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viernes, 26 de diciembre de 2014

Redrado* - por Santiago O`Donnell

*Extraído de mi libro "Politileaks. Todo lo que la política argentina quiso esconder."









Bien puede decirse que Martin Redrado es el economista de cabecera de la embajada estadounidense en Argentina, y un de sus más valiosos informantes. Los 98 cables que lo mencionan  entre principios del 2006 y principios del 2010 así lo atestiguan. La filtración de Wikileaks prácticamente coinciden con el desempeño de Redrado como presidente del Banco Central (sept. 2004- enero 2010) durante el gobierno de Néstor Kirchner y el principio del de Cristina Kirchner.  Varios de esos cables informan que las confidencias de Redrado deben mantenerase bajo reserva de identidad. 

Su figura se proyecta más allá de la Argentina kirchnerista.  Redrado también aparece en un cable de octubre del 2003 de la embajada estadounidense en Brasilia, donde se describe al entonces vicecanciller de Duhalde como un aliado en el proyecto frustrado de Estados Unidos de crear una zona de libre comercio entre Alaska y Tierra del Fuego, o ALCA (ver capítulo Lula). Además, Redrado  aparece en un cable de abril del 2009 originado en la embajada estadounidense en Beijing, informando que el entonces presidente del Banco Central  había negociado una línea de crédito con el Banco Central de China por diez mil millones de dólares, noticia que en su momento tuvo amplia difusión en la Argentina. De los cables se desprende que Redrado tuvo un contacto muy fluido con sus interlocutores de la embajada. Su discurso fue variando según fue perdiendo influencia dentro del círculo kirchnerista, hasta quedar aislado. Renunció en enero tras una dura pulseada con el gobierno sobre la disponibilidad de las reservas y la autonomía del banco. A pesar de sus vaivenes en el gobierno, lo que nunca cambió fue la fortaleza del vínculo de Redrado con la embajada. A tal punto que en varios cables los diplomáticos le piden a Redrado que haga lobby a favor de intereses estadounidenses, algo que sólo ocurre con interlocutores de máxima confianza.

Los cables del 2006 muestran a un Redrado en perfecta sintonía con el gobierno, exhibiendo los logros macroeconómicos que acompañaron el fuerte crecimiento de los primeros años del gobierno de Néstor Kirchner. Ya a sea a solas con el embajador o el cónsul económico, ya sea acompañado por altos funcionarios del gobierno para conversar con los congresistas estadounidenses,  ya sea explicando su plan monetario ante el Congreso de la Nación, los cables describen a un Redrado orgulloso de ser parte de un equipo ganador.   Por ejemplo,  un despacho de noviembre del 2006 da cuenta de una conversación íntima entre Redrado, el Encargado de Negocios y el cónsul económico de la embajada: 


 En una reunión a solas y hablando perfecto inglés, aseguró que la crisis de 2001 para los medios financieros de Argentina fue equivalente a la Gran Depresión de EE.UU., sobre todo en lo que respecta a su impacto en los pobres, e instó paciencia con la secuencia de las reformas en Argentina. Sostuvo que Argentina debe completar primero el proceso de reestructuración de la deuda, reconstruir el sector financiero dañado y acumular reservas adecuadas, antes de implementar un régimen de flotación totalmente libre y fijar un techo para la inflación. A pesar de los impresionantes avances del país en estas áreas, con superávit fiscal primario, un sector bancario rentable y en crecimiento, y las reservas superando $ 28000 millones (superando el nivel de las reservas antes del pago de enero de 2006 al Fondo Monetario Internacional), Redrado llamado a la moderación, y señaló que Chile tomó diez años para hacer una transición similar.

En el 2007 la embajada empieza a percibir grietas entre el discurso de Redrado y el del gobierno kirchnerista. En un despacho de marzo del 2007 Redrado se despega a tal punto que cable pide dos veces que se proteja “estrictamente” su identidad para preservarlo como informante privilegiado de la embajada. El cable dice que Argentina no piensa usar sus reservas para financiar el Banco del Sur, aunque en público apoye el proyecto  de un banco continental impulsado por el entonces presidente venezolano Hugo Chávez.


