uso de armas químicas, pero que en términos prácticos multiplicó y profundizó la presencia de Al Qaeda en ese país, que hoy se desangra en violencia interétnica con una interminables sucesión de atentados con coches bomba entre sunitas y chiítas
El acuerdo, decía, es bastante sencillo. Primero, permite el acceso diario de inspectores de la agencia atómica de Naciones Unidas a las dos plantas nucleares iraníes. Segundo, le da acceso a los inspectores a las fábricas de centrifugadoras para asegurarse de que sólo se construyan las necesarias para reemplazar la centrifugadoras que ya existen, que totalizan 11.000, en caso de que alguna se rompa, para que esa cantidad no aumente. Tercero, obliga a Irán a presentar planes detallados de los propósitos y objetivos de su plan nuclear, para evitar actividades por fuera del plan anunciado. Cuarto, Irán se compromete a proveer información de diseño y planos arquitectónicos del reactor nuclear que está construyendo en Arak, lo cual permitiría detectar cualquier desvío del material radioactivo en caso de que Irán quisiera utilizarlo para fabricar una bomba. Quinto, crea una comisión mixta entre Irán y las ponencias para dirimir cualquier disputa nuclear pasada, presente o futura que exceda las funciones de la agencia atómica de Naciones Unidas. Básicamente, eso es todo.
Rohani lo pudo vender puertas adentro no como una capitulación, sino como una legitimación del derecho iraní a producir energía nuclear, y la supuesta prueba de que el régimen de los ayatolas nunca buscó fabricar una bomba. Más aún, lo pudo vender como una llave para la prosperidad futura de los iraníes, a partir de levantamiento de las sanciones internacionales. Obama, a su vez, lo pudo vender como un gran triunfo diplomático de su canciller John Kerry y como prueba de su supuesto compromiso con la paz, por el que había logrado un premio Nobel.
El acuerdo fue proclamado como un gran triunfo por ambas partes en la mesa negociadora pero generó lógicos resquemores en Israel y Arabia Saudita. Israel, con un gobierno ultraconservador empujado por los colonos judíos en Cisjordania, se opone a cualquier pacto con un régimen que ha declarado la voluntad de destruir a Israel. Se trata de una postura atendible, pero ignora que Rohani ha intentado un sutil acercamiento con Israel al modificar la postura negacionista del Holocausto que mantenían sus antecesores en la presidencia iraní desde la revolución de 1979, lo cual no es poca cosa. Por su parte la monarquía saudita, que en los 70 financió la creación de Al Qaeda para combatir la avanzada soviética en Asia, ahora teme una pérdida de influencia en la región, teme dejar de ser el aliado privilegiado de Estados Unidos y su interlocutor principal en el mundo árabe. Aunque Irán no forma parte de Arabia, es un referente para los chíitas y sus aliados alawitas en la región, que pesan y mucho en la interna árabe.
Pero empieza a prevalecer, por primera vez en muchos años, la idea de que los grandes problemas en la región se pueden solucionar por la vía diplomática. El 22 de enero empieza en Ginebra la Conferencia de Paz para terminar con la guerra civil en Siria que ya ha causado más de cien mil muertos y dos millones de refugiados, la mitad de ellos niños. Hay optimismo. El régimen sirio viene cumpliendo a rajatabla su compromiso de destruir su arsenal químico, cuando hace unos meses Assad ni siquiera reconocía que esas armas existían.
Si se resuelve el conflicto nuclear iraní y se pacifica Siria, el próximo paso lógico sería un tratado de paz entre Israel y Palestina. Un conflicto durísimo, con muchos muertos y mucha historia y muchas razones que una y otra vez frustraron iniciativas de paz. Podría ser una negociación gradual, primero con Cisjordania (controlada por Al Fatah) y más adelante con Gaza (controlada por Hamas), como promueve Estados Unidos, o podrá ser una negociación más ambiciosa que englobe a las dos corrientes palestinas más importantes.
Habrá que hacer concesiones de los dos lados. Algunos asentamientos israelíes permanecerán, otros tendrán que ser levantados. Algunos refugiados volverán a Palestina, pero muchos otros se quedarán en sus patrias adoptadas, por mandato o por elección propia. Israel no tendrá la seguridad que busca de la noche a la mañana, pero será más segura. Palestina no será todo lo que supo ser, pero tendrá un futuro.
Todo esto que parecía imposible hace unos meses puede pasar porque en un punto ya está pasando. Los acuerdos y los acercamientos se suman en rápida sucesión, despejando el camino para el próximo logro. El sentido común parece haber adaptado el carácter de una fuerza avasallante, que se lleva por delante siglos de odios, prejuicios y desconfianzas.
El momento es ahora. Irán rápido o no llegarán.
miércoles, 27 de noviembre de 2013
sábado, 23 de noviembre de 2013
Kennedycare - Por Santiago O`Donnell
Ahora que vemos el aniversario de Kennedy nos recuerdan que su influencia fue tal que después de su asesinato el Capitolio aprobó cada una las reformas que él había impulsado, como una especie de homenaje post mortem para el querido JFK. Ahí tenemos a Medicare, una de sus grandes iniciativas, creada dos años después de su funeral, , una especie de PAMI para jubilados y discapacitados. Pero hoy, más que honrarlo, Medicare anda a los tumbos. Es que le encargaron que además de ocuparse de los ancianos y los viejitos, que también administre otra gran reforma, la de cobertura casi universal que Obama hizo probar hace dos años, y que se conoce como "Obamacare"..
Tenemos
eso que viene pasando desde que se inauguró el maldecido sitio web de Obamacare que maneja Medicare, pensada como puntapié inicial para el más grande
avance en derechos sociales en el último medio siglo, pero cuya fallida inauguración el 1 de octubre pasado terminó sirviendo de la punta
de lanza para una feroz embestida de los republicanos y sus medios aliados, que
se plasmó en una derrota parcial pero concreta en la batalla legislativa
para mantener viva a la reforma.
Por ahora no parece que sea para tanto. Poco a poco las cosas van encontrando su lugar. El contratista tan criticado fue reemplazado por otro y ahora la página web anda mucho mejor, al menos en los estados que apoyan la reforma. El New Yorker dice que tras las demoras iniciales en varios estados el número de inscriptos va a un ritmo aún más rápido del esperado. En cambio en la mayoría de los estados republicanos el mercado libre por internet ni siquiera se ha implementado y los gobiernos ponen todo tipo de trabas burocráticas y llenan de requisitos legales y financieros a potenciales operadores para que nada funcione. Lamentablemente, de los casi 3000 condados que hay en Estados Unidos, los 114 más pobres concentran a la mitad de la población sin seguro medico. La mitad de esos condados se encuentra en estados republicanos. Así, unas doce millones de esas personas seguirán sin cobertura después de la reforma, pero otros veinte millones habrán ganado cobertura médica que antes no tenían.
Por eso conviene separar lo urgente de lo importante. Lo urgente es hacer que el nuevo sistema funcione, reconocer errores, asumir responsabilidades. Es la mejor manera de defender la conquista social en el Congreso, la Justicia y la corte de la opinión pública.