Pidiéndole al Cónsul Económico que deje de tomar apuntes, Redrado (PROTEGER ESTRICTAMENTE) dijo que había advertido al presidente Kirchner que cualquier uso que haga el gobierno argentino con las reservas del Banco Central para financiar proyectos especiales como el Banco del Sur podía perjudicar al gobierno argentino en su causa judicial contra los “holdouts” del canje de deuda del 2005 en la Corte de Nueva York.

Según otro cable, en una reunión con el embajador estadounidense en agosto del 2007,  Redrado informó que él era el hombre de la OMC (Organización Mundial del Comercio) dentro del gobierno argentino. La OMC venía de fracasar en un intento por lograr un acuerdo comercial a nivel mundial en una reunión que se había celebrado el mes anterior en Ginebra. La reunión formaba parte de un proceso de negociación llamado Ronda de Doha, iniciado en ese país árabe en el 2001.  Argentina, como la mayoría de los países en desarrollo, venía apoyando la postura de que no habría acuerdo si los países desarrollados no reducían significativamente los subsidios y los impuestos a las importaciones en el sector agrícola. Estados Unidos, como la mayoría de los países desarrollados, bregaba por un tratado que incluyera la transparencia en las compras de gobierno, reglas aduaneras uniformes,  y acuerdos para facilitar la inversión  extranjera y garantizar su competitividad.  En diálogo con el embajador  Earl Anthony Wayne, Redrado no llega a decir que va a tratar de cambiar el voto argentino en la Ronda de Doha. Pero lo sugiere al decir “será bienvenido” cualquier argumento en favor de la postura de  EE.UU. ante la OMC. El autor del cable pide reiteradamente, una vez más, proteger la identidad de Redrado:

1."Las políticas fiscales del Gobierno argentino no son sostenibles más allá de este año”, del presidente del Banco Central (BCRA) Martín Redrado (PROTEGER), dijo al embajador durante su reunión del 31 de julio. Advirtió que habrá  problemas crecientes si la Argentina mantiene sus políticas de crecimiento impulsadas por la demanda interna (señaló que el BCRA estima la inflación en el 13%, frente a la tasa oficial de 8%). No obstante, expresó su optimismo por los cambios que habría durante los primeros 100 días de un probable gobierno de Cristina Kirchner. Redrado dijo que el BCRA había aprobado una "prueba de fuego" durante las recientes turbulencias en los mercados mundiales, lo que demostrando que puede calmar  a los mercados, y también justificó la política de acumulación del BCRA. Reconoció, sin embargo, que la revisión de precios en todo el mundo del capital de riesgo (y la "huida hacia la calidad") en la última semana había incrementado significativamente los costos de financiamiento para la Argentina. Redrado dijo que el Director General de la OMComercio, Pascal Lamy, le había instado a asumir la política comercial dentro del gobierno de Argentina, , y dio la bienvenida a las sugerencias que el gobierno de EE.UU. podría hacer sobre las negociaciones en Doha. Fin del resumen.
2. Durante una reunión del 31 de julio con el embajador, el Presidentedel BCRA  Redrado (PROTEGER ESTRICTAMENTE ), declaró que hace tiempo ya que el gobierno argentino debería haber superado su fase post-crisis, donde había llevado a cabo una serie de políticas económicas poco ortodoxas para estimular la demanda interna y lograr altas tasas de crecimiento.

A pesar de los buenos oficios de Redrado, Argentina no varió ni su heterodoxia económica, ni su voto en la OMC. En otro cable, de noviembre del 2007 el embajador directamente le pide que interceda con el gobierno argentino para que revea su postura “obstruccionista” en la Ronda de Doha. Redrado contesta que ya había hablado con el canciller Jorge Taiana y con los representantes argentinos en la OMC y les había dicho que “Argentina no podía ser percibida como un obstáculo para el acuerdo.” Redrado, según el cable, “concluyó que Estados Unidos y la Unión Europea deberían preocuparse más por India que por Argentina.” Un año más tarde la Ronda de Doha culminaría  sin acuerdo.
Ese año, 2008,  Redrado anuncia a la embajada en reiteradas ocasiones que continuaban los  cortocircuitos entre él y el gobierno. Por ejemplo, en este cable de agosto, donde se vanagloria de haber frenado una corrida al dólar con una fuerte intervención monetaria del Banco Central:

Redrado contrastó su política monetaria “prudente y anticíclica” con el gasto público excesivo del gobierno argentino que ha encogido el superávit fiscal primario de un saludable 5,2% en 2004  a 2,2% en el 2007.

Dos meses más tarde, en octubre del 2008, otro cable de la embajada da cuenta de rumores de renuncia de Redrado por el anuncio del gobierno argentino de que estatizaría el sistema de jubilaciones privadas conocido como AFJP(Administradora de Fondos de Jubilaciones y Pensiones). Según el cable Redrado le dijo al  embajador estadounidense que la medida no era “ni transparente ni bien pensada.”  También según el cable Redrado no tenía ninguna intención de abandonar su puesto al frente del BCRA por sus desacuerdos con el el gobierno:

Contrariamente a los rumores del mercado, Redrado no se mostró como un hombre a punto de dejar el cargo, de hecho, dadas las difíciles circunstancias de las últimas semanas (ver referencias para más detalles),  se mostró extremadamente relajado y confiado. (Desde entonces  Redrado ha declarado en público varias veces que  los rumores sobre su renuncia no tienen fundamento .)

En enero 2009 Redrado fue a la embajada a defender el blanqueo de capitales que el gobierno acababa de anunciar. Y  según un cable de ese mes, Redrado también defendió la decisión del gobierno de usar una cantidad limitada de reservas del Banco Central para financiar su presupuesto.  Pese a las diferencias que el economista venía marcando desde el año anterior aún no llegaba la ruptura con el gobierno.

El embajador le preguntó acerca de las disposiciones de la ley de presupuesto 2009 (Ref. B) que los analistas de mercado - incluyendo Goldman Sachs -. habían informado que erosiona la independencia del banco central, al permitir una participación más amplia de las reservas del Banco Central para ser prestados al Tesoro del gobierno argentino. Redrado dijo que se trataba de una interpretación errónea y explicó que la revisión de la carta de 2002 del BCRA limita los préstamos a corto plazo del Banco Central al Tesoro a 12% de la base monetaria y los límites de crédito a la Tesorería para el pago de la deuda a las instituciones financieras internacionales y el 10% de los ingresos fiscales de los últimos 12 meses. La ley de presupuesto 2009, aclaró, simplemente permite que dichos fondos que se utilizarán para satisfacer GoA obligaciones en moneda extranjera generales en lugar de restringir su uso a las instituciones financieras internacionales.

Un año más tarde, en enero del 2010. El gobierno vino por más reservas pero esta vez Redrado dijo que no.  El entonces todavía presidente del BCRA se negó a autorizar el uso de U$S  6,500 millones de reservas del banco para pagar deuda externa. Entonces la presidenta Cristina Kirchner le pidió la renuncia. Redrado contestó que no se iría y consiguió un fallo judicial avalando su posición. Entonces el gobierno hizo valer su mayoría en el directorio del BCRA para quitarle el manejo del banco y luego su mayoría en el Congreso para forzar su renuncia. En el medio se vivieron varios días de alta tensión política. La embajada siguió el conflicto paso a paso y de entrada dejó en claro de qué lado estaba. El 8 de enero, dos días después de un pedido de renuncia por decreto firmado por la presidenta y sus catorce ministros, un cable firmado por la embajadora Vilma Socorro Martínez  exime de toda culpa al funcionario echado:

El enfrentamiento ha provocado una nueva crisis política a causa de los instintos autocráticos de los Kirchner y las deficiencias institucionales del sistema político argentino. Fin de resumen.