Lo importante vendría a ser la visión de Kennedy que nos mostraron esta semana con los homenajes a medio siglo de su muerte. Más allá de sus errores y debilidades, de sus mafiosos y sus bahías cochinadas, de su Cuba y su Vietnam. Esa visión incluye a la idea solidaria de que cada ciudadano estadounidense tiene derecho a un tratamiento digno para sus problemas de salud, tenga o no tenga los recursos necesarios para pagarlo, por el sólo hecho de haber nacido en el país más rico y poderoso de un mundo. Así, pensaba Kennedy, su gran país iba a liderar el progreso universal.
Rebobinando, la reforma se había aprobado porque Medicare y Medicaid, otro programa de los 60 para ayudar a indigentes y familias muy pobres, están cerca de la bancarrota por una combinación de explosión demográfica de abuelos (baby boomers) y la suba de costos de las aseguradoras y la industria médica. Además, más de 47 millones de estadounidenses no tenían seguro médico en el 2012. Todos los gobiernos demócratas de Kennedy a esta parte han querido orquestar reformas para ampliar y mejorar la cobertura. En cambio los republicanos luchan por reducir el gasto público y tanto Medicare como Medicaid son sus elefantes blancos favoritos. Así como en los 60 tildaron de comunista a Lyndon Johnson por crear Medicare y Medicaid, ahora lo llaman socialista a Obama y hacen todo lo posible por frenar y socavar su reforma.
Hasta ahora el sistema funcionaba así: salvo que se pudiera pagar un plan muy caro, de forma individual, la gran mayoría de los estadounidenses tenía acceso a un plan, el de su empleador, ya sea privado o estatal. El empleador, según el tamaño de la empresa y la ubicación geográfica, tampoco tenía grandes opciones y básicamente ofrecía un plan cerrado llamado HMO, o uno más caro con algún margen para elegir pero siempre dentro de cierto límite que determinaba cada estado, al que podían acceder los empleados mejor pagos, si optaban por esa vía. Punto. Los que se quedaban afuera eran sobretodo los trabajadores informales, los autoempleados y los dueños de pequeñas pymes, que no eran ni tan pobres como para recibir Medicaid, ni tan solventes como para pagarse una cobertura médica. Inmigrantes que se trataban en clínicas populares o botánicas, jóvenes que se arriesgaban pensando que nada podía pasar, especuladores de bajos ingresos que ponían a prueba las políticas de buen samaritano del los hospitales públicos formaban el grueso de esta población.
Hasta ahora el sistema funcionaba así: salvo que se pudiera pagar un plan muy caro, de forma individual, la gran mayoría de los estadounidenses tenía acceso a un plan, el de su empleador, ya sea privado o estatal. El empleador, según el tamaño de la empresa y la ubicación geográfica, tampoco tenía grandes opciones y básicamente ofrecía un plan cerrado llamado HMO, o uno más caro con algún margen para elegir pero siempre dentro de cierto límite que determinaba cada estado, al que podían acceder los empleados mejor pagos, si optaban por esa vía. Punto. Los que se quedaban afuera eran sobretodo los trabajadores informales, los autoempleados y los dueños de pequeñas pymes, que no eran ni tan pobres como para recibir Medicaid, ni tan solventes como para pagarse una cobertura médica. Inmigrantes que se trataban en clínicas populares o botánicas, jóvenes que se arriesgaban pensando que nada podía pasar, especuladores de bajos ingresos que ponían a prueba las políticas de buen samaritano del los hospitales públicos formaban el grueso de esta población.
La reforma de Obama fue trabajosamente obtenida en el 2010 sin un sólo voto republicano en ambas cámaras del Congreso y luego ratificada por la Corte Suprema en el 2012 por el margen mínimo de cinco votos a cuatro. Esto, después de que casi la mitad de los estados, los que gobernaban los republicanos, desafiaran su legalidad. Desde entonces los demócratas perdieron su mayoría en la Cámara baja y desde allí los republicanos torpedean la reforma con proyectos de ley que buscan debilitarla, pero esos proyectos, hasta ahora, mueren en el Senado.
¿En qué consiste la reforma? Los más importante es que abre las prepagas a la competencia online, lo cual abarata los costos. También, aporta subsidios federales para abaratar aún más los planes de los que antes no podían pagarse una cobertura médica. Los nuevos clientes también abaratan los costos porque agrandan el mercado. El plan obliga a todo el mundo a anotarse, sino hay que pagar una multa por no tener seguro, salvo que se trate de una persona con ingresos por debajo de lo que marca la ley, en cuyo caso están exentos de pagar la multa. Por su parte las aseguradoras no pueden negarle cobertura a personas con enfermedades preexistentes y deben ofrecer al menos un plan básico a precios muy accesibles.
El nuevo sistema, que ya había sido probado con éxito en Hawaii y Massachussetts, achica significativamente la cantidad de no asegurados, mejora los costos y la calidad de los servicios para los demás y, después de una erogación significativa para ponerlo en marcha, la idea es que sea autosuficiente o aun mejor, contribuya a reducir el déficit de Medicare y Madicaid, cuyos programas fueron ampliados por la reforma.
El nuevo sistema, que ya había sido probado con éxito en Hawaii y Massachussetts, achica significativamente la cantidad de no asegurados, mejora los costos y la calidad de los servicios para los demás y, después de una erogación significativa para ponerlo en marcha, la idea es que sea autosuficiente o aun mejor, contribuya a reducir el déficit de Medicare y Madicaid, cuyos programas fueron ampliados por la reforma.
En medio de toda esta pelea arrancó el 1 de octubre el sitio web en el que las personas tenían que anotarse para su nuevo seguro médico. Fue un desastre. Casi enseguida la página se colgó y estuvo colgada durante horas. Se esperaba un aluvión de anotaciones, pero apenas lo hicieron unos pocos miles. La funcionaria de Salud a cargo de la página debió dar explicaciones en el Congreso y no fue despedida por un pelo. Un verdadero papelón.
Un artículo en el New York Times de esta semana explica que el día del lanzamiento los contratistas privados que habían diseñado el sitio no estaban ni cerca de haber terminado su trabajo, pero era tal la presión política para debutar en el día prometido que a último momento estaban podando y emparchando el sistema para lograr un mínimo funcionamiento. Según el artículo, que reparte responsabilidades entre la burocracia de Medicare y su contratista principal CGI Federal, un mes y medio antes del lanzamiento se había hecho una prueba para tan sólo 500 usuarios y aún así el sistema había colapsado.
El viernes de la semana pasada, en plena crisis de gobierno por el feo arranque de la página web, 39 representantes demócratas se unieron a la mayoría republicana en la Cámara baja para aprobar un proyecto de ley en contra de la reforma. El proyecto permitiría que los viejos planes de salud anulados por la reforma puedan seguir vigentes durante el 2014. Obama ya avisó que si por alguna circunstancia pasa el filtro del Senado, no dudará en vetar la ley. El tiempo dirá si se trató de un traspié temporario para la bancada demócrata, fruto de una política mal implementada, o el inicio de una tendencia legislativa en favor de los adversarios de la reforma.