El cable dice que Redrado no se esperaba que lo echaran, que ni siquiera había dicho que no al pedido del gobierno, sino que lo había mandado a consultar con los abogados del banco para protegerse, porque tenía “miedo” a las “consecuencias judiciales” que su decisión podría tener en un futuro gobierno de distinto signo. Según el autor del cable Redrado no actuó por convicción política sino por haberse sentido ninguneado.

Como presidente BCRA desde 2004, Redrado , hasta ahora, ha sido un firme defensor de los Kirchner y de sus políticas económicas poco ortodoxas, incluyendo el uso de Néstor Kirchner en el 2005 de US $ 8 mil millones en reservas del BCRA para pagar los préstamos del FMI del gobierno de Argentina  y la nacionalización de CFK en 2008 de U$S 20 mil millones en fondos privados de pensiones. Sin embargo, Redrado ha sido cada vez más marginado en la formulación de políticas económicas. El distanciamiento se remonta al anuncio de CFK en septiembre de 2008, sin consultar a Redrado , de que el gobierno argentino iba a pagar la totalidad de su deuda con el Club de París con reservas del BCRA (nada ocurrió desde el anuncio, ya que fue seguido inmediatamente por la crisis financiera global). Lo que puede estar detrás de su renuencia a transferir reservas del BCRA al Tesoro es el haberse dado cuenta que está cada vez más marginado y el miedo a las consecuencias jurídicas una vez que su mandato expire en el 2010 y, sobre todo, después de que otro gobierno asuma a fines del año que viene. No está claro, sin embargo, si finalmente si hubiera interpuesto en el camino de la transferencia de las reservas del BCRA, si hubiera sido debidamente consultado. CFK anunció la transferencia y la creación del Fondo el 14 de diciembre , justo antes de las vacaciones de verano argentino.

La filtración de Wikileaks termina en febrero del 2010, apenas días después de que Redrado renunciara. Por lo tanto, no se sabe si el economista que hoy acompaña  el proyecto político de Sergio Massa volvió a hablar con funcionarios de la embajada. Todo hace pensar que la relación continúa, aunque la última referencia a Redrado que aparece en la filtración  no es muy elogiosa. Se trata de un cable fechado el cinco de febrero del 2010, siete días después de su renuncia definitiva al Banco Central. En ese cable un informante de la embajada parece dar crédito al viejo rumor de que Redrado habría cobrado soboernos durante su gestión al frente de la Comisión de Valores en el gobierno de Menem. Y, contrariamente a la importancia que por entonces Redrado se atribuía en la lucha contra la inflación y otros temas económicos, el informante analizó que poco y nada cambiaría con su salida del BCRA y la llegada de su sucesora, Mercedes Marcó del Pont..

Un banquero privado bien conectado, Willie Stanley (Proteger) de Banco Macro, expresó una opinión similar en una conversación con Jefe de Misión. Stanley dijo que Redrado era extremadamente servicial con los Kirchner, y si el primer matrimonio hubiera tenido un poco más de paciencia en esperarlo,  Redrado  habría aceptado el Fondo del Bicentenario que desencadenó el conflicto. Stanley agregó que Redrado tenía muchos esqueletos en su armario, incluyendo apropiación  financiera ilícita, y predijo que los Kirchner, que son vengativos, irían tras él en su momento. Stanley dijo que no esperaba grandes cosas de Marcó del Pont , y que a la larga, la gestión del banco variaría muy poco con respecto a la de Redrado.

jueves, 18 de diciembre de 2014

Deshielo - por Santiago O´Donnell













Por fin llegó la era del deshielo con la normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, reliquia largamente innecesaria de una Guerra Fría que había terminado hace mucho y de una revolución que había terminado hace mucho más.
Pero seguían jugando a los soldaditos, unos vestidos de verde fajina con barba de comandante y otros de saco y galera chequera en mano, estilo Tío Sam. Décadas y décadas sin guerra ni revolución, pero con mucho blah blah blah.

Con un Fidel que se resistía a la muerte y al paso atrás. mezclando mística con los aciertos innegables de los primeros años de la revolución, salud y educación universal  después de los fusilamientos y las apropiaciones, con un liderazgo de hierro que castigaba con largas penas de cárcel cualquier intento de expresarse, asociarse o viajar sin la anuencia del régimen, con autocríticas parciales como la de haber puesto a los gays en cuarentena durante el comienzo de la epidemia de SIDA, con iconografía revolucionaria, el control absoluto de los medios de comunicación y las excusas perfectas para sus sucesivos fracasos económicos en la sobreabundacia de su desvalorizado monocultivo y un bloqueo económico absurdo por parte de su poderoso vecino del norte.

Con un Estados Unidos que siempre anda en busca de un villano a quien odiar para tapar su prepotencia imperial y su expansionismo económico con tintes de epopeyas que se pasan de generación en generación en forma de narrativas heroicas de guerras imprescindibles para el bien de la humanidad. Con un lobby en el Capitolio, el de la delegación del estado de Florida, con un poder desproporcionado debido a que representa "el" estado clave en las elecciones Estados Unidos, y al ser Florida un estado casi partido a la mitad entre demócratas y republicanos, un grupúsculo de estadounidenses emigrados de Cuba y de descendientes de esos inmigrantes puede hacer la diferencia en una elección presidencial, como ya ha sucedido más de una vez, la más reciente el triunfo de W.Bush sobre Al Gore en el 2001.

  Durante décadas ese grupúsculo sostuvo el boicot, obligando a Casas Blancas de todos los colores a pagar el precio de simbólicas pero vergonzosas votaciones anuales en contra de la Asamblea de Naciones Unidas, donde Washington sólo alcanzaba a rescatar el apoyo de Israel y de alguna islita perdida del Pacífico con nombre casi desconocido, contra la condena de prácticamente todos los países del mundo.

Bueno, cansado de perder negocios, hasta ese grupúsculo influyente se dio vuelta y hoy la mayoría de los cubano-estadounidenses, mayoría abrumadora entre los menores de 30 años, está a favor de normalizar las relaciones entre Estados Unidos y Cuba. Igual, Obama esperó hasta el último año de su mandato. Como en otros temas, como con el blanqueo migratorio que decretó el mes pasado, por ejemplo, fiel a su estilo, el presidente norteamericano se pasó los primeros años de su presidencia buscando un consenso bipartidista para reanudar relaciones con Cuba, consenso que nunca llegó. Después, a pedido de los candidatos de su partido,  dejó pasar las elecciones de mitad de término del año pasado sin tomar decisiones de peso para no perjudicarlos, aunque igual les fue mal. Ahora que ya no tiene nada que perder, ya que los presidentes estadounidenses no tienen chances de volver al poder y por lo tanto carecen de futuro político, con las manos libres, Obama fue por el bronce.

No, todavía no cumplió con su promesa de cerrar Guantánamo, básicamente porque no se animó o no quiso vetar una ley apoyada por varios miembros de su propio partido que prohibía usar fondos públicos para traer a los prisioneros de la base a territorio estadounidense a ser juzgados. Prefirió ir vaciando la cárcel de a poco enchufando prisioneros a países aliados predispuestos, incluyendo Uruguay, pero todavía le quedan unos 250 de los más de 800 que pasaron por ahí. Todavía le queda un año y pico de gobierno para dar un golpe de timón pero dado su carácter y los obstáculos políticos que enfrenta y el pánico que sigue causando en la opinión pública todo lo relacionado con el terrorismo islámico, es difícil imaginarse que Obama cumplirá esa promesa.