Por ahora no parece que sea para tanto. Poco a poco las cosas van encontrando su lugar. El contratista tan criticado fue reemplazado por otro y ahora la página web anda mucho mejor, al menos en los estados que apoyan la reforma. El New Yorker dice que tras las demoras iniciales en varios estados el número de inscriptos va a un ritmo aún más rápido del esperado. En cambio en la mayoría de los estados republicanos el mercado libre por internet ni siquiera se ha implementado y los gobiernos ponen todo tipo de trabas burocráticas y llenan de requisitos legales y financieros a potenciales operadores para que nada funcione. Lamentablemente, de los casi 3000 condados que hay en Estados Unidos, los 114 más pobres concentran a la mitad de la población sin seguro medico. La mitad de esos condados se encuentra en estados republicanos. Así, unas doce millones de esas personas seguirán sin cobertura después de la reforma, pero otros veinte millones habrán ganado cobertura médica que antes no tenían.
Por eso conviene separar lo urgente de lo importante. Lo urgente es hacer que el nuevo sistema funcione, reconocer errores, asumir responsabilidades. Es la mejor manera de defender la conquista social en el Congreso, la Justicia y la corte de la opinión pública.
Lo importante vendría a ser la visión de Kennedy que nos mostraron esta semana con los homenajes a medio siglo de su muerte. Más allá de sus errores y debilidades, de sus mafiosos y sus bahías cochinadas, de su Cuba y su Vietnam. Esa visión incluye a la idea solidaria de que cada ciudadano estadounidense tiene derecho a un tratamiento digno para sus problemas de salud, tenga o no tenga los recursos necesarios para pagarlo, por el sólo hecho de haber nacido en el país más rico y poderoso de un mundo. Así, pensaba Kennedy, su gran país iba a liderar el progreso universal.
sábado, 16 de noviembre de 2013
Poder Maduro - Por Santiago O'Donnell
Estaban ahí porque el viernes de la semana pasada, en un discurso enardecido, el presidente Nicolás Maduro había acusado a la "burguesía" de hacerle la guerra al "pueblo" al fijar precios desmedidos a distintos productos. Había declarado la "ocupación" de las quince sucursales de la cadena de electrodomésticos Daka y había fijado precios máximos. "¡Que no quede nada en los anaqueles, que no quede nada en los almacenes! ¡Ya basta!." había proclamado.
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En una palabra, Maduro quería que las tiendas dejen de cobrar al dólar blue y empiezen a cobrar al dólar oficial, o sea bajar el precio a la mitad. Y además, congelar la remarcación para arriba del cuatro o cinco por ciento mensual, producto de la inflación venezolana, que es récord en el mundo.
Algunos se tomaron el mensaje presidencial como un permiso para hacer justicia por mano propia y el sábado pasado saquearon el local de Daka en la ciudad de Valencia, capital del estado de Carabobo. Por suerte se trató de un hecho aislado, que no prendió. Al día siguiente miles de venezolanos de sectores medios y bajos hacían cola para acceder a productos a los precios populares fijados por decreto y controlados por militares. A juzgar por el apuro, los compradores intuyen que los productos no van a durar.¿Y después?
"No hay harina, ni leche, ni azúcar, ni aceite, ni cafe, entre los mas importantes de la canasta basica," nos escribe desde Caracas la destacada periodista Olga Wornat. "No hablemos de los productos de limpieza, que son artículos de LUJO. No se consiguen medicamentos esenciales en las farmacias y la peor parte se la llevan los enfermos oncológicos. Los hospitales públicos y privados no tienen insumos. Sin embargo, las imágenes de estos días muestran a la gente realizando colas de mas de 8 horas -muchos van la noche anterior y duermen en el lugar- para ingresar a las tiendas a llevarse electrodomésticos. En muchos casos, llegan en camionetas de lujo a robarse televisores plasma, no uno, sino varios!! Corren desesperados con dos o tres televisores gigantes que apenas pueden cargar (????) Y todo esto, alentado por Maduro y sus laderos desde Miraflores y en cadena nacional!! Ha sido tal el desmadre de estos días que las colas de los Mercal (mercados populares del gobierno donde venden productos básicos a bajo precio) desaparecieron por completo. Todos salieron como desaforados hacia las tiendas de electrodomésticos a llevarse lo que encontraban a su paso."
En su clásico libro sobre los obstáculos para el desarrollo en países petroleros, "La paradoja de la abundancia: booms petroleros y petro-estados" la catedrática de Stanford y experta en Venezuela Terry Karl se pregunta cómo es que en los años setenta, en medio de una bonanza petrolera, países tan disímiles como Venezuela, Irán, Nigeria, Argelia e Indonesia, eligieron estrategias de desarrollo similares y arribaron a fracasos similares. Karl argumenta que la riqueza petrolera genera burocracias públicas articuladas alrededor del negocio petrolero, con un alto grado de centralización y discrecionalidad, que llevó a estos países a reemplazar el desarrollo del estado con gasto público. Cuando los precios del petróleo se estabilizan termina la bonanza, las debilidades del estado quedan expuestas y llegan las crisis económicas. Escrito en los albores del chavismo, Karl describe la implosión del sistema bipartidista venezolano que había dominado el siglo pasado. El libro no llega a tratar la última transición, el traspaso del poder de Chávez a Maduro, entre diciembre del 2012 y abril del 2013. Pero es como si lo hubiera anticipado.
O sea, cuando más necesitó Venezuela un Poder Judicial firme e independiente, el Tribunal Superior de Justicia avaló decisiones de estado supuestamente tomadas por un hombre moribundo internado en un país extranjero e incapacitado de dar señales públicas de lucidez mental. Con el aval de la Justicia, esas decisiones de estado le eran transmitidas a los venezolanos por interpósitas personas, cuyo acceso al líder moribundo era filtrado por los hermanos que dirigen el régimen totalitario cubano. Claro, el Tribunal Superior tenía mayoria automática chavista, producto de una ampliación interesada de la Corte Suprema.
Con la maniobra del Tribunal y el guiño de los Castro se habilitó primero la presidencia provisoria y luego la candidatura de Maduro, cuando según la constitución no le correspondía el cargo, y en caso de ejercerlo no podía presentar su candiatura. Una verdadera lástima, ya que la constitución chavista de 1999 era uno de los últimos instrumentos de institucionalidad respetada por igual por el oficialismo y la oposición en medio de un país irremediablemente polarizado.
Después vino la campaña. En un mes Maduro devaluó, dijo que hablaba con Chávez a través de un pajarito, echó a varios estadounidenses, se patinó una ventaja de más de veinte puntos y ganó raspando.
Han pasado poco más de seis meses y Venezuela va a los tumbos. Cada día hay más inflación, cada día más desabastecimiento. Las reservas llegaron a su piso más bajo en diez años por la fuga de capitales a pesar (o por culpa) de diez años de control de divisas.
Ante cada problema Maduro ha denunciado una conspiración. Su blancos preferidos son la burguesía y Estados Unidos, pero en ocasiones acusa también a Colombia y al ex presidente colombiano Alvaro Uribe. Los complots denunciados por Maduro superan ampliamente el promedio de uno por semana. Anteayer, por caso, acusó a funcionarios del gobierno estadounidense de haber planificado el "colapso total" de la economía venezolana en una reunión que habría ocurrido en julio pasado en la Casa Blanca.
No se trata de negar los indudables méritos del chavismo, sobre todo en las áreas de inclusión social y unidad latinoamericana. Tampoco se puede negar la deuda enorme que dejaron quienes lo precedieron, ni los errores de quienes lo enfrentaron o pretenden sucederlo. "Venezuela, en su década ganada (2002-2012), tiene un PIB que se triplica, elevado superávit comercial, gasto social real per cápita multiplicado por tres, ingresos públicos suficientes, ingreso promedio anual real creciente, salario real mínimo más alto, cuatro millones de nuevos empleos, caída a la mitad del desempleo, desigualdad y pobreza en descenso y un pueblo más alfabetizado y politizado, que apoya mayoritariamente a su democracia," nos recuerda Alfredo Serrano Mancilla, asesor de la presidencia de Venezuela, en un artículo reciente publicado en Página/12.
Pero desde entonces, alerta el mismo autor, el dolar blue quintuplicó su precio, la inflación pasó del 20 al 50 por ciento y el índice de desabastecimiento también pegó un salto, desnudando déficits estructurales de la economía venezolana que según Serrano Mancilla se agravan con la especulación privada y la ineficiencia estatal.
Ahora el presidente se apresta a combatir la inflación por decreto a caballo de los superpoderes que el congreso le votó el viernes, luego de que el chavismo desaforara a un diputado opositor y lo reemplazara por uno de los propios para conseguir el anhelado voto 99 de la mayoría especial. Ya hay cinco comerciantes presos por cobrar sobreprecios y hay tiendas manejadas por militares "porque sus dueños han huído," informó satisfecho Maduro a la población.
Pero no existe el almuerzo gratis. Los gobiernos personalistas suelen deslizarse hacia el autoritarismo. Los gobiernos imprevisibles suelen ahuyentar las inversiones necesarias para el desarrollo económico. Los gobiernos populistas y aluvionales acompañan ciclos de crecimiento con políticas distributivas, pero cuando el crecimiento se estanca se hace evidente su ineficiencia para acumular y administrar. Los gobiernos que viven denunciando enemigos internos y externos terminan presos de su propio relato. Los gobiernos con instituciones débiles no pueden disciplinar mercados. Ni con superpoderes ni a punta de fusil.
sábado, 9 de noviembre de 2013
Misiles por cohetes - Por Santiago O´Donnell
En el 2006 Varotto quería construir un cohete. Un cohete que sirviera para poner en órbita los satélites argentinos que el INVAP y la CONAE venían desarrollando y construyendo desde la década del 90. Varotto estaba convencido de que el cohete sería un gran avance, tanto en términos económicos como de soberanía. Con cohete propio, Argentina podría poner en órbita sus satélites sin tener que alquilar cohetes extranjeros lanzados desde plataformas en el exterior. Esto es, sin depender de las prioridades, disponibilidades y precios de terceros países. Sólo diez países en el mundo podían hacer eso y Varotto quería que Argentina ingrese en tan selecto club.
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El plan sonaba bien, pero Varotto tenía un problema. La tecnología que usa un cohete para transportar un satélite es prácticamente la misma que usa un cohete para transportar una bomba. O sea, en términos prácticos, un cohete satelital es casi lo mismo que un misil. Y Argentina le había prometido a Estados Unidos que no iba a construir más tecnología para misiles. Por lo tanto había prometido que no iba a desarrollar cohetes. La promesa argentina de no hacer cohetes “por un tiempo razonable” data de principios de la década del 90, durante las llamadas “relaciones carnales” del gobierno de Carlos Menem, poco antes de que Varotto se hiciera cargo de la CONAE.
Argentina venía de desmantelar el proyecto Cóndor, una colaboración con Irak y Egipto iniciada después de la guerra de las Malvinas para desarrollar un misil de largo alcance. A cambio del desmantelamiento Argentina había sido premiada con el título de “Aliado extra-OTAN”. Además, en lo que se refiere específicamente a los misiles, a partir del desmantelamiento del Cóndor, Argentina pudo acceder en 1993 a un selecto grupo de 34 países aliados a Estados Unidos que comparten membresía en el llamado MTCR, un tratado de no proliferación de misiles balísticos. El MTCR impone limitaciones a la transferencia de tecnología misilística pero también funciona como una especie de certificado de buena conducta en la materia. En abril del 2011 la reunión anual del MTCR se hizo en Buenos Aires.
Sin embargo, Argentina sigue dependiendo de cohetes estadounidenses lanzados desde bases militares de ese país para poner sus satélites en órbita. El último, el satélite argentino Aquarius, fue lanzado en junio del 2011 en un cohete Delta II de la NASA desde la base Vanderburg en Santa Bárbara, California. Al mismo tiempo la CONAE sigue trabajando en su cohete lanzasatélite, el Tronador II. Esta semana un primer prototipo de este cohete fue lanzado desde la base naval de Punta Indio, provincia de Buenos Aires. Pero la fabricación del cohete satelital argentino viene sufriendo sucesivas demoras y postergaciones y en los cálculos más optimistas todavía le faltan dos años más de desarrollo.
Mientras tanto, desde por lo menos el 2009, militares argentinos trabajan abiertamente en la fabricación de un misil de largo alcance. El Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas para la Defensa, CITEDEF, desarrolló y lanzó en 2011 un cohete-misil, el Gradicom 2, que llega a los cien kilómetros de altura. Actualmente el CITEDEF, que depende del ministerio de Defensa, está desarrollando otro cohete, el Orbit, que triplicaría el alcance del Gradicom 2.
Según una serie de cables diplomáticos estadounidenses que van desde el 2006 al 2009, filtrados por la organización Wikileaks, los dos proyectos, el del cohete militar y el cohete satelital, entraron en conflicto y provocaron una pelea interna dentro del gabinete de Cristina Kirchner. Según muestran esos cables, tras un paciente trabajo de ablande por parte de Varotto y otros funcionarios argentinos, y después de superar algunos resquemores iniciales, Washington había aceptado permitir la fabricación del cohete satelital, a cambio de supervisar de cerca su desarrollo.
Los cables señalan que a su vez el gobierno argentino había aceptado los términos exigidos por Estados Unidos para darle luz verde al proyecto. Sin embargo, la aparición de proyectos misilísticos con tecnología francesa, alentados por el ministro de Planificación Julio De Vido y la entonces ministra de Defensa Nilda Garré, así como el desembarco de técnicos militares en el CONAE descolocaron a Varotto ante sus interlocutores estadounidenses. El último cable de la serie muestra a Varotto buscando tomar distancia del proyecto misilístico y a la embajada renovándole el crédito al director de la CONAE, pero claramente preocupada por el doble juego argentino.
La serie arranca con un cable de septiembre del 2006. Todavía no se habla del cohete, pero Estados Unidos acababa de votar en contra de un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo para que argentina desarrolle un satélite asociado con Italia. La embajada le comunica a Varotto y a un funcionario de la cancillería argentina que el voto no es en contra de Argentina, sino que parte del convencimiento de Estados Unidos de que los préstamos del BID deben enfocarse en “necesidades más inmediatas de desarrollo”. Varotto contesta que el voto “hará mi vida más difícil,” dando a entender que sería aprovechado por sectores más belicistas o antiestadounidenses dentro del gobierno.
Varotto de la CONAE le dijo a un Funcionario de la Embajada que el voto de EE.UU. “hará mi vida más difícil”. Explicó que, si bien todos los proyectos espaciales de Argentina están diseñados para promover el desarrollo económico y social, este mensaje de desarrollo será ahora más difícil de transmitir a quienes dentro del gobierno argentino determinan el presupuesto de la agencia.