Pero Obama también había prometido una nueva relación con América latina, empezando por Cuba. Ya en el 2009 había permitido que la Organización de Estados Americanos, organismo multilateral con sede en Washington y financiamiento muy mayoritariamente estadounidense, invitara a Cuba a reintegrase luego de haberla expulsado en 1962, en tiempos de insurrección guevarista. Luego se dieron otros pasitos: relajamiento del permiso de viaje por acá, envió de alguna misión semioficial por allá, autorización para mandar algún insumo o medicamento en algún caso especial, menos retórica inflamada, más diplomacia silenciosa.

Cuba también hizo lo suyo. Coincidencia o no, Fidel Castro entregó el poder a su hermano Raúl en el 2008, marcando el comienzo de la lenta transición en Cuba,  el mismo año en que Obama, primer mandatario negro de la historia, asumiera la presidencia de  Estados Unidos. Y en su despedida Fidel elogió y le dio la bienvenida a Obama en un artículo publicado en el portal Cubadebate, cambiando radicalmente el tono con el que se había referido a la administración de Bush.  Raúl a su vez dejó en claro desde el principio que él  no es Fidel y que mientras su hermano era el prócer, a él le tocaba adaptarse a los nuevos tiempos con bajo perfil y dar paso a la nueva generación tratando de mantener el espíritu revolucionario bajo cierta forma de socialismo, pero dando lugar a reformas y aperturas que permitan dinamizar la economía, hacerse de divisas y generar riqueza que pueda ser derramada, sino repartida.

Primero fueron pequeños gestos, pequeñas desregulaciones, pequeñas oportunidades que sólo los cubanos más adinerados o conectados podían aprovechar. Después, en 2010 y 2011, vino el primer cambio significativo cuando el régimen liberó a sus presos políticos de larga data, decenas de disidentes que llevaban años pudriéndose en cárceles castristas. Ahora a los disidentes también se los persigue y se los encarcela, pero por períodos cortos y por cargos menores,  no más del tiempo suficiente para desbaratar un acto o protesta, lo cual no está nada bien pero marca un progreso importante con respecto a lo que era antes. Después llegó la autorización para viajar libremente al exterior en octubre del 2012. otro paso importante aunque para millones de cubanos sigue siendo difícil costearse un pasaporte. Finalmente llegó el histórico  saludo entre Raúl y Obama en el funeral de Mandela, en diciembre del 2013 (foto), un logro post-mortem del ícono universal de la reconciliación.

La mesa estaba servida y había llegado el momento. Para Cuba, porque la economía no aguantaba más con sus sponsors Rusia y Venezuela en crisis, y era mejor hacerlo con Fidel vivo y América latina inclinada a la izquierda. Para Estados Unidos, porque la presidencia de Obama se terminaba y el proximo presidente, ya sea Hillary Clinton o Jeb Bush, va a ser más conservador y probablemente no se anime o no quiera.

Esta semana el drama tuvo su desenlace. El intercambio de espías__tres cubanos con años de cárcel por un estadounidense con cáncer__puso el broche de oro simbólico al cese de hostilidades. Escenificó lo que el discurso tradujo en el anuncio de próximas "reuniones de alto nivel para normalizar la relación bilateral". La narrativa se completó con la bendición del papa Francisco en sendas cartas a los dos protagonistas, oportunamente divulgadas por voceros de los tres, para darle el vuelo espiritual que la ocasión ameritaba,

No hubo mucha sorpresa en Estados Unidos, que ya se ha acostumbrado a la forma de gobernar de su presidente. Lo mismo había pasado con Obama en su otra movida para la historia, la reforma de salud del 2012. Esa vez Obama esperó hasta último momento, hasta semanas antes de perder su mayoría en las dos cámaras, con la esperanza de avanzar a través de un consenso bipartidista que nunca alcanzó. Cuando se dio cuenta que iba a perder su mayoría en la cámara baja, forzó la votación y terminó haciendo aprobar la reforma sin un sólo voto opositor. En el proceso entregó varias concesiones, como la creación de una prepaga estatal, pero llegó hasta donde él sintió que podía llegar, y produjo un cambio significativo.