El siguiente cable, de septiembre del 2007, va directo al grano: Varotto quiere fabricar un cohete. El despacho diplomático describe a un Varotto enérgico, determinando y con suficiente experiencia como para hablar de la historia del programa aéreo espacial argentino en términos personales, hablando desde el lugar de un protagonista que ha vivido esas sensaciones. El comienzo del cable es bastante elocuente:
Resumen ----E jefe de la agencia espacial argentina Dr. Conrado Varotto dijo que el desarrollo de un vehículo de lanzamiento espacial es esencial para el programa espacial de Argentina, y que Argentina ha perseguido el desarrollo de esa capacidad durante años de manera transparente. Varotto hizo hincapié en el compromiso de la Argentina con el Régimen de Control de Tecnología de Misilística (MTCR) y expresó su disposición personal para reunirse con funcionarios de Estados Unidos para explicar la posición de Argentina, abordar las preocupaciones de Estados Unidos sobre la dirección del programa espacial de Argentina, y trabajar hacia una solución mutuamente aceptable. Fin del resumen.
El cable describe el tono de Varotto como “agitado” cuando su interlocutor en la embajada de le hablaba de un compromiso que había asumido Argentina de no fabricar cohetes.
Varotto pareció agitado cuando el funcionario de la embajada señaló que desde 1992 Argentina había dado varios reaseguros en el sentido de que no procuraría tecnología autóctona para fabricar vehículos de lanzamiento de al espacio (SLV). Contestó que Argentina tiene un largo historial en la búsqueda de ese desarrollo de forma transparente. Varotto indicó que el primero de esos pasos se tomó en 1994, cuando él mismo le llevó a un miembro del personal de la embajada (el "asesor científico") el borrador del capítulo del Plan Espacial de Argentina que articulaba claramente el deseo de Argentina de desarrollar capacidad SLV. El funcionario de la embajada consultó con sus superiores en Washington y más tarde dijo que el gobierno de Estados Unidos no tenía ningún problema con el documento, según dijo Varotto. Afirmó que esa "garantía" llevó a la firma de un decreto presidencial del Gobierno de Argentina GOA en 1997 que especifica que Argentina debería tener acceso al espacio, lo cual a su vez condujo a sociedades eventualmente abortadas con Lockheed y con Brasil y Ucrania.
A continuación, según el cable, Varotto argumentó que la promesa argentina había expirado. La promesa, hecha en 1992 consistía en no fabricar cohetes en el “foseeable future” o sea un futuro predecible o inmediato. Y ya habían pasado quince años.
Varotto también señaló que cuando el entonces ministro de Relaciones Exteriores de Argentina Di Tella aceptó el desmantelamiento del misil Cóndor en la década de 1990 y se comprometió a evitar el desarrollo de SLV, el compromiso era sólo "para el futuro previsible." Varotto sostenía que nada más allá de 5-7 años se podía considerar "previsible". Cuando el funcionario de la embajada le recordó a Varotto que el gobierno de Argentina había reiterado su compromiso en el año 2000, Varotto dijo que el gobierno de Argentina había afirmado entonces que era necesario desarrollar capacidad SLV, y que no ha cambiado su punto de vista.
Cuatro meses después del planteo de Varotto la embajada contestó en febrero del 2008 con una recomendación al Departamento de Estado para que apruebe el pedido argentino. El autor del cable reconoce que el argumento de Varotto sobre el “futuro previsible” es bastante convincente.
El Gobierno de Argentina entiende que los argumentos sólidos en contra de todos los puntos anteriores existe, pero cree que tiene una carta de triunfo. Es decir, el Gobierno de Argentina cree que debido a que calificó sus garantías al gobierno de Estados Unidos y para ingresar al MTCR con la frase "en el futuro inmediato", en lugar renunciar al desarrollo SLV para siempre, sostiene que esas garantías ya no son válidas. Argentina ha tenido ocho presidentes diferentes desde 1992, argumenta, y no es razonable exigir coherencia en las políticas a través de tantos cambios y durante casi dieciséis años en ausencia de un acuerdo internacional más vinculante. (Comentario: Encontramos considerable mérito en este argumento Fin de Comentario).
El cable, firmado por el entonces embajador Earl Anthony Wayne, concluye que lo mejor para los intereses de Estados Unidos es permitir el desarrollo de un cohete argentino, y a cambio de tener información detallada y control directo sobre su desarrollo y fabricación.
--Nuestra recomendación: Aprovechar al máximo de la situación— Debido a que no tenemos conocimiento de ninguna información que indique que el programa SLV de Argentina representa un peligro para la no proliferación (de armas de destrucción masiva), y tomando en cuenta los factores citados anteriormente, consideramos que el mejor camino para alcanzar una solución mutuamente aceptable y definitiva a este irritante de larga data sería liberar Argentina de sus compromisos 1992. Como condición, podríamos pedir que Argentina nos informe sobre su programa y lo mantenga abierto al MTCR y/o a expertos que nosotros elijamos, un paso que Varotto ha indicado que el Gobierno de Argentina está dispuesta a dar (aunque Varotto también señaló que los dirigentes políticos de Argentina, probablemente sólo estarán de acuerdo con informes / inspecciones discretos). Convertir las promesas de transparencia de VAROTTO en acciones será un esfuerzo conjunto, en nuestra opinión. Además, tal curso de acción sería interpretado por el Gobierno de Argentina como un gesto de amistad, y sería visto como un reconocimiento y reivindicación de la fuerte vocación de lucha contra la proliferación en Argentina desde la cancelación del programa Cóndor. Lo mejor para todos, sería cerrar este tema sin costos, lo cual nos da poder para intervenir en caso de desarrollos de programas que dan lugar a preocupaciones sobre la proliferación, y demostrar que hablamos en serio cuando decimos que todos los estados deberían poder cosechar los beneficios del espacio con fines pacíficos. WAYNE
El siguiente cable de la serie parte del Departamento de Estado. Dice que Washington acepta el cohete aunque no le guste y está dispuesto a negociar, siempre y cuando Argentina le garantice acceso y poder de supervisión. El despacho de mayo del 2008 contiene una larga descripción del conflicto a partir de la decisión de Argentina en los años ochenta de desarrollar un misil. El cable recuerda que Argentina intentó disimular ese desarrollo misilístico, diciendo que se trataba de un cohete para lanzar satélites, ya que las tecnologías para fabricar uno u otro vehículo son prácticamente idénticas. Ese antecedente hacía que Washington desconfíe de cualquier propuesta para un cohete argentino, señala el cable. Ahora el Departamento de Estado se entera que Varotto y la CONAE están desarrollando un cohete, el Tronador, en la misma fábrica de Falda del Carmen, Córdoba, donde había funcionado la fábrica del Condor II, advertía con preocupación el cable diplomático.
En la década de 1980 / principios de 1990, Argentina participó activamente en el desarrollo del programa de misiles balísticos Cóndor, que claramente tenía la intención de producir misiles militares MTCR Categoría I, incluso para exportar a Egipto e Irak. (NOTA:.. Un sistema de misiles MTCR Categoría I es el que puede transportar una carga útil de por lo menos 500 kg a un alcance de al menos 300 kilometros FIN NOTA) El programa Cóndor generaba una grave preocupación de proliferación de misiles y un irritante importante en nuestra relación bilateral. Esa situación se vio agravada por los intentos de la Argentina de camuflaje - y por lo tanto mantener - el programa Cóndor llamándolo un SLV. El programa de SLV y los misiles balísticos son casi idénticos en diseño, fabricación y funcionamiento. Sus tecnologías son esencialmente intercambiables, y prácticamente no hay tecnologías que apoyan el desarrollo SLV que no faciliten también el desarrollo de misiles balísticos. Cualquier cohete capaz de poner en órbita un satélite también es, por definición, un MTCR Categoría I. También es intrínsecamente capaz de transportar armas de destrucción masiva (WMD) contra objetivos en tierra, y muchos países han cargado con armamento los mismos cohetes que usaron para lanzar satélites.
Al final del cable Washington le indica a la embajada cuáles son los reaseguros necesarios que los diplomáticos deberían exigirle a los funcionarios argentinos para facilitar la aceptación del proyecto para desarrollar el cohete satelital.
En particular, instamos a que su gobierno acceda a consultas anuales sobre la situación del programa SLV de Argentina - y que, cuando sea necesario y apropiado, se discutan posibles importaciones / exportaciones en relación con el programa -, así como la opción de periódicos inspecciones de funcionarios estadounidenses. - Además, nos gustaría pedir que Argentina haga una presentación ante sus socios del MTCR explicitando su intención de desarrollar un programa SLV. También exhortamos a Argentina a describir su programa SLV en su declaración anual ante el Código Internacional de Conducta contra la Proliferación de Misiles Balísticos de La Haya (ICOC). Sabemos que Argentina comparte nuestro compromiso con los esfuerzos internacionales de no proliferación y esperamos seguir cooperando estrechamente con la Argentina en cuestiones de interés mutuo. Esperamos que podamos trabajar juntos para hacer frente al tema SLV tema de una manera satisfactoria para ambas partes. FIN DE PUNTOS DE DISCUSIÓN
Diez días más tarde la embajada le contestó al Departamento de Estado. Informó que continuaba el dialogo con Varotto y que el director de la CONAE había dicho que la decisión de aceptar la propuesta norteamericana lo tomarían la presidenta Cristina Kirchner y sus asesores más cercanos. Existe incertidumbre acerca del desenlace. El cable da cuenta del lanzamiento del cohete Tronador I en Puerto Belgrano, al que fue invitado el delegado científico de la embajada, pero no militares estadounidenses. Varotto dijo que los militares habían sido excluidos del lanzamiento “para que nadie se imagine que el programa SLV tiene un componente militar.” El cable de fines de mayo del 2008 arranca con el siguiente resumen:
El jefe de la agencia espacial de Argentina confía en que eventualmente el Gobierno de Argentina aceptará a la solicitud de una mayor transparencia en el programa de desarrollo de un vehículo de lanzamiento espacial (SLV) de Argentina. Sin embargo, explicó que la decisión será tomada al más alto nivel político, y es probable que el nivel de intrusión de las medidas que proponemos sea objeto de una evaluación. También sospechamos que el gobierno de Argentina le pedirá al gobierno de Estados Unidos que lo libere formalmente de su compromiso de 1992 de no desarrollar un SLV antes de permitir que su programa sea completamente transparente.
Dos meses más tarde, durante una visita a la CONAE del responsable de Educación Ciencia y Tecnología de la embajada el 31 de julio del 2008, Varotto le informó que Argentina aceptaba las precondiciones estadounidenses para avalar el desarrollo del cohete argentino.
Varotto le informó al Funcionario de Educación, Ciencia y Tecnología que el gobierno de Argentina aceptaba todos términos y condiciones que se han establecido. Varotto dijo que, como Director del CONAE, su aprobación era autorizada y vinculante, y que no hacían falta más aprobaciones de otros organismos del gobierno. Varotto pidió que el gobierno de Estados Unidos considere a la CONAE como el interlocutor oficial para todos los temas referidos al programa SLV, y pidió que el gobierno de Estados Unidos canalice toda su comunicación a través de la CONAE. Varotto afirmó que otros organismos del gobierno argentino estarán involucrados en el diálogo bilateral, pero como cabeza de proyecto del programa SLV, la CONAE servirá como foco central del gobierno argentino.
El Departamento de Estado contestó un mes más tarde que aceptaba la promesa argentina de aceptar que el desarrollo de su cohete sea supervisado por Estados Unidos. EL cable, fechado 3 de septiembre del 2008 instruía a la embajada a transmitir la aceptación del acuerdo por parte de Washington, más algunas precisiones sobre cómo se podría llevar adelante la supervisión.
Se solicita a la Embajada Buenos Aires que transmita lo siguiente al director de la CONAE Varotto y a las autoridades correspondientes de la cancillería argentina: --- Estados Unidos valora y agradece que Argentina acepte ofrecer una total transparencia en su programa SLV, incluidas las consultas anuales sobre el estado del programa y la importaciones / exportaciones vinculadas al programa, además de la opción de las visitas periódicas. ---A Estados Unidos le agradaría recibir un "informe de situación" del programa SLV de Argentina y estaría dispuesta a acoger una reunión a tal efecto en Washington, DC a finales de enero o principios de febrero de 2009. --- Estados Unidos visualiza consultas anuales entre Estados Unidos y Argentina sobre el programa SLV, en reuniones de medio día o de un día, que se celebrarían en una fecha mutuamente convenida cada año y que estas discusiones se llevarían a cabo, ya sea en Washington o en Buenos Aires (el lugar se alternaría). Lo ideal sería que la primera de esas consultas se lleve a cabo en Buenos Aires, entre mayo y julio del 2009.
En enero del 2009 el acuerdo seguía viento en popa. Un cable del Departamento de Estado le pedía a la embajada que contacte a Mariotto para arreglar una presentación en la capital estadounidense del plan argentino para hacer el cohete.
Solicitamos que la Embajada en Buenos Aires transmita al director de la CONAE Varotto y otros funcionarios de Argentina involucrados en el tema, el interés de Estados Unidos en recibir un informe de “estado de situación” del programa SLV argentino, tal como se ha acordado. También le pedimos a la embajada que averigüe si funcionarios argentinos estarían dispuestos a reunirse en Washington DC el 19 o el 20 de febrero, y si prefieren empezar la reunión a las 9:30 de la mañana o a las 2 de la tarde. Como alternativa proponemos el 27 de febrero para la presentación del informe. Si ninguna de esas fechas le sirve al gobierno de Argentina, la embajada le debería pedir a los funcionarios argentinos que propongan fechas alternativas, incluso en marzo. NOTA: Funcionarios estadounidenses no estarán disponibles en la semana del 9 de fe3brero. FIN DE NOTA. Una vez que hayamos acordado una fecha le daremos al gobierno de Argentina una lista de participantes de Estados Unidos para coordinar la logística.
El ultimo cable de la serie es de diciembre del 2009 y marca un quiebre con los demás. Argentina estaba por lanzar un cohete fabricado por los militares y ya no ocultaba su intención de construir un misil. Varotto trató de explicarle a los norteamericanos que se trataba de un emprendimiento separado del suyo. Destacó que el cohete de los militares funcionaría con combustible sólido (una vez encendido, el motor no se puede apagar) mientras que el suyo funcionaría con combustible líquido. Afirmó taxativamente que él no tiene nada que ver con los militares, pero confesó que fue invitado al lanzamiento. Según dijo Varotto, no aceptó ir al lanzamiento pero le pidió a los militares que prueben un componente del cohete de la CONAE en el cohete militar para ver si funcionaba a gran altitud. Nada de colaboración: apenas una gauchada de los militares, intentó explicar.