 Con la apertura hacia Cuba pasó más o menos lo mismo: esperó y esperó, el apoyo republicano nunca llegó y al final avanzó por su cuenta, cuando el tiempo se le terminaba. Y no avanzó hasta donde quería, hasta el cierre de Guantánamo, sino hasta donde sintió que podía.

Tampoco hubo gran sorpresa en Cuba. Cuando Obama finalmente avanzó, Raúl__y Fidel detrás de Raúl__ hace rato que lo estaban esperando.

Por fin llegó la era del deshielo entre Estados Unidos y Cuba.  Prácticamente toda una Asamblea de Naciones Unidas lo estaba esperando, como también espera otros cambios positivos en Cuba. Y también, claro, en Estados Unidos y en otras partes del mundo. Cambios urgentes que se hacen esperar.

viernes, 12 de diciembre de 2014

Tortura - Por Santiago O´Donnell













El Comité de Inteligencia del Senado de Estados Unidos publicó esta semana un extracto de un informe sobre la tortura durante el gobierno de Bush hijo. El informe concluye que la CIA torturó regularmente a sus prisioneros, aunque tuvo la delicadeza de hacerlo fuera de Estados Unidos, en Guantánamo y en cárceles de países clientes como Egipto, Jordania y Afganistán.

Ninguna sorpresa ahí, porque más allá de los silencios, las evasivas y las explicaciones ambiguas y retorcidas de los principales responsables, que preferían el término "técnicas de interrogatorio reforzadas" (enhanced interrogation techniques), hace mucho que se sabe que Estados Unidos torturaba o tortura.

Por lo menos desde el 2004, cuando aparecieron las escalofriantes fotos de prisioneros desnudos y vendados sometidos a vejaciones con perros bajo la divertida mirada de agentes estadounidenses de antejos negros y uniformes camuflados en la cárcel iraquí de Abu Grhaib (foto).

Ese mismo año se conocieron las famosas opiniones legales del abogado de la Casa Blanca y luego Fiscal General de Bush, Alberto González,  conocidos como los "memorándums de la tortura." En uno de ellos, de agosto del 2002, González, o sea el departamento legal de la Casa Blanca, recomienda adoptar diez técnicas de "interrogatorio reforzado" hasta entonces prohibidas: "(1) atención sostenida durante horas. (2) encadenar contra la pared (3) agarrar de la cara (4) cachetear (con insultos) (5) confinar en un lugar apretado (6) parar mirando a la pared durante horas (7) colocar en posiciones estresantes (8) aplicar quita de sueño (9) Colocar insectos en la celda de confinamiento y (10) aplicar el 'submarino´". Si eso no es tortura, ¿la tortura donde está?

Pero no. Para  sostener que todo eso no es tortura, González, o sea el gobierno de Bush, llegó al absurdo de reinventar la definición del término, pretendiendo limitarlo a aquellas prácticas "específicamente diseñadas para producir un daño físico o psíquico severo", dejando a gusto del usuario la interpretación de "severo".

Por eso digo, más allá de que para negar lo obvio hasta el día de hoy Bush, los republicanos y la CIA se siguen aferrando a estos argumentos leguleyos, que de no ser tan nefastos serían casi infantiles, hace mucho que se sabe Estados Unidos torturaba o tortura.  El propio Obama lo reconoció el 10 de enero del 2009, un día después de asumir. No llegó a decir que Estados Unidos torturaba, pero prometió abolir la práctica, que es casi lo mismo.