Varotto también informó al Consejero de Educación, Ciencia, Tecnología y Salud de la embajada sobre el lanzamiento previsto el 17 de diciembre de un cohete sonda construido por la agencia de investigaciones del Ministerio de Defensa, CITEFA. Señaló que había recibido una invitación de CITEFA para asistir al lanzamiento, que erróneamente se promocionaba como parte del programa SLV. Varotto dijo que había escrito a CITEFA para protestar por esta caracterización y declinar la invitación al lanzamiento. Explicó que la CONAE sólo le había pedido a CITEFA que permita que la CONAE coloque equipos de dirección en el cohete sonda con el fin de probar el equipo a gran altura, nada más. De ninguna manera está cooperando CITEFA con la CONAE en el desarrollo del SLV, subrayó. Varotto estaba preocupado por lo que podría ser percibido como una "militarización" de un programa puramente civil como es el desarrollo del SLV de la CONAE. Reiteró su pleno compromiso con la transparencia y quería asegurarse de que Washington estuviera informado. Creía que CITEFA había entendido mal el alcance de su cooperación con la CONAE. "No tenemos ningún acuerdo por escrito para cooperar con CITEFA en el vehículo de lanzamiento espacial", dijo Varotto ", “y no tiene sentido para nosotros que lo hagamos." Explicó que el SLV está diseñado como un lanzador de combustible líquido, mientras CITEFA solo maneja cohetes de combustible sólido.
Según el cable, Varotto contó que estaba preocupado porque el ministro de Planificación, Julio De Vido estaba negociando fabricar misiles de corto alcance con la firma francesa Dessault y porque funcionarios de Fabricaciones Militares habían estado visitando el centro espacial en Falda del Carmen como avanzada de un proyecto para fabricar el misil en el mismo lugar donde la CONAE fabricaba el cohete satelital, combinando ambos programas. (Fabricaciones Militares pasaría del ámbito del ministerio de Planificación al de Defensa en junio de 2013). Antes de denunciar la injerencia de De Vido, Varotto pidió a los estadounidenses que no digan nada de lo que estaba por contar:
Tras solicitar confidencialidad, Varotto compartió un problema "grave" que creía que podría afectar al programa SLV de la CONA. Dijo que el fabricante de equipos militares francés militar francés Dassault se había contactado con Fabricaciones Militares (una empresa estatal bajo la esfera del ministro de Planificación De Vido) para explorar la posibilidad de renovar viejos cohetes militares argentinas de combustibles sólidos de corto alcance (30-40 km), para venderlos en la región. Funcionarios de Fabricaciones Militares habían visitado el Centro Espacial de la CONAE en Córdoba, donde el SLV se está desarrollando. Varotto dijo que más tarde se enteró de que el motivo de la visita fue que el Ministerio de Planificación está considerando el uso de algunas de las instalaciones y la maquinaria para la fabricación de cohetes de combustible sólido de la CONAE.
Varotto les contó a los diplomáticos estadounidenses que para detener la "militarización del proyecto de la CONAE había acudido al entonces canciller Jorge Taiana, ya que en el organigrama del gobierno, la CONAE dependía del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Varotto dijo que se comunicó inmediatamente con el canciller Taiana (el jefe titular del programa espacial de Argentina) para indicar de manera inequívoca que la CONAE se opone totalmente a cualquier uso militar de sus instalaciones. "Esto significaría el fin del programa SLV para la Argentina", subrayó. "Alguien tendría que asumir la responsabilidad por esto".
La disputa por independencia de la CONAE había derivado en una interna ministerial entre Taiana, por un lado y De Vido y la entonces Ministra de Defensa Nilda Garre por el otro, Varotto le informó a la embajada.
Si bien parece que al final Dassault decidió negociar con los brasileños en lugar de los argentinos, Varotto dijo que Fabricaciones Militares está considerando llevar adelante su propio proyecto de cohetes de fabricación para el uso de los militares argentinos y para vender a militares en la región. Dijo que el ministro de Planificación, Julio De Vido está impulsando esta idea para reequipar completamente el centro espacial de la CONAE para fabricar cohetes militares. La situación ha escalado en una confrontación entre el Ministro de Relaciones Exteriores Taiana contra el Ministro de Planificación De Vido y la Ministra de Defensa Nilda Garré, dijo Varotto. Añadió que había pedido al canciller Taiana que presente una apelación personal a la Presidenta. "Es una cuestión existencial para nosotros", dijo, "por eso apelo a la Presidenta." Varotto insistió en que "compartir nuestro centro espacial civil con la fabricación militar significaría el final de nuestro programa de SLV." Hizo hincapié en que la CONAE se opone completamente a que los dos proyectos convivan dentro del mismo centro. Además, dijo, el centro espacial está totalmente centrado en el desarrollo de los propulsores de combustible líquido y no está equipado para la fabricación a gran escala de los cohetes de combustible sólido.
El comentario final del cable firmado por la entonces embajadora Vilma Soccorro Martínez, muestra a un Varotto buscando salvar su “credibilidad” después de haber prometido en reiteradas oportunidades que el cohete que Argentina buscaba desarrollar tenía fines pacíficos. Ahora debía explicar que en Villa María, a 170 kilómetros al sur del centro espacial de Falda del Carmen, los militares argentinos estaban desarrollando otro cohete, pero con fines bélicos. Y además debía convencer a los estadounidenses de que los dos cohetes no tenían nada que ver, a pesar de que los militares hacían un seguimiento in situ del cohete de la CONAE, y la CONAE probaba su instrumental en el cohete de los militares. El cable destaca la relación de años de cooperación entre la CONAE de Varotto y la NASA, la agencia espacial estadounidense. Es en función de esa larga y estrecha relación que el cable finaliza dándole a Varotto el beneficio de la duda.
Comentario: Varotto estaba claramente preocupado por el daño a su credibilidad, e insistió en que se transmita a Washington su compromiso inquebrantable con la plena transparencia. El programa espacial de Argentina implica mucho más que el proyecto SLV, y CONAE ha tenido durante muchos años una cooperación muy productiva con la NASA en el diseño y la construcción de satélites (el más reciente, el SAC-D, será lanzado desde California a finales de 2010.) Varotto no quiere que rumores de un posible uso militar de su centro espacial ponga en peligro la cooperación espacial con los Estados Unidos. Al final, él confía en que CFK mantendrá el enfoque civil de larga data de la investigación espacial y dejará que CONAE mantenga el uso exclusivo de su centro espacial en Córdoba. Fin de comentario. MARTINEZ
Desde entonces, en los papeles, los dos proyectos de cohete avanzan por carriles separados. La CONAE mantuvo el control exclusivo del centro espacial en Falda del Carmen, pero sufrió demoras por problemas presupuestarios mientras el gobierno priorizaba el trabajo de CITEFA, que en julio de 2011 lanzó en La Rioja el cohete Gradicom 2, prototipo de un cohete de "aplicación dual" (militar y civil) que a futuro pueda usarse como misil, según la explica propia CITEFA, en su página web.