Para que no queden dudas, semanas después del cambio de gobierno el fiscal General de Obama dio a conocer un documento del  Departamento de Justicia, fechado en el 2005. El escrito admitia oficialmente que la CIA había sometido a Khalid Shiek Mohammed, principal sospechoso detenido por la voladura de las Torres Gemelas, a 183 sesiones de submarino en el mes de marzo del 2003, poco después de capturarlo en Pakistán. Esto es más de seis sesiones de tortura por día durante 30 días sin contar las otras nueve técnicas de tormentos habilitadas que pudieron haberle aplicado en ese momento, ni las torturas que podría haber recibido antes o después, mientras espera en la cárcel de Guantánamo ser juzgado por un tribunal militar, acusado de cargos que conllevan la pena de muerte.

El informe de Senado aportó algunos detalles a lo ya conocido y recontrasabido en Estados Unidos. Por ejemplo, que durante las sesiones de tortura Sheik Mohammed llegó a estar siete días y medio sin dormir, la gran mayoría de ese tiempo parado. O que otros prisioneros fueron sometidos a las técnicas (1), (2) (6), (7), parados y encadenados contra la pared durante largas horas, con el agregado de que esos prisioneros tenían los pies fracturados. También da cuenta de otra técnica de tortura que aplicó la CIA pese a no estar incluida en el top ten de González:  la "rehidratación anal."

Pero no fueron estos detalles los que dispararon un encendido debate en Washington dentro y fuera del Capitolio, sino una de las conclusiones del informe, la que decía que la tortura, o la "interrogación reforzada" o como se quiera llamar, no había servido para nada, no había producido ninguna información valiosa. La CIA y los republicanos saltaron como leche hervida y juraron que si no fuera por las confesiones extraidas bajo esas condiciones, Bin Laden nunca hubiera sido encontrado.

En cambio, salvo por algún funcionario perdido de Naciones Unidas y algún organismo de derechos humanos,  poco y nada se habló de castigar a los torturadores y quienes los instigaron y encubrieron desde las altas esferas del poder. Para calmar las aguas, la Casa Blanca hizo saber a través de un vocero anónimo que nada de eso sucedería. Los mismo había prometido Obama años atrás en un discurso que dio en la Academia Militar al principio de su presidencia.

En otras palabras, lo que hoy se discute en Estados Unidos es si la tortura sirve o no sirve y no si está bien o está mal. La ausencia de toda consideración moral, o al menos la subordinación de lo moral a lo práctico en el debate público y legislativo demuestra hasta qué punto se ha naturalizado la tortura en Estados Unidos. Y esto no es casual, es producto de la cultura del terror generada o exacerbada por el 9-11. Sólo ese miedo explica que la tortura aparezca como algo bueno, algo positivo, desagradable quizá pero necesario, en series de prime time como "24 horas" o tanques de Hollywood como "La caza de Bin Laden". El informe del Senado es un arma valiosa para luchar contra esa idea, pero su punto de partida ilustra cuánto terreno se ha perdido en la batalla cultural contra la barbarie y el miedo irracional desde la caída de las Torres Gemelas.

En la Argentina ya vivimos esta experiencia y se supone que aprendimos de ella, pero quizás no tanto. No creo que la tortura siga siendo una práctica habitual en nuestra fuerzas armadas o de seguridad, pero hay prácticas de violencia institucional que se han naturalizadas en cuarteles, comisarías, cárceles y barrios marginales.  Aprietes, abusos, patoteadas y ninguneos de cada día en zonas grises de Estado ausente e ilegalidad, que parecen casi aceptables para el resto de la sociedad ante la amenaza de los grandes males de nuestro tiempo, la inseguridad y el narcotráfico.

Ahora que las fuerzas armadas parecen cada día más cerca de retomar públicamente tareas internas de espionaje y represión ante la creciente aceptación ge una opinión pública que cada vez pide más mano dura, el informe estadounidense viene a recordarnos lo inmoral de pagar cualquier costo con tal de sentirnos un poquito mejor. No vaya a ser que para de aliviar nuestros deseos de venganza  por hacernos sentir miedo seamos capaces de naturalizar actos degradantes para la condición humana, para terminar siendo iguales o peores que los narcos, chorros y asesinos sueltos que tanto nos atormentan,