Aunque la finalización de la filtración de Wikileaks no permite conocer los intercambios más recientes, es razonable suponer que la decisión del gobierno de Cristina Kirchner de reconocer el componente bélico de su programa aeroespacial habría inhibido la colaboración de la NASA con la Argentina. Sin embargo, un mes antes del lanzamiento del Gradicom II la NASA puso en órbita un satélite de observación fabricado por la CONAE.
En noviembre del 2013 el sueño de Varotto volvió a cobrar impulso. Fue cuando el gobierno transfirió a la CONAE del ámbito de Cancillería al del Ministerio de Planificación, a la vez que duplicaba el presupuesto de la agencia. Con fondos frescos (dos mil millones de pesos presupuestados para los próximos dos años) y liberada del tutelaje del Departamento de Estado, la CONAE retomó el proyecto a toda máquina. Esta semana se probó el primer prototipo del cohete desde la base naval de Punta Indio y se anunció que el Tronador II estaría listo para despegar a fines del 2015.
"El plan Nacional Satelital también incluyó la recuperación de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), organismo que había sufrido el desmantelamiento de la década del '90 estableciéndose su pase bajo la esfera del Ministerio de Planeamiento Federal, Inversión Pública y Servicios. Nuestra cartera designó el incremento de su presupuesto para así potenciar su acción de campo", escribió De Vido este domingo en el suplemento especial "Soberanía y desarrollo tecnológico" del diario Página/12.
Los tiempos cambian. De Vido y los militares ya no representan una amenaza para el cohete de Varotto, ahora son sus salvadores. El 13 de noviembre de 2013 Varotto condujo a un grupo de periodistas en un tour del hangar de la base militar de la Armada donde se hacen los ensayos del el cohete. De Vido también iba a participar, pero su helicóptero no pudo despegar de Buenos Aires por la lluvia.
Los tiempos cambian. Los misiles se disfrazan de cohetes lanza-satélites, después desaparecen, después resurgen los lanza-satélites, después reaparecen los misiles y después se reactivan otra vez los lanza-satélites pero esta vez sin la NASA y con los militares, que ya no disimulan sus planes para hacer misiles.
Todo pasa en el espacio argentino. Todo, menos Varotto.
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Putin aprovechó la ocasión para regodearse con la pulseada ganada a Europa, haciendo notar que la ayuda financiera era "sin condicionamientos" a diferencia de los llamados "rescates" de la Unión Europea, que vienen acompañados por la imposición de duros ajustes que suelen funcionar como salvavidas de plomo. Además, para avanzar en la integración con Europa, Bruselas le exigía, más bien le exige, a Ucrania una serie de reformas y gestos políticos que ponían en riesgo el poder de Yanukovich y su eventual reelección en el 2015.
En concreto, la Unión Europea exigía una reforma judicial, una nueva ley electoral y la libertad de la principal rival de Yanukovich, la liberal Yuliya Timoshenko, la ex primera ministra que encabezó la llamada Revolución Naranja pro-occidental en el 2004. Timoshenko había sido condenada en el 2011 a siete años de cárcel por comprar gas ruso a precios supuestamente inflados, condena que fue denunciada como fraudulenta por los gobiernos de Estados Unidos y la UE.. Timoshenko permanece internada en un hospital de Yarkov, en el este de Ucrania, con una severa hernia de disco que apenas le permite caminar, a la espera de un permiso del gobierno para salir del país y tratarse en Alemania.
Esta semana los líderes europeos reunidos en Bruselas dejaron en claro que no se resignan a incorporar a Ucrania, pero aclararon que ya no le creen a Yanukovich, quien dijo que las negociaciones con la UE seguían en pie. "Si firmamos algo, va a ser con el próximo gobierno", se esperanzó uno de esos líderes europeos después de la cumbre, reflejando el pensamiento de la mayoría.
Hablando de mayorías, las encuestas señalan que la mayoría de los ucranianos prefiere negociar con Europa y no con Rusia. Esto es, prefieren la amarga medicina europea antes que el parque de diversiones que promete Putin. ¿Por qué? Esas mismas encuestas dicen que los ucranianos no quieren copiar la corrupción y el nepotismo que son endémicos en el imperio que heredó los personalismos de regímenes zarista y soviético. Pero las encuestas no cuentan toda la historia,
Más allá de las urgencias políticas de Yanukovich, el golpe de timón de Ucrania responde a un cambiante contexto externo.
Por un lado, Europa permanece sumergida en una profunda crisis financiera desde el 2008 y comprometida con la receta de ajuste neoliberal y centralización bancaria bajo la mano firme de la canciller alemana Angela Merkel, la opción de sumarse al bloque continental no es tan tentadora como en la década del 90, cuando vecinos de Ucrania como Polonia se beneficiaron con una importante transferencia de capitales desde los países europeos centrales en forma de subsidios y financiamiento barato, ya que entonces la potencias europeas gozaban de una amplia liquidez monetaria, producto de una burbuja inmobiliaria alimentada por derivados especulativos apalancados en paraísos fiscales.
Por el otro lado, Rusia emergió de una desastrosa década del 90, sobreviviendo la resaca del desmantelamiento del aparato soviético, con un boom económico producto del salto en los precios del gas y el petróleo que tienen a Rusia como primer exportador mundial, para retomar su lugar como superpotencia, capaz de discutir con Occidente y China de igual a igual en los distintos escenarios del planeta en los que se dirimen las hegemonías..
El tironeo por Ucrania tiene que ver también con las particularidades de su economía y con su importancia geoestratégica. Esto es, Ucrania exporta más de dos tercio de su energía de Rusia y de Asia a través de Rusia. A su vez, las tres cuartas partes del gas que Europa le compra a Rusia pasa por Ucrania. Y para completar el intrígulis, más del ochenta por ciento de las exportaciones de Ucrania no van a parar a Rusia, sino a la Unión Europea. Se trata de un mercado potencialmente atractivo, con unos 45 millones de habitantes, en su mayoría altamente educados, distribuidos en más de 600,000 kilómetros cuadrados que van de norte a sur entre Polonia y el Mar Negro, y de este a oeste entre Rusia y Bulgaria. Además, aunque hace tiempo ya devolvió todas sus armas nucleares a los rusos, Ucrania mantiene el segundo ejército más numeroso de Europa, sólo superado por Rusia
El tironeo es político y económico pero sobre todo cultural. La lógica política indica que al presidente de Ucrania le conviene el rescate barato que le vendieron los rusos para llegar fortalecido a las elecciones del 2015, antes que las reformas y los ajustes que exigen los europeos. Pero millones de ucranianos, muchos de ellos educados bajo el sistema soviético, han decidido luchar por ser parte de Europa. Es decir, luchan por integrar un sistema que, más allá de su descarnada competencia, sabe valorar y premiar a la libertad y la transparencia. Enfrentan a un presidente y a una fuerza política que pugnan por retornar al triste pero cómodo lugar de vasallo del zar de turno, como forma de asegurarse su supervivencia política.. Entre ex revolucionarios naranjas en las calles y rojos nostálgicos del imperio soviético en los despachos del gobierno, el destino de Ucrania se juega por estos días, mientras llega Navidad.